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Hospital de Rivera impide el ingreso de padres en salas de maternidad

No cuenta con las instalaciones adecuadas para darle intimidad a cada familia, por ello solicitan que la madre esté acompañada por una mujer
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23 de marzo de 2017 a las 16:40

El pasado 1° de marzo una niña llamada Eloísa nació en el Hospital Departamental de Rivera. Según Eduardo Montero, padre de la bebé, recibieron "un servicio increíble y mucho respeto por parte de los especialistas". Sin embargo, cuando instalaron a la madre en una de las salas de maternidad, le informaron al padre que no podían estar hombres allí para mantener la intimidad de las recientes madres.

Montero, su pareja y su hijo de cuatro años están viviendo en Rivera en una casa rodante, donde decidieron detenerse para el nacimiento de Eloísa, para luego continuar hacia Brasil.

El parto fue totalmente normal, el padre estuvo presente y fueron consideradas las voluntades de la pareja. "Tuve mi lugar a su lado, juntos vimos llegar a Eloísa, cortamos el cordón, juntos esperamos la placenta y nos la guardamos para dar nuestro cierre a nuestra manera", expresó Montero en una publicación de su Facebook.

El acompañamiento es un punto fundamental en este hospital. Según el doctor Víctor Recchi, subdirector del centro, están a favor del apoyo en el parto. "La mujer tiene que estar con alguien, sea el padre del bebé o quien ella desee. Por eso, apoyamos y estimulamos el acompañamiento", explicó a Padres Hoy.

A pesar del buen trato que recibió la familia, a Montero le llamó la atención la gestión de las salas de maternidad. El Hospital Departamental de Rivera cuenta con 22 camas, que se distribuyen de a 3 por habitación y son divididas por una cortina entre ellas. A su vez, solo una habitación tiene baño propio, el resto debe compartir uno.


El hospital tiene como regla que en las salas de maternidad debe haber una acompañante mujer por cada madre. Es decir, el padre no puede estar al cuidado total de su mujer y de su bebé.

El problema llevó a que Eduardo Montero expresara su malestar en las redes sociales, donde expuso: "Solo mujeres, como en el 900, que el gaucho se quedaba en el boliche y las comadres se encargaban de las intimidades de la novicia".

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Montero se quedó durante 48 horas en la sala de espera, a 20 metros de donde estaba su mujer y su hija. Aproximadamente cada una hora realizaba visitas cortas a la sala. De todas formas, le consultó a la nurse por qué no podía estar allí, cuando en realidad era un momento para "pasar en familia".

La funcionaria le dijo que si lo dejaba a él tenía que permitirle el acceso a 16 hombres más. La mujer allí puede recibir la compañía de cualquiera, siempre y cuando pertenezca al género femenino.

Por su parte, Recchi dijo a Padres Hoy que las medidas son tomadas porque no cuentan con la instalación adecuada. "Buscamos cuidar la intimidad de las madres. Si quieren amamantar o ir al baño en camisón, no tienen la privacidad que hay en otras instituciones". En casos en que la paciente no consiga una acompañante mujer, el centro médico trata de conseguir una habitación con dos camas vacías o similar para que esté con su pareja. Pero no siempre se logra.

"Buscamos cuidar la intimidad de las madres. Si quieren amamantar o ir al baño en camisón, no tienen la privacidad que hay en otras instituciones"

La directiva del hospital apunta a cambiar esta situación y poder así permitir el ingreso de los padres. "Estamos trabajando para tener habitaciones con dos camas y baño privado, como también salas de nacer", expresó. Actualmente el hospital tiene salas de preparto y otra de parto, y la mujer debe cambiar de habitación en función de la parte del proceso en la que se encuentre. En cambio, en las de nacer se realizan ambas etapas.

Ricardo Ayestarán, director adjunto en la Regional Norte de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), fue consultado sobre el tema y aseguró que "es un problema estrictamente de Rivera".

De todos modos, sostuvo que ASSE no estaba al tanto, pero que al consultar a la dirección del Hospital de Rivera, comprendió que se debe a un problema de instalaciones. "ASSE apuesta a una política de inclusión de los padres en la totalidad del proceso del parto. Sin embargo, aquí la presencia del hombre no le da la intimidad necesaria a una madre y sobre todo a las primerizas", destacó.

Al igual que Recchi, explicó que "no hay voluntad de mantener al padre separado de su familia, y por ello, se está buscando una solución".

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