La expectativa era grande porque el autor, que supo ser director de la ex Junta Nacional de la Leche e integrante de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), ha dedicado los últimos años a estudiar a fondo la producción de la ganadería vacuna de carne.
La obra intenta "desatar una discusión" acerca de si la ganadería uruguaya está estancada y, en caso afirmativo, buscar las razones, según Peyrou.
"La ganadería no está invirtiendo en productividad", aseguró Juan Peyrou
Para el autor hay estancamiento en la ganadería y la reflexión comenzó a partir de la afirmación de que la producción de carne vacuna "estuvo en declinación hasta 1990, luego tuvo un crecimiento nunca visto hasta 2006 y a partir de ese momento se estanca con oscilaciones".
El meollo del análisis de Peyrou es la producción de carne por hectárea y a partir de esa hipótesis llega a la conclusión de que "la ganadería no está invirtiendo en productividad".
Señaló que la producción de carne vacuna por hectárea se situó en 40 kilos en 1990 y llegó a superar los 70 kilos en 2006 (ver gráfica).
Hay una evolución de la faena a la baja y un retorno a una participación mayor de animales adultos en la misma en los últimos ocho años.
Examina también los mejoramientos forrajeros, que pasan de las 600 mil hectáreas en 1990 a 2,7 millones de hectáreas en 2006, y que se han reducido a 2015. Con una sustitución creciente de las praderas permanentes, de mayor costo de instalación, por los cultivos forrajeros anuales.
Peyrou afirmó que "no está en los mercados" el problema, pero dijo que Uruguay "quedó encandilado" por los mejores precios de la carne, que "duplicaron los ingresos", y ese logro "no permitió ver el estancamiento productivo".
Luego cuestionó la trazabilidad obligatoria, al decir que "el único que la exige es la Unión Europea", donde Uruguay coloca 15% de sus exportaciones. "El justificativo de que la trazabilidad mejoraría los precios no está claro. No hay ninguna mejora", dijo, y abogó por trazar solo el ganado que va para ese mercado.
Peyrou analizó también la incidencia de las políticas públicas que, "en un escenario de competencia creciente" –con la agricultura y la forestación– es posible que "no haya resultado favorecida". Por lo cual, "la inestabilidad y el tratamiento adverso, podrían estar conduciendo a menores niveles de inversión".
Por otra parte, dos referentes del agro uruguayo –Álvaro Simeone, investigador y profesor de la Facultad de Agronomía de la Udelar, y Rodolfo Irigoyen, especialista en Economía Agrícola y consultor privado– fueron invitados a comentar el libro de Juan Peyrou sobre la cadena cárnica.
Simeone hizo varios aportes para la reflexión sobre una obra que reconoció como un aporte valioso. Dijo que "el cambio de tendencia a partir de 2006" de caída o estancamiento de la producción "es el problema del encandilamiento" de los precios.
Tras reconocer que el tema tecnológico influye, Simeone resaltó el concepto de que "el paradigma oficial 'más pasto y después vemos lo que da' no anduvo".
Luego se preguntó si hay un problema de tecnología, de precios o de políticas públicas, pero mencionó dos problemáticas. Una es que en algunos escenarios hay una zona de confort de la que no se busca salir. Lo otro es la adopción de tecnología, donde Simeone dijo que "existe tecnología, pero no es de bajo costo", y remarcó que "toda aplicación de tecnología tiene costo".
"El paradigma oficial 'más pasto y después vemos lo que da' no anduvo", aseguró Alvaro Simeone
En el caso de Irigoyen, aclaró de entrada que no compartía el planteo de medir la marcha de la ganadería a partir del parámetro físico de producción de carne por hectárea, "de creciente grado de obsolescencia", aunque reconoció "la solvencia del trabajo" de Peyrou. "Lo encorseta a sacar conclusiones que cambiarían con otros indicadores.
Irigoyen reseñó los sucesos ocurridos en Uruguay y el mundo desde la ronda Uruguay del GATT en 1986 y enumeró los acontecimientos que influyeron en la producción agropecuaria, como la sequía de 1988/89, la caída de la Corporación Lanera Australiana, la ley forestal, y "el trienio negro" 1999-2001, con la devaluación en Brasil, la sequía, la fiebre aftosa y la crisis financiera. Y la posterior paulatina recuperación. Para concluir que, más que los kilos, por el lado del valor el análisis sería más rico para el agro y el país.
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