"Hoy (por el sábado) fue posiblemente la último día de práctica exigente en mi vida". La frase, fuerte, pertenece a Alejo Corral, pilar de
Los Teros y que, a los 34 años, sabe que el final del Mundial será el final de su carrera de alto nivel. Aún quedan dos partidos, la mitad del recorrido y la meta está cerca, tras dos largos meses de gira.
Quizás por eso la práctica de ayer fue tan buena: 30 minutos de muy intenso rugby, donde el cuerpo técnico conducido por
Pablo Lemoine pudo bajar a la cancha muchos de los conceptos hablados en las dos sesiones de videos del día, y que básicamente se pueden resumir en un concepto: Fiyi es un equipo excelente, con muchos puntos altos, pero también tiene sus flancos, y en mayor medida que los rivales anteriores. .
En esa sintonía, Pablo Lemoine dejó para ayer la charla sobre los objetivos del partido. Hasta ahora el objetivo había sido la recuperación, que se logró en muy buena medida –apenas Felipe Berchesi se recupera de una lesión-. El equipo quiere retomar la intensidad y esa sensación de hacer el 100% que se vivió en el partido ante Gales, lo que significará estar mucho más cerca de lograr los objetivos.
Como para Corral, para muchos jugadores esta recta final es también el epílogo de sus carreras, o al menos el cierre de una etapa de rugby competitivo. Algunos ya lo tienen decidido, otros lo están madurando y tomarán la decisión más adelante. Pero los mayores de 30 –entre los que se encuentran Corral, el capitán Vilaseca, el pilar Óscar Durán, el wing Francisco Bulanti, entre otros- saben que están ante las últimas oportunidades de rugby internacional en su carrera, y por eso están disfrutándolo al máximo y exigiéndose un poco más.
"Estoy empezando a vivirlo con mucha emoción, porque si bien quedan dos partidos también nos quedan sólo siete días. Es una emoción tremenda. Hoy pensaba que podía ser el último día de práctica dura en mi vida, y Fiyi puede ser el último partido. Ojalá me toque también con Inglaterra, pero no puedo saberlo. Con los más grandes, como Pancho Bulanti, Santiago Vilaseca, Cochi Durán, el Chino Klappenbach, hablábamos hoy y concluíamos queremos dejar la vida en la cancha porque se nos va el tren. Cada uno juega al rugby desde los seis años y no conoce la vida sin el rugby. Tengo 34, y en unos días voy a empezar una nueva vida, en la que no se con qué me voy a encontrar. Se cruzan muchísimas emociones", expresó a Referí Alejo Corral, quien juega en el San Isidro Club y vive en Buenos Aires, por lo que jugar en la selección le requiere un esfuerzo enorme de cruzar el Río de la Plata cada vez que se lo necesita. De hecho, ha postergado buena parte de su vida rugbística en su club -no jugó en todo el año- y profesional -trabaja para en la oficina de prensa de Mauricio Macri y se perdió todo el año electoral- por el sueño de jugar un Mundial, por Uruguay.