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“Hamas no es un grupo terrorista”: la polémica ponencia de un funcionario de la UNRWA

Así lo expresó, entre otros conceptos anti judíos, el presidente del Comité Español de esa organización, Jesús Núñez Villaverde durante un discurso en la estatal Universidad Autónoma de Madrid. También restó importancia a los secuestros, asesinatos y violaciones cometidos por Hamas el 7 de octubre en Israel.
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01 de abril de 2024 a las 20:17

Por Hernán Dobry para El Observador España

La conferencia “El conflicto palestino-israelí: Encuentro entre el derecho y la geopolítica”, organizada por la Revista Jurídica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), concluyó con una declaración polémica y plena de conceptos que bordearon el antisemitismo de uno de los ponentes, el presidente del comité español de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA), Jesús Núñez Villaverde.

Desde que mataron a Ythzak Rabin hasta hoy, no ha surgido un solo dirigente en esa tierra que esté decidido a bajarse de posiciones maximalistas, ideológicas, sueños de la Gran Israel, entre otros conceptos – afirmó durante el evento realizado en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, el 21 de marzo -. Si a eso, añades que son un pueblo elegido. O sea, hay tantos pueblos elegidos en este planeta por tantos dioses, y encima es un Dios que te dice que no puedes abrir el paraguas un sábado”.

Sus palabras fueron interrumpidas por dos personas de origen judío que estaban presenciando la conferencia, quienes rechazaron indignadas sus dichos y lo acusaron de estar ofendíendolos con sus declaraciones, a las que consideraron de tono antisemita.

Ante estos reclamos, Núñez Villaverde sólo atinó a pedir “disculpas” y a solicitarles: “No la liemos más”.

En ningún momento el funcionario buscó retractarse ni decir que había cometido un error al discriminar las prácticas de una religión, algo que está penado por la justicia española, bajo la figura de delito de odio.

Este fue el punto cúlmine de su ponencia, cargada de datos no comprobados y una posición marcadamente antiisraelí, más parecida a un discurso de trinchera para convencer a una audiencia que a una presentación en un evento académico.

Esta es la segunda vez en un mes que un alto miembro de la delegación local de la UNRWA busca adoctrinar a los alumnos de la UAM, basados en datos no corroborados y en la tergiversación de la información. 

Como informó El Observador España (ver el link a continuación), la directora de la misma entidad en España, Raquel Martí, ya había intentado algo similar en una conferencia que dictó el 20 de febrero en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la misma universidad.

https://www.elobservador.com.uy/nota/la-urnwa-en-espana-como-justificar-la-injustificable-2024223121138)

En el inicio de su ponencia, Núñez Villaverde dejó en claro su visión sesgada y polémica sobre el conflicto en Medio Oriente, con la que buscó generar animadversión contra el Estado judío entre los presentes en el auditorio.

“Si somos estrictos con las palabras, Egipto nunca ocupó Gaza y Jordania nunca ocupó Cisjordania: administraron Gaza y Cisjordania. Quién ocupa es Israel, que es potencia ocupante”, afirmó el funcionario.

Para el presidente del comité español de la UNRWA, los egipcios y jordanos, que invadieron Gaza y Cisjordania, respectivamente, en 1948 y los anexaron a sus territorios durante 19 años, nunca los ocuparon.

Allí, debería haberse fundado un Estado árabe, pero en ese período, ambos países controlaron sus economías, les cobraron impuestos a sus ciudadanos, nombraron a sus autoridades municipales y defendieron sus fronteras con sus ejércitos.

Sin embargo, Núñez Villaverde alzó su acusación sólo contra Israel, que tuvo una política similar desde 1967 y abandonó la primera en forma unilateral en 2005, y la segunda de manera parcial desde 1993, tras los acuerdos de Oslo.

La misma opinión contraria a Israel mostró el funcionario de URNWA cuando enumeró los conflictos armados que enfrentó el Estado judío a lo largo de sus casi 76 años de existencia, en los que eludió señalar el rol que cumplieron sus enemigos, haciéndolo quedar como si fuera el único agresor y culpable de esas acciones. 

El conflicto no empezó el día 7 de octubre. Es que estamos en un conflicto que lleva acumuladas seis guerras, dos intifadas y, con esta, seis operaciones de castigo por parte de Israel en lo que llevamos del siglo”, detalló el presidente del comité español de la UNRWA, en uno de los tramos polémicos de su discurso.

De esta forma, eliminó de la historia las invasiones que padeció Israel en 1948 y 1973 de parte de diferentes países árabes y los atentados y las lluvias de misiles provenientes de Gaza, Cisjordania y El Líbano lanzados contra su población civil por grupos terroristas como la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hamás, la Jihad Islámica y Hezbollah desde hace décadas.

Incluso, Núñez Villaverde fue más allá e intentó mostrar que Israel llevaba adelante una política de apartheid contra las minorías no judías que habitan en su territorio, en su afán por malquistar a la audiencia en su contra.

“Israel es un estado judío desde el año 2018, lo cual significa que ese veinte por ciento de la población es discriminado. Un detalle, no pueden hacer el servicio militar. Y uno podía decir: bueno, se libran de poder morir en un conflicto, pero es que, luego, cuando vas a pedir trabajo lo primero que te piden es el certificado de haber hecho el servicio militar. Si no lo has hecho, no tienes opción ninguna de tener ese trabajo. Por tanto, son discriminaciones de muchos colores”, acusó el funcionario.

Sin embargo, Núñez Villaverde omitió decir que para las minorías cristianas y musulmanas el servicio militar es optativo.

Incluso, hay muchos casos en los que no sólo lo hacen por propia voluntad, sino que, además, siguen la carrera militar. Tal es el caso del teniente Jabar Eyada, la mayor Ella Waweya, el sargento Yussef Saluta o el coronel Wajdi Sarham, por citar sólo algunos ejemplos actuales.

A esto, habría que agregarle que Khalded Kabub, de origen musulmán, forma parte de la Corte Suprema de Justicia de Israel y que los partidos árabes Ra’am y Ta’al cuentan con diputados en el Parlamento, algo que sería imposible en una sociedad que los discrimina.

Dentro del imaginario que intentó crear Núñez Villaverde para justificar su ponencia, omitió la responsabilidad de Hamás en la situación que viven los palestinos en Gaza e, incluso, sostuvo que sus habitantes fueron dejados a su suerte por el mundo musulmán. 

Actualmente, hay un “absoluto abandono por parte de los gobiernos árabes de la causa palestina. No saben, no contestan, no existen, no están. ¿Será que no hay dinero en el mundo árabe para poder ayudar a los palestinos? – se preguntó el funcionario de UNRWA -. No digo ahora, en mitad de lo que está ocurriendo, digo desde siempre. Pensemos en Arabia Saudí y en todos los demás”, completó.

El presidente del comité español de la UNRWA se olvidó de contabilizar los miles de millones de dólares que han llegado a lo largo de todos estos años desde Irán y Qatar, que se suman a otros tantos los que les han enviado la Unión Europea y otros países. 

Muchos de estos fondos han sido utilizados por Hamás para crear una red de túneles, que sirvieron para llevar adelante la masacre del 7 de octubre y mantener secuestrados a 134 hombres, mujeres y niños desde hace casi seis meses, o para fabricar miles de cohetes que ha venido lanzando en forma sistemática contra la población civil. 

La mayoría de este dinero podría haber sido usado para mejorar la calidad de vida de la población palestina o para protegerla de los ataques israelíes con la construcción de refugios antiaéreos, como sí se ha hecho del otro lado de la frontera.

Esto lo ha llevado a Núñez Villaverde, incluso, a tratar de quitarle culpa a Hamás en todo lo que refiere a la escalada de violencia en el conflicto. 

Hamás no es un grupo terrorista. Para unos, será terrorista y, para otros, no. Hay campo ahí para los juristas de si lo que ha hecho el 7 de octubre es resistencia armada contra el ocupante o es una agresión en toda regla– afirmó -. La cuestión es entender, entonces, que no es un grupo violento. En primer lugar, es un grupo político que ha ganado, como ya se ha dicho, las últimas elecciones celebradas en el territorio ocupado palestino en el año 2006”, ilustró Núñez Villaverde, quizás en el tramo más polémico de todo su discurso.

Incluso, llegó a decir que “Hamás es una idea y las ideas no se pueden eliminar por las armas, si no trabajas la estructura, las causas estructurales que las alimentan”.

Sin embargo, el funcionario omitió comentar que esa “idea” cuenta en, su carta fundacional, con el objetivo de hacer desaparecer del mapa a Israel para transformar todo su territorio en un Estado palestino.

En su lugar, el presidente del comité español de la UNRWA salió a culpar a Jerusalén por los ataques sufridos el 7 de octubre en su territorio, en los que fueron masacradas unas 1.400 personas, algunas de ellas incineradas y descuartidas, se violaron a mujeres y se secuestraron a ancianos y niños.

“El objetivo fundamental de Israel es, básicamente, el dominio territorial de la Palestina histórica, de lo que hay entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, entendiendo que ese es el hogar nacional para los judíos. Por lo tanto, los que no son judíos no tienen sitio ahí – concluyó -. A lo que se están dedicando actualmente, con la operación de castigo Espadas de Hierro en Gaza desde octubre del año pasado, es a intentar forzar el vaciamiento de población. Lo que quieren es el territorio, pero no bichos de dos patas que no sean judíos y, por tanto, se trata de hacerles ver que no hay futuro para ellos en esa tierra y, para eso, cuentan con muchos medios y muchos respaldos internacionales”, explicó Núñez Villaverde, haciendo sus suyos los conceptos que plantean Hamas y otros grupos terroristas.

Ninguno de sus compañeros de panel (Alfonso Iglesias Velazco, profesor de Derecho Internacional Público en la UAM, y Carmen Quesada Alcalá, profesora en el mismo rubro de la UNED) salió a refutar sus opiniones, o a plantear alguna disidencia.

Al contrario, los panelistas en la UAM respaldaron muchos de sus conceptos con datos “técnicos” o con una narrativa histórica poco precisa y, en varias oportunidades, hasta tendenciosa durante sus ponencias.

La imparcialidad y la pluralidad de voces es algo que ha brillado por su ausencia en los últimos dos paneles organizados por la UAM sobre el conflicto en Medio Oriente, donde los invitados sólo se han dedicado a atacar a Israel, y en este caso además a los judíos, sin haber convocado a un referente que pudiera explicar su postura, para que los alumnos tuvieran la posibilidad de sacar sus propias conclusiones sobre un tema tan delicado.

Llama la atención, también, que esto haya ocurrido en la Facultad de Derecho, dado que uno de los principios básicos de la Justicia es que el acusado tiene el derecho a defenderse, algo que los organizadores obviaron en esta oportunidad. 

Así, la conferencia se parecíó más a un tribunal de inquisición que a un panel académico, a la altura de la excelencia educativa que procura una institución del nivel de la Universidad Autónoma de Madrid.

Algo que parecía haber quedado atrás en la extensa historia de España.

 

 

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