Hay otros caminos para ser Amado

Allí me vino a la mente que el mes pasado debí pintar toda la fachada de mi negocio, como debo hacerlo varias veces al año, esta vez porque me la habían tapizado con carteles del Che Guevara, además de las pintadas. Mostrándoselo al alcalde, me decía que tenía que usar pintura antigrafiti como en la fachada del municipio. El tema es ¿quién paga?, la respuesta siempre es la misma, usted, señor contribuyente, que tiene que tener su fachada en condiciones decorosas, porque es un negocio o porque es su casa y le gusta vivir como merece.

Puede ser algo muy banal para muchos ir a comprar una lata de 18 litros de pintura, pagar unos 7.017 pesos que es su valor y subirse a una escalera en su tiempo libre para pintar, pero también tendrá que tener tiempo antes para ir al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y al BPS para inscribir su obra, porque si pasa una inspección por su puerta, usted deberá pagar una multa por estar trabajando en negro sin declarar y ya no le alcanzará con trabajar tiempo doble para pagar la pintura, su tiempo, el del trámite, el costo de alguna certificación notarial, el timbre profesional y hasta un arquitecto, porque todo eso es parte de la burocracia de este país.

Ahora bien, si todo este costo debe afrontar un propietario, se debe legislar seriamente sobre el tema, no basta con decir que las leyes y las normas existen, sino que habrá que legislar sobre su aplicación sancionando a quienes no controlen lo resuelto y que pague quien ensució o quien no controló, volcando parte de esta recaudación al damnificado.

Se deberá generar un protocolo, para que haya un seguimiento, estableciendo que pegar afiches y hacer pintadas o grafitis es un atentado contra la propiedad y se deberá sancionar económicamente y con trabajo comunitario.

Cada imprenta deberá llevar un registro con la empresa o persona que contrata la impresión de un afiche, imprimiendo sobre éste nombre de la imprenta y número de registro del afiche. Una vez que se detecte un afiche colocado en una fachada, bastará con ir a la imprenta, solicitar los datos del contratante y aplicar una multa sobre este.

Se deberá responsabilizar también a las empresas que patrocinan espectáculos y que figuran en estos afiches, como en los que se pueden ver en las fotos, Abitab, Acodike, Uruguay Natural, Puma, entre otras tantas que vemos en ellos, muchas de ellas propiedad del Gobierno o la propia Intendencia de Montevideo.

Entiendo que también se podría llevar un control sobre la venta de spray para los graffitis de la misma forma que se controlaba la venta de cemento de contacto, donde se debía suministrar la cédula de identidad, aunque parezca extremo, con estos elementos se puede generar un gran daño.

Se deben establecer claramente lugares autorizados para el pegado de afiches, con un cuidado de la estética, colocando bastidores que delimiten los espacios, los particulares podrán ceder sus espacios, pero siguiendo los lineamientos en tamaño a cubrir, que no entorpezcan la visual. No se podrá aplicar afiches sobre cercos de obras en construcción, ya que es un espacio privado y afecta la imagen de la empresa, lo que no quita que esta pueda ceder estos espacios dentro del marco detallado anteriormente. Se deberán definir muros para aplicar pinturas como expresión cultural, lo que hoy existe por ejemplo en el perímetro de la ex cárcel de Miguelete.

Todo esto debe ir acompañado de la revisión de la normativa en la colocación de pasacalles y columneras, que ya por estos días están siendo colocadas en todas las avenidas y que se suman a otras que llevan allí varios años.

Se deberán regularizar las empresas que se dedican al pegado de afiches, ya que contratan personal que deberá estar amparado como cualquier empleado formal y se deberá prestar especial atención a su traslado. Basta ver lo que hace el propio PIT-CNT, que mueve unos cuantos operarios con mamelucos rojos con la leyenda «propaganda» en la espalda, a quienes carga en camiones abiertos, van de un lado para otro todos parados en la caja y cuando un funcionario de una empresa tiene un accidente prácticamente paran un país en reclamo a la falta de condiciones de seguridad, o las decenas de camiones abiertos atiborrados de trabajadores que van a las marchas que hace el SUNCA.

Un país serio debería corregir estos problemas con educación y más educación, pero comencemos por comprender que no estamos en un país serio y mucho menos con educación, siendo los últimos treinta años de total degradación social y libertinaje.

Por lo tanto para salir de esta situación nos queda la aplicación estricta de una normativa clara, porque pensar en un compromiso político es un simple utopía. ¿Alguien puede imaginar una izquierda y un sindicalismo despojado de la basura visual a la que nos tienen acostumbrados? Simplemente son datos de la realidad, no respetan absolutamente nada y no hacen respetar nada. Tal vez uno de los lugares donde más me duele ver esto es en el puente de Avenida de las Américas, una obra de ingeniería, casi uniendo dos departamentos que juntos tienen más de la mitad de la población de nuestro país. Muchas veces me he preguntado qué pensará el intendente de Canelones Marcos Carámbula cada vez que pasa por allí, lo seguro es que cero amor propio, sino sería el primero en buscar mantener esa formidable obra y frenar lo que ya está invadiendo el resto de los puentes, frente al aeropuerto de Carrasco, que en su mayor expresión es daño que generó su fuerza política.

Pero esto corta transversalmente a todos los políticos. En el mes de febrero me puse en contacto con el senador Aldo Lamorte para mostrarle mi molestia, ya que en este mismo puente lucía su propaganda para las elecciones del parlamento italiano, «en mayo Aldo». Me dijo que era muy difícil controlar esto y que todos lo hacían.

Ya meses antes había tenido otro cruce con simpatizantes del grupo de Amado, cuando salieron a pintar un gráfico con la cara de don José Batlle y Ordóñez junto a la palabra Amado, lo que hicieron sobre contendores y fachadas. Luego reconocieron que fue un error de los jóvenes, ahora nuevamente reconoce que fue un error el tema de los afiches, ya que fue una empresa contratada la que hizo esto, pero en lo primero que pienso es que no es un error lo que uno sabe que va a pasar si autoriza una acción, ya que estas empresas son mercenarias de la pegatina, no miran lugar a la hora de ensuciar, por ende se es doblemente responsable.

En este caso rápidamente Pedro Bordaberry se desmarcó de la situación, y publicó en su cuenta de Twitter: «Los Partidos Políticos no debemos pintar edificios públicos, cementerios, plazas, puentes ni monumentos; a comprometerse con ello! [sic]». «Una buena forma de desalentar las pintadas es fotografiar con el celular y subir a las redes sociales a quien lo hace, etiquetando a los [responsables]». «De esa forma, entre todos, contribuimos a tener una ciudad más limpia, un país mejor».

Este sábado 2 de noviembre me llamaron de la agrupación de Amado para indicarme que ya habían retirado los afiches que se habían colocado y en la mañana de hoy fui a comprobar el estado en que había quedado, pero especialmente para documentar lo que había debajo de estos afiches. Tomamos las fotografías y las subimos a las redes sociales con la siguiente nota: «En la mañana de ayer militantes de la agrupación del diputado Fernando Amado retiraron los afiches que había colocado una empresa contratada (por error mercenarios de la pegatina), esto desnudó lo que todos conocemos, la constante vandalización de nuestros espacios públicos y privados, quedaron a descubierto los afiches del P. Humanista, 26 de Marzo, Asamblea Popular, Arteatro, Nuevo Partido Comunista, Peñarol 5K, AFFUR PIT-CNT, MPP 609 FA, algunos con muchas empresas como patrocinantes, como Abitab, Acodike, Uruguay Natural, Puma, donde todos son responsables de la mugre visual de la ciudad. Creo que habría que mostrarle al diputado Alfredo Astí de Asamblea Uruguay qué es lo que había abajo de los afiches de Amado, tal vez deba invitar a su fuerza política a transitar el camino positivo que tomó Amado en el día de ayer. Nosotros tomamos el camino que posteriormente publicó el senador Pedro Bordaberry en su cuenta de Twitter».

En la tarde de hoy el diputado Amado subió un video [http://on.fb.me/1735GQv], en el que relata lo que aconteció en la semana, su pedido de disculpas y el aviso de que en esta semana harán una propuesta que involucre a actores políticos y sociales, para firmar un compromiso para que no se coloquen pintadas ni pegatinas en espacios públicos, «porque creemos que el futuro se construye entre todos».

Por supuesto que me parece muy loable lo que hizo Amado, de salir a dar la cara. Por encima de todo lo considero un buen tipo y decidí iniciar esta movida, porque no nos atamos a nadie a la hora de mostrar lo que pasa en nuestro país, lo que importa es la voluntad de cambiar la realidad que hoy vivimos, que especialmente cuando salimos de nuestro país y vemos otras ciudades, nos hace recordar con mucho dolor particularmente el estado de la zona metropolitana.

Sin duda se hablará mucho de este tema por estos días, algunos pasarán por alto el tiempo que hace que venimos denunciando este tipo de atropellos, basta recordarles la portada de las ediciones de Al día de diciembre de 2012, «Arrasados» [http://bit.ly/1an19mE], de setiembre de 2012, «Desvarelización» [http://bit.ly/1czGovQ], de febrero de 2012, «Mal rayada» [http://bit.ly/19ucrcC], donde mostrábamos la realidad de distintos lugares, el puente de Las Américas, la fachada del liceo Zorrilla y la plaza Líber Seregni respectivamente, así como también hemos hablado de otras tantas situaciones que hemos visto, como cuando se terminó de hacer un millonario mantenimiento del puente del Viaducto y enseguida todas sus columnas lucían los afiches de promoción que hizo Antel del concierto de Los Olimareños del 14 de enero de 2012, que nos costó 230.000 dólares para la contratación y desarrollo del espectáculo en Atlántida, más la mugre que quedó allí pegada.

Dejamos instaurado este debate, que necesita del consenso político. Hay 31 senadores, 99 diputados y 31 ediles prontos a mantener su banca a como dé lugar, más los que les quieren sacar la silla. El desafío está en cambiarles la cabeza a ellos, para que no nos sigan sumergiendo en la basura. Ha habido algunos comentarios atinados que han indicado que el mensaje debe ser «yo no voto a quienes ensucian la ciudad». La realidad es que la gente ya se inmunizó a la basura y ya no la puede percibir, es parte de su entorno, convive con ella ya resignada, y como decía Sócrates, «yo solo sé que no sé nada».