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Gabriel Gurméndez, Robert Silva y Adrián Peña: las complejas negociaciones políticas que amenazan con poner fin a Ciudadanos
En una fecha a definir antes del 27 de octubre, Gabriel Gurméndez y Robert Silva renunciarán a sus cargos en Antel y la ANEP para oficializar sus precandidaturas a la presidencia por el Partido Colorado.
Aunque lo mantienen en reserva, ambos dirigentes ya tienen definido que correrán la carrera electoral y sus entornos trabajan silenciosamente con el objetivo de establecer los apoyos con que cuenta cada uno, un tema que parecía sencillo de dilucidar pero que con el paso de los días se ha transformado en un asunto tortuoso que amenaza con poner fin a Ciudadanos, el sector creado por Ernesto Talvi.
Tras la salida del economista, el grupo pasó a ser liderado por el senador Adrián Peña, que venía desempeñándose como coordinador político y fue quien montó la estructura a nivel nacional.
El rol que tendrá a futuro el exministro es, precisamente, el nudo que los dirigentes deberán resolver teniendo en cuenta que una división del sector aparece en el horizonte en caso de no llegar a un consenso.
Silva y el Senado
Las opciones acerca de cómo posicionarse de cara a la campaña electoral fueron conversadas y discutidas el lunes 4 por unos 25 dirigentes de Ciudadanos afines a Peña que se reunieron en la parrillada La Marañada del Centro de Montevideo.
Entre los asistentes, además del senador, estuvieron los ministros Robert Bouvier (Ambiente), Fernando Mattos (Ganadería), los diputados Nibia Reisch, Walter Cervini y Juan Carlos Moreno, así como otros jerarcas del gobierno y dirigentes del interior.
Según supo El Observador, en el encuentro varios dirigentes le reiteraron a Peña el planteo de que sea candidato, algo que el senador descartó por razones familiares, y se inclinó por encontrar una fórmula para acordar con Silva, a quien ve –de algún modo– como el candidato natural del sector sin su postulación.
Pero ese apoyo a Silva recibió esa noche, al menos, tres cuestionamientos diferentes, ya que hay quienes –como Mattos– entienden negativo que abandone la reforma educativa a mitad de período, mientras que otros no lo ven como el mejor candidato. A su vez, una tercera corriente –de unas veinte agrupaciones del interior– consideran que Peña debe liderar la lista al Senado, algo que para los colorados es fundamental ya que reconocen que su elección es más “parlamentaria que presidencial”.
Meses atrás, Silva le transmitió a Peña su interés por encabezar esa plancha ya que su intención es que la precandidatura represente un paraguas mayor que Ciudadanos, con el apoyo de dirigentes de Batllistas pero también de la Lista 15 y la Tercera Vía, tal como informaron Búsqueda y El País meses atrás.
Ese planteo no cayó bien entre los dirigentes más cercanos a Peña, que lo visualizan y defienden como el líder de la estructura política, quienes incluso fueron a reunirse con Silva para dialogar sobre el tema, tal como informó El Observador el 30 de julio.
Gurméndez en escena
La falta de resolución de esta situación es la que ha llevado a que desde el entorno del senador comenzaran a acercar posiciones con Gurméndez, cuya postulación es impulsada por la Lista 15.
Entre los cercanos a Silva no pasó desapercibida la asistencia del presidente de Antel a la interpelación que le realizó el diputado del Frente Amplio, Felipe Carballo, al ministro de Ambiente, Robert Bouvier, la semana pasada por el proyecto Neptuno. Esa participación fue leída como un guiño de los acercamientos.
La posibilidad, que aún está en veremos, fue conversada en el asado del lunes aunque no todos los dirigentes están afines a apoyarla.
Tanto Silva como Gurméndez están impedidos de realizar política partidaria aunque vienen teniendo algunas reuniones con dirigentes de Montevideo y el interior.
El artículo 77 de la Constitución señala que deberán “abstenerse, bajo pena de destitución e inhabilitación de dos a diez años para ocupar cualquier empleo público, de formar parte de comisiones o clubes políticos, de suscribir manifiestos de partido, autorizar el uso de su nombre y, en general ejecutar cualquier otro acto público o privado de carácter político, salvo el voto”.
