La ONU lanzó este miércoles un dramático llamado a hacer donaciones para enfrentar las "inmensas necesidades" de millones de personas sin vivienda ni alimentos tras el terremoto que sembró destrucción en Turquía y Siria y dejó casi 40.000 muertos, según cifras provisorias.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó a los Estados miembros del organismo a aportar "sin demora" 397 millones de dólares para asegurar "una ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente casi cinco millones de sirios", empezando por "refugio, atención médica y alimentos".
Guterres precisó que pronto hará un llamamiento similar para ayudar a Turquía, pero centró su pedido en Siria donde “las necesidades son inmensas", dijo, agravadas por la guerra civil en el norte del país, la afectada por el sismo.
En paralelo, este mismo miércoles, Naciones Unidas pidió a los estados miembros US$ 5.600 millones para cubrir durante 2023 las necesidades humanitarias de 11,1 millones de personas en Ucrania y 4,2 millones de refugiados que han huido de su país asolado por la guerra.
"Casi un año después, la guerra sigue causando muertes, destrucción y desplazamientos a diario, y a una escala asombrosa", dijo el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Martin Griffiths, en un comunicado.
"Sabemos que la ayuda para salvar vidas no está llegando a la velocidad y escala necesarias" a Siria, insistió Guterres.
Hasta la noche del martes, el saldo de muertos reportados era de 39.106, de los cuales 35.418 son en Turquía y 3.688 en Siria.
Pero se trata de cifras aun provisorias mientras sigue tareas de remoción de escombro y rescate de sobrevivientes que han pasado más de 210 horas bajo las ruinas. Los equipos de rescate lograron el martes sacar con vida a sólo cuatro personas entre los escombros en Turquía.
"Estamos asistiendo a la peor catástrofe natural en la región europea de la OMS en un siglo y aún estamos midiendo su magnitud", declaró un funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación al terremoto.
En el lado sirio, por primera vez desde 2020 un convoy de ayuda se dirigió el martes a las zonas rebeldes del norte por el puesto fronterizo de Bab al-Salama, con Turquía, informó AFP. El paso conecta el territorio turco con el norte de la provincia de Alepo, controlada por facciones sirias leales a Ankara.
Lo integraban 11 camiones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) cargados de carpas, colchones, mantas, alfombras y otros.
Siria había anunciado previamente la apertura de dos nuevos pasos fronterizos con Turquía por un período inicial de tres meses para acelerar la llegada de ayuda humanitaria, por especial reclamo de la OMS
"Celebramos la noticia de que parte de la ayuda de la ONU ha pasado hoy (este martes) por los pasos fronterizos de Bab al Salam y Al Rai, y esperamos recibir más información de la ONU sobre cómo se está desarrollando este acuerdo sobre el terreno", dijo el Departamento de Estado, Ned Price.
Activistas y equipos de emergencia han criticado la lenta respuesta de la ONU en las áreas controladas por los rebeldes en Siria, en contraste con los aviones cargados de ayuda humanitaria que han llegado a los aeropuertos controlados por el gobierno.
Según el ministerio de Transporte sirio, hasta ahora han aterrizado en Siria 62 aviones con ayuda y se esperan más en los próximos días, sobre todo de Arabia Saudita.
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