Por Joan Cwaik - Autor y Divulgador especialista en tecnología y sociedad. Miembro de la reconocida agencia de Speakers Evenpro
El 2003 marcó un hito tecnológico y musical; Apple lanzaba el iPod, revolucionando el mercado. A su lado, Ares permitía la descarga de música, desafiando el paradigma existente. Aunque Spotify aún tardaría en llegar, la idea de suscripciones musicales ya generaba debate. Steve Jobs, visionario de Apple, rechazaba esta noción, confiado en que la gente preferiría poseer su música a alquilarla.
En una veta similar, John Antioco, ejecutivo de renombre, rechazó comprar Netflix por 50 millones de dólares, subestimando el futuro del streaming. Su perspectiva, como la de muchos, estaba enraizada en el presente, sin lugar para la incertidumbre del mañana.
Microsoft también tuvo su cuota de escepticismo. Steve Ballmer, sucesor de Bill Gates, menospreció el potencial del iPhone, criticando su falta de teclado y su alto costo.
Estas anécdotas subrayan una verdad incómoda: incluso los más experimentados pueden errar al subestimar la evolución y las posibilidades emergentes. La clave de sus errores no fue la falta de inteligencia, sino la renuencia a dudar en sus campos de expertise.
La duda es, según el método científico, un catalizador del conocimiento. Karl Popper, filósofo de la ciencia, defendió la falsabilidad como la esencia del progreso científico: una teoría sólo se sostiene hasta que es refutada por evidencia nueva. Esta filosofía nos insta a cuestionar constantemente, a no asumir verdades absolutas.
Sin embargo, la duda raramente es valorada en el mundo contemporáneo. Se espera que los expertos brinden certezas, no incertidumbres. La educación a menudo refuerza esta cultura de la certeza, desalentando el "no sé" y fomentando una apariencia de conocimiento infalible.
Pero es precisamente en la capacidad de dudar donde reside la semilla de la experimentación y la innovación. Si nos cerramos a la posibilidad de que nuestras creencias puedan ser incorrectas, limitamos nuestra capacidad para descubrir y crear.
Revalorizar la duda es fundamental para fomentar una cultura de innovación y progreso. Es hora de reconocer su valor y hacer espacio para la incertidumbre en nuestras vidas profesionales y personales.
Joan Cwaik forma parte de www.evenpro.com.ar , reconocida agencia de speakers de la región
Cultura Evenpro
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