Paloma Galaviz y Carmela Bazzino, alumnas en una escuela rural de Canelones, se pusieron la celeste y –en Estados Unidos– representaron al país presentando resultados de un proyecto de investigación cuyo objetivo fue determinar variables ambientales que promueven la presencia de mariposas en el patio escolar.
Darío Greni, maestro y director en la escuela rural N° 88 Alfred Nobel, destacó a El Observador que las niñas representaron a un amplio conjunto de alumnos que trabajaron en el proyecto desde 2020, que se prepararon con mucho esfuerzo en el tramo final (durante dos meses y medio) y con un fuerte apoyo familiar y de sus educadores hicieron la presentación, en inglés, en la 27ª Reunión Anual del Programa Globe, en Denver, a mediados de julio.
El proyecto que Carmela (cursa 6° en 2023) y Paloma (cursó 6° en 2022) presentaron en Estados Unidos se tituló “Relación entre el avistamiento de las mariposas, las variables ambientales y la vegetación en el patio escolar”.
El trabajo se estructuró con base en períodos de observación desde marzo a mayo y setiembre a noviembre. Los días lunes, miércoles y viernes cinco alumnos de 6° año (fueron rotando, de modo que todos participen en las tareas de campo) desarrollaron diversas tareas, como tomar temperaturas, calcular la cobertura de nubes, registrar la velocidad y dirección del viento, también los niveles de humedad y en ese momento –unos 25 minutos– buscar mariposas y cuando las veían anotar sus características, fotografiarlas y cotejar sus datos con los de la Guía Uruguaya de Mariposas que fue realizada por la bióloga Gabriela Bentancur-Viglione, científica de cabecera en el proyecto escolar.
Greni remarcó que el proyecto de las mariposas, iniciado en 2020 y aún en evolución, no es algo aislado, está involucrado en una gestión de investigación en ciencias naturales y sociales con variados logros.
La emergencia sanitaria por la pandemia de covid motivó a repensar prácticas y así junto con otros actores –Marta Kingsland (Argentina), Claudia Caro (Perú) y Andrea Ventoso (Uruguay)– “desarrollamos un macro proyecto que consistía en determinar en primer lugar un ser para estudiarlo en cada uno de los ámbitos educativos en los que estamos involucrados”, explicó.
“Fueron los chiquilines quienes seleccionaron a la mariposa como bioindicador de la calidad del ambiente en el que nos encontramos y fue así que se estructuró un protocolo de observación para cada vez que salíamos al patio”, añadió.
Desde 2020 fueron participando alumnos de 6° año de distintas generaciones, sumándose actividades hasta alcanzar a 146 salidas de campo con sus respectivos registros.
Los niños que trabajaron en el proyecto durante 2022 dejaron como legado a los de 2023 la creación de un jardín de mariposas, totalmente abierto, “porque ninguno de nosotros queríamos un mariposario, acá las mariposas vienen y se van cuando quieren”, aclaró.
Sí se introdujo, como variable innovadora, la de las plantas hospederas: el año pasado se plantaron 60 diferentes vegetales que hacen posible que la mariposa adulta pueda en ellos liberar el néctar de las flores o depositar huevos para darle continuidad al ciclo reproductivo.
“Nos encontramos ahora en la etapa de verificar si el número de mariposas que se observan y registran es mayor tras la introducción de esas plantas hospederas”, dijo el maestro.
Paloma y Carmela, en Denver y en un ámbito al que asistieron unas 250 personas, presentaron los resultados de la investigación en una suerte de feria de ciencias, en su stand, con su poster y allí sin que hayan faltado los lógicos nervios iniciales se desenvolvieron de gran modo, aprendieron y disfrutaron.
“Ellas mostraron el trabajo suyo y de sus compañeros, estuvieron orgullosas de hacerlo en un ámbito muy especial, que solo se realiza una vez al año y allí estuvo, con ellas, la escuela rural, la verdad fue un momento muy especial que nos alienta a todos a seguir por este camino”, indicó Greni, quien señaló dos actitudes de alta relevancia en su gestión y la de los maestros que lo acompañan: la estrategia colaborativa al interior de la escuela que dirige y hacia el exterior, con otras instituciones; y que siempre el niño sea el centro de cada una de las prácticas, “que ellos propongan temas para investigar, que sean partícipes activos en los procesos de formación académica y en lo personal”.
Carmela, entre otras consideraciones, destacó: “La experiencia fue increíble, nos gustó mucho presentar nuestro trabajo a personas e instituciones de distintos países y a la gente de Globe”.
También, agregó, “fue muy interesante recorrer, ver distintos sitios en Colorado junto a los profesores de Globe y otros estudiantes y aplicar los protocolos del estudio del medioambiente”.
Mencionó además el desafío que implicó tener que estudiar, presentar el trabajo e interactuar en todo momento en inglés, para lo cual fue fundamental el respaldo de las “teachers”, a quienes agradeció.
“Las actividades fueron fantásticas (…), de las cosas que nunca me voy a olvidar es de las personas y los recuerdos de esa maravillosa experiencia, por ejemplo visitar el Centro de Energías Renovables, nos invitó una uruguaya que vivía allí”, añadió.
Estoy muy agradecida a la escuela, a los maestros por acompañarnos en esta experiencia, por la gran oportunidad, a mi familia, a mis teachers y a muchas personas más de mi entorno que me ayudaron a prepararme y me acompañaron en todo este proceso”.
Pamela, luego de detallar las características del proyecto en el que estuvo involucrada, también se expresó sobre la experiencia: "Quisimos ir a Estados Unidos porque era un país nuevo, pero además porque era una experiencia inigualable, única, que no se da siempre en la vida y que nos puede abrir puertas a distintos caminos".
"Pudimos conocer a distintas personas, de distintas partes de Estados Unidos y del mundo, pudimos hacer muchos intercambios culturales y además conocer sobre la cultura de Denver", añadió.
Destacó, entre las actividades desarrolladas, las visitas al Laboratorio de Energías Renovables, museos de ciencias y al parque botánico.
Finalmente, agradeció a la escuela y a los maestros por "la oportunidad que nos dieron, que es es inigualable y que seguramente va quedar marcada en nuestra memoria".
En la escuela rural Alfred Nobel el proyecto de ciencias relacionado con las mariposas integra una sucesión de desarrollos iniciados en 2014 y cuyos antecedentes son al menos igualmente de atractivos, si no más.
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