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Habló el padre de uno de uno de los sobreseídos por violación grupal en Cordón: "Mi hijo ahora le tiene miedo a la mujer"
El padre de uno de los tres jóvenes que fue sobreseído por la justicia de los cargos por la presunta violación grupal a una mujer en el barrio Cordón a principios de 2022 ratificó que los implicados "jamás obligaron a nada".
"Con los cuatro estuve, en mi casa, antes de todo. Les dije 'ustedes abren la boca, dicen la verdad, es la única forma de salvarlos. Si hicieron, pagan, lamento'. Soy muy justiciero en eso. Ellos me dijeron que no había sido así, jamás obligaron a nada, jamás", relató el padre, de nombre Juan, en una entrevista con el programa La Pecera de Azul FM.
Los tres jóvenes son de Bella Unión. El hijo del padre declarante era el único que estaba radicado en Montevideo estudiando, y los otros dos implicados estaban buscando un hogar para quedarse, por lo que se quedaron de forma momentánea en la casa del joven. "Los conozco desde chiquitos", expresó Juan, quien es militar retirado.
La presunta violación ocurrió el 23 de enero de 2022, luego de que la mujer y los hombres salieran de un baile del barrio Cordón y fueran al apartamento del joven de Bella Unión. Allí, la mujer denunció que fue violada por los tres jóvenes y por un menor de edad, que continúa emplazado.
Ese día el padre se levantó a las 11 de la mañana con "10, 15 llamadas" de su hijo, quien "no era de salir, le gustaba quedarse en la casa". "Tenía la aplicación para las noticias, miro, 'cuatro hombres violaron... qué barbaridad'. Me indignó tanto que digo 'los mato a palos'", contó. Cuando logró contactarse con su hijo, le relató la acusación.
El 4 de febrero de 2022 los tres indagados mayores de edad habían sido imputados con 180 días de prisión preventiva por un delito de abuso sexual especialmente agravado. Además, uno de ellos fue también imputado por un delito de abuso sexual en reiteración real y difusión de vídeos de contenido sexual.
Sin embargo, en junio de ese año los imputados pasaron de prisión efectiva a prisión domiciliaria, a pedido del fiscal Raúl Iglesias, que entendía que los riesgos preventivos habían terminado.
En esos cuatro meses Juan vivió en Minas, donde los imputados estaban en prisión preventiva. El padre consiguió un lugar para vivir en esa ciudad gracias a sus excompañeros militares. "Los militares nos tocan a uno, nos tocan a todos", valoró.
El hombre puntualizó que "nunca hubo" contradicciones en los relatos de su hijo y sus amigos, en las varias ocasiones que les consultó sobre los hechos. En una ocasión, el hijo le relató que vio una violación a un joven de 18 años en la cárcel, y le dijo: "Yo no puedo creer que a mí me acusen de eso".
Según Juan, "no fue fácil" para el hijo volver a su casa con la prisión domiciliaria. "Amistades pocas empezaron a ir a la casa. Fueron muy pocos. Mucha gente le dio la espalda", lamentó el padre, quien cree que esta situación "sirvió para ver quiénes eran los amigos reales".
"Una amiga de la familia salió a decir que se tenían que morir en la cárcel. Le dije que uno de esos que se tenían que morir era mi hijo, y me dijo 'qué me importa a mí Juan, que se muera en la cárcel", contó.
El padre explicó que su hijo ahora "le tiene miedo a la mujer", y que incluso cuando lo visitan amigas pide que se quede un familiar cerca. Otro de los jóvenes tiene "ataques de pánico", agregó.
