La tragedia de atraso cambiario

Vine a vivir en Uruguay como expatriado (enviado y pagado por una empresa que opera internacionalmente) en 1990, y descubrí de primera mano lo que significaba tener un atraso cambiario. Vine de Holanda y mi salario holandés se ajustó por una serie de elementos, uno de los cuales fue la diferencia en el costo de vida. Uruguay fue un 40% más caro que Holanda. En 1990 Lacalle era presidente. 

Ahora en 2023 Uruguay tiene como presidente al hijo de Lacalle. Uno de los presidentes más liberales de nuestros tiempos y un firme defensor de la libertad, los valores liberales, la democracia y los derechos humanos. Incluso como inmigrante, este joven y dinámico presidente liberal me enorgullece. 

No los llevaré a un análisis de carácter técnico, porque otros economistas ya confunden al público más que suficiente. Esa discusión no viene al caso. Solo diré que controlar la inflación es un falso dilema, porque el único generador de inflación según Milton Friedman es el Estado. 

El punto es que Uruguay nuevamente es demasiado caro. El costo de vida es escandalosamente alto, para todos, y con un valor del peso uruguayo de alrededor de 36,50, la economía, el empleo, los costos y los precios uruguayos se están distorsionando por completo. Atrasos Cambiarios pareren ser un fenómeno crónica y no solamente con los Lacalles. Es recurrente. Es crónica. Es solución fácil. Es maquillaje de los numéritos macro. 

El papel de cualquier banco central es garantizar la estabilidad de precios y eso ha sido ampliamente ignorado. Todas las excusas de que es por "el mercado" se están quedando cortas. El objetivo central de la política económica es garantizar un crecimiento económico sostenible, evitar una próxima recesión, una crisis financiera y un desempleo sin precedentes. 

Toda actividad económica que finalmente vende en dólares, pero tiene sus costos en pesos uruguayos, está sufriendo. Agricultura, sector forestal, la ganadería, construcción (sector más importante que predice el crecimiento económico), todo el sector exportador, turismo, inversiones extranjeras directas. Incluso el potencial de Uruguay para ser un paraíso seguro para los inmigrantes se vuelve sombrío. 

Los beneficios políticos y económicos a corto plazo están perjudicando la prosperidad económica a medio y largo plazo. Todos sabemos adónde conduce el atraso cambiario: recesión, desempleo, cierre de empresas, colapso de inversiones y destrucción de riqueza, y en última instancia, otra mega devaluación. 

Si el polvo golpea el ventilador, todos nos ensuciamos, pero los hombres y mujeres comunes que dependen de sus trabajos serán los más afectados. De nuevo. 

Uruguay no puede permitirse este nivel de costo. Es maravilloso que los que ganan en pesos puedan comprar dólares baratos, viajar a Argentina (o a otros lugares, como USA, el Caribe o Europa) y disfrutar de la vida. Sin embargo, es irreal. No durará y el costo que pagará la sociedad, especialmente los hombres, mujeres comunes, será mucho más alto que los beneficios actuales a corto plazo.

Presidente Lacalle, tal vez quiera considerar cambiar su equipo económico, antes de que sea demasiado tarde y la historia se repita.