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Inflación fue la mayor en 12 años y será difícil de moderar en 2016
El IPC cerró el 2015 en 9,4%; expertos ven obstáculos para reducir las presiones inflacionarias
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06 de enero de 2016 a las 05:00
El equipo económico cumplió con el objetivo de mantener la suba de precios por debajo del umbral psicológico de los dos dígitos en 2015, pero se queda con el gusto amargo de la inflación más elevada en 12 años y la mayor desde que el Frente Amplio desembarcó en el gobierno en 2005. El aporte que dieron medidas heterodoxas como los acuerdos con los privados para congelar una serie de artículos de la canasta de consumo durante el último tramo del año permitieron contrarrestar el impacto de la fuerte suba que registró el dólar.
De todas formas, una inflación bordeando el 10% con una actividad económica en franca desaceleración, las presiones para tolerar una mayor suba del dólar y los ajustes de algunas tarifas públicas para recomponer el rojo de las cuentas públicas, volverán a poner bajo tensión de las autoridades el combate a las presiones inflacionarias en 2016, según los analistas consultados por El Observador.
La disminución de los precios de 0,55% en diciembre -por el impacto que tuvo el programa UTE Premia- llevó a que en los 12 meses de 2015 los bienes y servicios que componen la canasta de consumo acumularan un incremento de 9,44%, de acuerdo a los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar de que la inflación interanual se desaceleró levemente frente al registro del año móvil de noviembre (9,46%), los precios tuvieron un impulso de más de un punto porcentual respecto a la suba que mostraron en 2014, de 8,26%, y la más elevada desde 2003 (10,2%).
El componente tendencial o subyacente de la canasta de consumo –aquel cuyo ritmo de aumento de los precios es más persistente en el tiempo y, por lo tanto, el que permite trazar una tendencia de más largo plazo en el análisis– explicó en mayor medida la aceleración inflacionaria con un impulso de más de un punto porcentual.
La suba pasó de 8,7% en 2014 a 10,1% durante el año pasado, siendo el mayor registro anual desde que hay datos comparables. Dentro de ese componente, fueron los precios de los bienes y servicios que se comercializan con el exterior los que tuvieron el mayor dinamismo. Así, la apreciación del dólar de 22,8% en 2015 llevó a que la inflación transable se situara en 10,5%, tras el dato de 7,5% del año anterior.
En tanto el incremento de precios de la inflación doméstica se expandió a menor ritmo (de 9,16% a 9,85%). En el último año la mitad de los rubros se encarecieron por encima de la inflación. Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes encabezó el ranking con una suba de 15,14% seguido por educación (12,05%) y otros bienes y servicios (11,41%). En el lado opuesto los rubros que menos aumentaron de precio fue comunicaciones (0,41%), vestimenta (5,91%) y salud (8,43%).
Desafío sigue latente
Los economistas no esperan grandes cambios respecto a la evolución de la inflación para este año. En el mejor de los casos, la sitúan algo más de medio punto por debajo del 9,4% de 2015, mientras que otros advierten que se mantiene el riesgo latente de superar el umbral de los dos dígitos. "El dato de 2015 está marcando que las presiones inflacionarias son más difíciles de combatir de lo que se preveía", admitió Santiago Rego de CPA-Ferrere.
La consultora proyecta una inflación de 9,5% para el cierre de este año. "En términos de dinámica de precios, estamos en una situación incómoda porque tampoco se puede acompañar la depreciación del peso todo lo que se debería", apuntó el experto.
La economista Mercedes Comas de PwC remarcó que el control de la inflación "seguirá siendo" uno de los focos de la política macroeconómica en 2016, al igual que la desaceleración que estará mostrando la actividad económicas que ya está mostrando algún impacto sobre el empleo. Precisamente, como consecuencia de una menor demanda interna se espera que los precios aumenten 8,7% este año. "Hay algunos rubros que ya están mostrando que los precios ajustaron menos. Esto se está viendo en las decisiones de las empresas para no perder su cuota de mercado con una demanda menos pujante", explicó.
En tanto, Pablo Moya de Oikos estimó que el 2016 será un "año complejo". Añadió que con un déficit fiscal cercano al 4% existe "poco margen" para apelar el uso de las tarifas públicas para mantener los precios a raya. "Estamos proyectando una inflación para 2016 levemente por debajo del 9%, más por factores externos por una merma de precios de alimentos importados que por medidas heterodoxas como nuevos acuerdos de precios", afirmó.
De todas formas, una inflación bordeando el 10% con una actividad económica en franca desaceleración, las presiones para tolerar una mayor suba del dólar y los ajustes de algunas tarifas públicas para recomponer el rojo de las cuentas públicas, volverán a poner bajo tensión de las autoridades el combate a las presiones inflacionarias en 2016, según los analistas consultados por El Observador.
La disminución de los precios de 0,55% en diciembre -por el impacto que tuvo el programa UTE Premia- llevó a que en los 12 meses de 2015 los bienes y servicios que componen la canasta de consumo acumularan un incremento de 9,44%, de acuerdo a los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar de que la inflación interanual se desaceleró levemente frente al registro del año móvil de noviembre (9,46%), los precios tuvieron un impulso de más de un punto porcentual respecto a la suba que mostraron en 2014, de 8,26%, y la más elevada desde 2003 (10,2%).
El componente tendencial o subyacente de la canasta de consumo –aquel cuyo ritmo de aumento de los precios es más persistente en el tiempo y, por lo tanto, el que permite trazar una tendencia de más largo plazo en el análisis– explicó en mayor medida la aceleración inflacionaria con un impulso de más de un punto porcentual.
La suba pasó de 8,7% en 2014 a 10,1% durante el año pasado, siendo el mayor registro anual desde que hay datos comparables. Dentro de ese componente, fueron los precios de los bienes y servicios que se comercializan con el exterior los que tuvieron el mayor dinamismo. Así, la apreciación del dólar de 22,8% en 2015 llevó a que la inflación transable se situara en 10,5%, tras el dato de 7,5% del año anterior.
En tanto el incremento de precios de la inflación doméstica se expandió a menor ritmo (de 9,16% a 9,85%). En el último año la mitad de los rubros se encarecieron por encima de la inflación. Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes encabezó el ranking con una suba de 15,14% seguido por educación (12,05%) y otros bienes y servicios (11,41%). En el lado opuesto los rubros que menos aumentaron de precio fue comunicaciones (0,41%), vestimenta (5,91%) y salud (8,43%).
Desafío sigue latente
Los economistas no esperan grandes cambios respecto a la evolución de la inflación para este año. En el mejor de los casos, la sitúan algo más de medio punto por debajo del 9,4% de 2015, mientras que otros advierten que se mantiene el riesgo latente de superar el umbral de los dos dígitos. "El dato de 2015 está marcando que las presiones inflacionarias son más difíciles de combatir de lo que se preveía", admitió Santiago Rego de CPA-Ferrere.
La consultora proyecta una inflación de 9,5% para el cierre de este año. "En términos de dinámica de precios, estamos en una situación incómoda porque tampoco se puede acompañar la depreciación del peso todo lo que se debería", apuntó el experto.
La economista Mercedes Comas de PwC remarcó que el control de la inflación "seguirá siendo" uno de los focos de la política macroeconómica en 2016, al igual que la desaceleración que estará mostrando la actividad económicas que ya está mostrando algún impacto sobre el empleo. Precisamente, como consecuencia de una menor demanda interna se espera que los precios aumenten 8,7% este año. "Hay algunos rubros que ya están mostrando que los precios ajustaron menos. Esto se está viendo en las decisiones de las empresas para no perder su cuota de mercado con una demanda menos pujante", explicó.
En tanto, Pablo Moya de Oikos estimó que el 2016 será un "año complejo". Añadió que con un déficit fiscal cercano al 4% existe "poco margen" para apelar el uso de las tarifas públicas para mantener los precios a raya. "Estamos proyectando una inflación para 2016 levemente por debajo del 9%, más por factores externos por una merma de precios de alimentos importados que por medidas heterodoxas como nuevos acuerdos de precios", afirmó.
