Profundizar una integración efectiva es la forma más segura de que los países de la región se blinden contra el efecto de vientos adversos que soplan desde el mundo desarrollado y China. Este camino sensato y previsor es recomendado en el último informe del Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros (Claaf), redactado por 11 de los economistas más eminentes del continente, que integran esa institución internacional privada. Sus conclusiones, que señalan como guía a imitar y expandir el mercado común centroamericano y la Alianza del Pacífico, son un pertinente tirón de orejas a ese ejemplo de declamaciones olvidadas que es nuestro Mercosur.
El Claaf señaló que los peligros que, con algunos intervalos, se vienen acumulando desde 2013 se acentuarán en el nuevo año por incidencia de múltiples factores. Uno es lo que haga Donald Trump cuando asuma la presidencia dentro de pocos días. Su previsto énfasis en bajar impuestos, aumentar incentivos fiscales y expandir el gasto público irá acompañado por proteccionismo comercial, sobre todo contra China y México, concentrando sus políticas en la situación interna de Estados Unidos para acelerar la recuperación de su economía. Incidirán también la desaceleración de la economía china, principal cliente comercial de Uruguay, así como una fuerte caída en los precios de los commodities que exporta la región, la apreciación del dólar, una baja en los flujos de capitales hacia la región y un menor dinamismo general en las economías más avanzadas.
El informe advierte que el escenario externo determina que en los próximos años “el crecimiento potencial de la región ha disminuido, reflejando una baja tasa de productividad y, en varios países, altos niveles de presión tributaria”, elementos negativos particularmente gravosos en Uruguay. Y enfatiza el peligro de ceder a la tentación del proteccionismo, siguiendo “los anuncios proteccionistas y nacionalistas que provienen ahora del mundo desarrollado”. Sostiene el Claaf que, al contrario, “la respuesta de América Latina debería ser la de una mayor integración regional, como forma de dinamizar nuestras economías en el corto plazo y de prepararlas para una integración más eficiente a la economía global, cuando pasen las actuales tendencias proteccionistas en el mundo desarrollado”.
Asegura que “están dadas las condiciones para un impulso considerable a estos objetivos de integración abierta”, como lo demuestra la estrategia agresiva del mercado común centroamericano y la Alianza del Pacífico, con integración comercial y financiera con el resto del mundo y amplia movilidad de bienes, servicios, capitales y personas dentro de cada subregión. En el caso de nuestro minusválido bloque regional, el informe aconseja buscar “una convergencia gradual entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, como ha propuesto el gobierno chileno”, aprovechando la mayor propensión a la integración regional de los nuevos gobiernos de Argentina y de Brasil y para hacer frente a un entorno global adverso. Su conclusión de que una integración factible, como ya avanza en dos grupos de países, es “lo que más falta le hace” a la región. La autorizada precisión del mensaje exige ser registrada en Uruguay por los sectores del Frente Amplio y el PIT-CNT que ven la integración como un vacuo espejismo ideológico y no un instrumento a ser utilizado racionalmente para el bienestar de la gente.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá