La policía regional de Cataluña dirá este miércoles si aplica la orden de la fiscalía de precintar los colegios para impedir el referendo de secesión del domingo, mientras la agitación se extiende a los estudiantes independentistas, que se declararon en huelga.
La cúpula de los Mossos d'Esquadra tiene prevista una reunión a las 12 horas con la fiscalía superior de Cataluña, que el martes le dio al cuerpo la orden drástica de precintar los espacios electorales a más tardar el viernes por la noche, y vigilarlos hasta la noche del domingo.
Sin embargo, la tarea es peliaguda para los Mossos, por su cercanía con la ciudadanía catalana, profundamente dividida sobre la conveniencia de seguir en España o separarse.
"Lo que probablemente hagan es evitar el voto en las grandes ciudades, así se evita que voten dos millones de personas", sobre un cuerpo electoral de más de seis millones, especulaba a AFP una alta fuente judicial que requirió el anonimato.
"Factible puede ser, el problema está en los disturbios que pueda generar", estima por su parte el portavoz de la asociación Jueces por la Democracia, Ignacio Gonzalez Vega.
La idea del gobierno catalán es habilitar los mismos colegios que en las últimas elecciones regionales, es decir, unos 2.700.
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Un número muy elevado de centros, al que se añade otra dificultad: la posible ocupación de colegios por parte de estudiantes independentistas de secundaria, convocados a la huelga desde este miércoles y hasta el 1 de octubre.
"Hacemos un llamamiento a todos los estudiantes de Cataluña para organizarse. Defenderemos colegios y haremos campaña hasta el final", indicó en su cuenta de Twitter el principal sindicato estudiantil, el SEPC.
Igualmente, el pequeño sindicato anarquista CGT llamó a una huelga general en Cataluña el 3 de octubre. Por el momento no se pronunciaron los dos mayores sindicatos, Comisiones Obreras (CCOO) y UGT.
ETA se mete en el debateLa crisis catalana seguía cobrando vuelos a nivel político, y este miércoles fue la organización independentista vasca ETA la que se pronunció.
"El Estado español es una cárcel para los pueblos, y así se muestra al negar la identidad nacional de los Países Catalanes", escribe ETA en un comunicado publicado por el diario vasco Gara.
En el Parlamento, la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó que el país vive "un momento histórico sin precedentes", por el empeño de los independentistas de "negar siglos de historia compartida entre españoles y de acabar con años de estabilidad democrática".
El gobierno conservador de Mariano Rajoy se ha mostrado inflexible con el afán de los independentistas catalanes de celebrar el referéndum y ha desplegado par impedirlo todo un arsenal de medidas jurídicas.
La oposición de izquierdas no ha dejado por ello de criticar al ejecutivo, reiterando que no puede "esconderse detrás de los jueces" y que debe privilegiar una solución política.
"El principal problema es que ustedes no tienen ninguna propuesta ni para Cataluña ni para Espana", le espetó este miércoles al gobierno la portavoz parlamentaria de Podemos, Irene Montero.
En otro registro, el escritor barcelonés Eduardo Mendoza, flamante premio Cervantes, cargó también contra el gobierno en una tribuna en El País.
"En el caso del Gobierno actual la cosa se agrava porque sus recursos intelectuales son, por decirlo de algún modo, limitados", señala Mendoza, que arremete también contra el nacionalismo, que "tuvo su momento y pasó".
El conflicto político catalán se deja sentir también en los asuntos corrientes.
La crisis ha tensado la relación entre el gobernante Partido Popular (PP), minoritario en la cámara, y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyos votos necesita el ejecutivo de Rajoy para sacar adelante las leyes en la cámara.
Por ello, el gobierno decidió postergar la adopción del proyecto de presupuestos de 2018.
Igualmente, Rajoy anuló su participación en una cumbre europea informal europea prevista este viernes en Estonia.
Pese a ello, el ejecutivo conservador recabó desde el martes dos importantes apoyos a su posición.
En Washington, el presidente estadounidense Donald Trump dijo en una comparecencia junto a Rajoy que "España es un gran país, y debe permanecer unido".
Y en Francia, la ministra francesa de Asuntos Europeos dijo que su país es "favorable a la unidad de España", y añadió que "ese referéndum es contrario a la Constitución española".
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