La OTAN mira hacia el Este y considera a China una “amenaza” para el resto del mundo

La OTAN que es esencialmente una alianza transatlánticaformada en 1949 para enfrentar a la URSS, ha ido girando gradualmente su foco de atención hacia China. Como lo ha dicho repetidamente el secretario general Jens Stoltenberg, “China se ha vuelto difícil de ignorar para la alianza”.

Según Stoltenberg, “China se está acercando a nosotros” en todo tipo de formas, desde el Ártico hasta África y desde el ciberespacio hasta las redes 5G y otras inversiones en infraestructura en Europa, sin mencionar la intensificación de los ejercicios conjuntos con Rusia.

No sorprende entonces que el comunicado de Vilnaotorgue un espacio considerable a China y “las amenazas” que representa para el resto del mundo. 

En su párrafo 23, el comunicado dice: “Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de la República Popular China desafían nuestros intereses, seguridad y valores. La República Popular China emplea varias herramientas políticas, económicas y militares para aumentar su presencia global y proyectar poder mientras permanece opaca sobre su estrategia, intenciones y desarrollo militar”.

Según el comunicado, “el híbrido malicioso, las operaciones cibernéticas, la retórica de confrontación y la desinformación de la República Popular China apuntan a los Aliados y dañan la seguridad de la Alianza. La República Popular China busca controlar sectores tecnológicos e industriales clave, infraestructura crítica y materiales estratégicos y cadenas de suministro. Utiliza su influencia económica para crear dependencias estratégicas y aumentar su influencia. Se esfuerza por subvertir el orden internacional basado en reglas en los dominios espacial, cibernético y marítimo”.

Los líderes de la OTAN expresan que están trabajando juntos para abordar los desafíos que plantea China a la seguridad euroatlántica y garantizar la capacidad de la alianza en defensa y seguridad de los aliados. 

“Estamos impulsando nuestra conciencia compartida, mejorando nuestra resiliencia y preparación, y protegiéndonos contra las tácticas coercitivas y los esfuerzos de la República Popular China para dividir la alianza. Defenderemos nuestros valores compartidos y el orden internacional basado en reglas, incluida la libertad de navegación”, expresa el comunicado.

La preocupación está centrada no sólo en el apoyo de China a Rusia sino por su respaldo a países como Corea del Norte que promueven la proliferación nuclear e incluso por la propia política nuclear de Beijing. 

Al respecto, se expresa que “nos oponemos a cualquier intento de producir o apoyar la producción de plutonio para programas militares bajo la apariencia de programas civiles, lo que socava los objetivos del Tratado de no proliferación nuclear (TNP). Instamos a la República Popular China a participar en discusiones estratégicas de reducción de riesgos y promover la estabilidad a través de una mayor transparencia con respecto a sus políticas, planes y capacidades de armas nucleares”.

La respuesta china no se hizo esperar y la misión china ante la Unión Europea dijo en un comunicado que el contenido de lo expresado por la alianza atlántica con respecto a China “ignoró hechos básicos, distorsionó la posición y las políticas de China y desacreditó deliberadamente a China”.

Sin embargo, contrariamente a las expectativas de muchos observadores, el comunicado ha evitado mencionar nada sobre Taiwán, que se teme pueda ser la “Ucrania de Asia” con China como invasor. 

Pero Jens Stoltenberg, mencionó a Taiwán cuando le dijo a la prensa “China está desafiando cada vez más el orden internacional basado en reglas, negándose a condenar la guerra de Rusia contra Ucrania, amenazando a Taiwán y llevando a cabo una acumulación militar sustancial.”

El comunicado también menciona la creciente importancia del Indo-Pacífico en la geopolítica global, afirmando que “el Indo-Pacífico es importante para la OTAN, dado que los desarrollos en esa región pueden afectar directamente la seguridad euroatlántica. Damos la bienvenida a la contribución de nuestros socios en la región de Asia y el Pacífico (Australia, Japón, Nueva Zelanda y la República de Corea) a la seguridad en el Euroatlántico, incluido su compromiso de apoyar a Ucrania”.

Cabe señalar que cuatro líderes del Indo-Pacífico: el primer ministro japonés Fumio Kishida, el presidente surcoreano Yoon Suk Yeol, el primer ministro australiano Anthony Albanese y el primer ministro neozelandés Chris Hipkins asistieron a la cumbre en la capital lituana.

Nanda recuerda que las preocupaciones de la OTAN sobre China no son una novedad. Ya en 2020 un informe del organismo, titulado “OTAN 2030: Unidos para una nueva era” indicó claramente que “la OTAN debe dedicar mucho más tiempo, recursos políticos y acción a los desafíos de seguridad planteados por China, sobre la base de una evaluación de sus capacidades nacionales, peso económico y los objetivos ideológicos declarados de sus líderes

El Concepto Estratégico 2022 que se adoptó en la anterior Cumbre en Madrid, los días 29 y 30 de junio de 2022 designó oficialmente a China como un "desafío sistémico" y señaló cómo las "ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de China desafían los intereses [de la OTAN], seguridad y valores”, agregando que “China es opaca en la implementación de su modernización militar y su estrategia de fusión militar-civil declarada públicamente. También está cooperando militarmente con Rusia”.

En esencia, los temores de la OTAN hacia China confluyen desde cuatro direcciones, según Nanda.

En primer lugar, se teme que las fuertes inversiones de China en Europa en áreas críticas como las redes de telecomunicaciones y las instalaciones portuarias podrían debilitar la capacidad de la OTAN para responder adecuadamente a las crisis internacionales, si es necesario, militarmente.

China posee alrededor del diez por ciento de toda la capacidad portuaria europea. Particularmente preocupantes son las inversiones de China en infraestructuras en las redes viales y ferroviarias de Europa del Este que podrían complicar la movilidad militar y la preparación de la OTAN en una situación de crisis.

En segundo lugar, la cooperación militar entre Beijing y Moscú ha aumentado recientemente, con las armadas rusa y china realizando ejercicios militares conjuntos en los mares Mediterráneo y Báltico. Además, los dos países están colaborando en el Ártico, lo que tiene graves implicaciones de seguridad para la “Ruta del Mar del Norte”, la ruta alternativa para conectar Asia con Europa para disminuir la dependencia del Canal de Suez.

En tercer lugar, los misiles de largo alcance, los portaaviones y los submarinos de ataque nuclear de China, con sus capacidades de “alcance global”, ahora plantean serios desafíos para la OTAN. La situación podría ser más grave en este sentido con los crecientes ataques cibernéticos en Europa por parte de piratas informáticos con sede en China.

Y finalmente, si las crecientes amenazas militares de China a Taiwán, cuya protección es el compromiso moral y diplomático de Estados Unidos, lleva al estallido de una guerra entre los dos, la OTAN, liderada por Estados Unidos, será una parte afectada de una u otra manera. 

Prakash Nanda estima que, aunque el artículo 5 del tratado de la OTAN, que estipula que un ataque armado contra un miembro de la alianza debe tratarse como un ataque contra todos, podría no aplicarse aquí, ya que limita explícitamente la respuesta a los ataques que ocurren en Europa y América del Norte, es posible que, ante la realidad de una crisis militar global, las cosas no sean tan estrictas como se estipula en el papel.

Cabe señalar que los principales miembros europeos de la OTAN, como el Reino Unido, Francia y Alemania, están desempeñando actualmente un papel militar en el Indo-Pacífico, lo que hasta hace poco no se verificaba.

En 2021, los miembros de la OTAN enviaron 21 buques de guerra a aguas asiáticas, donde realizaron operaciones conjuntas con todas las armadas regionales preocupadas por la creciente beligerancia china. Se dijo que la demostración de fuerza más importante fue el viaje de siete meses a través del Mar de China meridional (mayo-diciembre de 2021) del British Carrier Strike Group 21 (CSG21), basado en el nuevo portaaviones HMS Queen Elizabeth y su escolta de dos destructores de la Royal Navy, dos fragatas, dos barcos de apoyo y un submarino de propulsión nuclear.

Francia también ha enviado buques de guerra a través del Estrecho de Taiwán y despliega permanentemente 7.000 efectivos militares, 20 naves de guerra y 40 aviones en sus posesiones soberanas que incluyen 1,6 millones de habitantes y una Zona económica exclusiva (ZEE) de nueve millones de kilómetros cuadrados. También participó con diez aviones de combate en ejercicios conjuntos con Estados Unidos en las islas del Pacífico justo antes de la cumbre de la OTAN. 

El grupo de ataque de portaaviones de Francia, conformado alrededor del Charles de Gaulle de propulsión nuclear, también ha operado con la Armada de la India en el Océano Índico.

Alemania también está dirigiendo su atención a la región del Indo-Pacífico. La estadía de la fragata alemana Bayern en el Indo-Pacífico fue una gran novedad en 2021. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, anunció en la cumbre de defensa Shangri-La Dialogue el mes pasado que Berlín enviaría dos buques de guerra al Indo-Pacífico el próximo año.

La OTAN es una alianza regional de Europa y América del Norte. Pero sus preocupaciones y desafíos son cada vez más globales y todas sus actividades en el Indo-Pacífico están, sin duda, centradas en China.