Un miembro del equipo de la NASA durante los ensayos de campo para la recuperación de la cápsula de retorno con las muestras de la misión OSIRIS-REX

Mundo > Exploración espacial

La misión que recolectó muestras del asteroide Bennu regresó con éxito a la Tierra

Los científicos esperan que el material mejore la comprensión sobre la formación del sistema solar y de cómo nuestro planeta se volvió habitable
Tiempo de lectura: -'
25 de septiembre de 2023 a las 05:04

La misión que recolectó muestras del asteroide Bennu regresó a la Tierra luego que la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA liberara una cápsula que contiene las rocas y el polvo del cuerpo de 500 metros de diámetro para un aterrizaje seguro en el campo de entrenamiento y pruebas del Departamento de Defensa de Estados Unidos en el desierto de Utah.

Los científicos esperan que el material recogido de la superficie del asteroide en 2020 ayude a investigar cómo se formaron los planetas hace unos 4.500 millones de años y cómo comenzó la vida en la Tierra, además de mejorar nuestra comprensión de los asteroides que podrían impactar en nuestro planeta.

“Cuando tengamos las rocas y el polvo de Bennu, estaremos viendo material que existía antes que existiera nuestro planeta, incluso algunos granos podrían ser más viejos que nuestro sistema solar”, explica el profesor Dante Lauretta, investigador principal de la misión.

“Estamos tratando de rastrear nuestros inicios y responde a interrogantes sobre cómo se formó la Tierra y por qué es habitable. Pero también a otras preguntas como, por ejemplo, de dónde viene el agua de nuestros océanos y el aire de nuestra atmósfera. Y tal vez lo más importante: cuál es la fuente de todas las moléculas orgánicas que componen la vida”, agrega Lauretta.

La sonda espacial OSIRIS-REx fue lanzada en 2016 y las muestras iniciaron su regreso a la atmósfera cuando la misión, a unos 108.000 kilómetros de la Tierra, liberó la cápsula que las contenía en un descenso de 13 minutos a una velocidad máxima de 43.000 km/h, antes que se desplegaran en forma sucesiva dos paracaídas para permitir un suave aterrizaje.

“Que la cápsula llegue un área objetivo de 650 kilómetros cuadrados es como arrojar un dardo a lo largo de una cancha de baloncesto y dar en el blanco", explica Rich Burns, administrador del proyecto OSIRIS-REx. De no haberse podido efectuar con éxito, los controladores habrían tenido una nueva oportunidad recién en 2025, luego que la sonda diera una vuelta al sol.

"Las misiones de retorno de muestras son difíciles. Hay una serie de cosas que pueden salir mal", dice Sandra Freund, administradora del programa OSIRIS-Rex, de la empresa Lockheed Martin. Por esa razón, los equipos de la NASA prepararon muy cuidadosamente el regreso de la cápsula, incluso en el caso de un "escenario de aterrizaje duro" con el fin de preservar el material.

"Cuarto limpio" en Texas

Ya en Tierra, un equipo revisó la condición de la cápsula antes de colocarla en una malla que fue cargada por un helicóptero y llevada a un "cuarto limpio", desde donde será trasladad en avión a un laboratorio especializado del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas. Recién allí será abierta.

Algunas de las muestras serán estudiadas ahora, mientras que otras serán guardadas para que futuras generaciones de científicos apoyados en mejores tecnologías puedan analizarlas, una práctica habitual que comenzó durante las misiones Apolo a la Luna.

La obtención de las muestras implicó una operación de alto riesgo en octubre de 2020. La sonda hizo contacto con el asteroide por unos pocos segundos y emitió una ráfaga de nitrógeno comprimido para levantar la muestra y capturarla. El brazo de la sonda se hundió en el suelo revelando una densidad mucho menor de la esperada.

“Sin embargo, esto permitió tomar una muestra de 250 gramos, mucho más de los 60 gramos previstos inicialmente, lo que constituye la muestra más grande tomada por una misión más allá de la órbita lunar", señala Melissa Morris, ejecutiva del programa de la NASA.

"Semillas de vida”

Las primeras muestras de asteroides fueron traídas  a la Tierra por sondas japonesas en 2010 y 2020, y en la última se descubrió uracilo, uno de los componentes del ARN, hallazgo que refuerza la teoría de que la vida en la Tierra pudo ser plantada desde el espacio exterior cuando un asteroide chocó con nuestro planeta.

Asteroides como Bennu y Ryugu, uno de los estudiados por Japón, pueden parecer similares pero son "muy, muy diferentes", según Lauretta. “Las muestras pueden representar las semillas de vida que estos asteroides entregaron al comienzo de nuestro planeta, dando lugar a la biósfera terrestre y la evolución biológica", agrega el investigador.

"No esperamos que haya nada vivo, pero sí los componentes básicos de la vida. Eso es lo que motivó la recolección, comprender cuáles fueron los precursores que pueden haber fomentado la vida en nuestro sistema solar y en la Tierra", dice Nicole Lunning, curadora principal de las muestras del OSIRIS-REx.

Según las observaciones previas, los científicos esperan encontrar rocas muy oscuras, potencialmente de diferentes tipos. “Algunas tendrán algo de carbono, así como compuestos orgánicos", detalla Lunning, cuya tarea será conservar el material puro y sin contaminación, luego de desarmar con cuidado el recipiente que lo contiene.

Ingredientes de la Tierra

"Estas muestras no han golpeado la Tierra. No han estado expuestas a nuestra atmósfera, no han estado expuestas a nada excepto al espacio hostil durante miles de millones de años. Nos ayudarán a determinar si lo que pensamos es verdad", afirma Eve Beger, cosmoquímica que aguarda con impaciencia la llegada de las muestras.

¿Traerá Bennu algo nunca visto luego de su viaje de siete años y más de 7.000 millones de kilómetros? "Nunca se sabe, pero sería emocionante ver algo que no habíamos visto antes", afirma Beger con relación al asteroide, que por su trayectoria es el que tiene más probabilidades de impactar a la Tierra, aunque las chaces sean bajísimas, y cuya estructura se cree contiene agua.

Si, como especulan algunos expertos, la Tierra temprana estaba tan caliente que perdió gran parte de su agua, encontrar una coincidencia entre el H2O de Bennu y el existente en nuestro planeta podría impulsar la idea de que un bombardeo posterior de asteroides tuvo gran relevancia en darles volumen a nuestros océanos.

También es posible que Bennu contenga entre un 5% y un 10% de su peso en carbono. Por esa razón, “uno de los primeros análisis que se harán a las muestras incluirá un inventario de todas las moléculas basadas en carbono”, dice la profesora Sara Russell.

“Sabemos, a través del estudio de los meteoritos, que los asteroides probablemente contienen distintas moléculas orgánicas. Sin embargo, los meteoritos muchas veces están bastante contaminados, así que estas muestras nos dan una oportunidad única de descubrir realmente cuáles son los componentes orgánicos prístinos de Bennu”, agrega Russell.

“De hecho, nunca hemos buscado en los meteoritos los aminoácidos de las proteínas por el problema de la contaminación. Así que creemos que realmente vamos a avanzar en nuestro entendimiento de lo que llamamos la ‘hipótesis de entrega exógena’, la idea que estos asteroides fueron la fuente de los bloques fundacionales de la vida”, finaliza Lauretta.

(Con información de AFP y la NASA)

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...