Por Manuel Otero (*), especial para El Observador
Como en otros sectores de la economía, el conocimiento y las tecnologías son claves para explicar el desarrollo reciente de la agricultura. También son centrales para enfrentar los desafíos que se ciernen sobre los sistemas agroalimentarios y para impulsar el desarrollo sostenible.
La revolución tecnológica a la que asistimos está asociada a la disponibilidad de equipamientos, herramientas y sistemas aplicados a los procesos de producción, transformación y comercialización. Todos esos factores impactan todas las actividades económicas y la agricultura no es ajena a esos procesos.
Los beneficios potenciales que ofrece la digitalización de la agricultura son cuantiosos, pero su expansión en América Latina y el Caribe marcha a ritmo apenas incipiente debido a seis barreras:
Los obstáculos muestran que facilitar el acceso a las tecnologías es una condición necesaria y básica para una transformación de envergadura de los sistemas agroalimentarios y la ruralidad. Pero universalizar el acceso no es suficiente. Se requiere también impulsar la formación en habilidades digitales para desarrollar capacidades que permitan a sus usuarios un salto cualitativo.
Por eso, reducir las brechas digitales de acceso y en el uso y apropiación de las tecnologías en los ámbitos rurales debe ser prioridad para el diseño de políticas.
Un uso intensivo y dúctil de las tecnologías tiene una enorme potencialidad para tornar más eficientes, inclusivos y sostenibles los procesos productivos y los servicios públicos y privados, abona una mejora de la productividad y la calidad de los productos y servicios, promueve oportunidades de empleo y la formación en el medio rural y amplía las posibilidades de conocimiento, todos factores clave para alcanzar un desarrollo sostenible y robustecer los sistemas agroalimentarios.
Nos enfrentamos a una urgente y gran tarea que requiere una amplia coalición entre Estados, la cooperación internacional, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.
Nos unen objetivos imprescindibles para la construcción de un capital social inestimable: conectar a la ruralidad y preparar a su población para un uso intensivo e inteligente de las tecnologías, construyendo puentes sustentables entre los sectores rurales y urbanos.
(*) Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá