Seguramente recuerde la campaña Saman Piropos, aquella que comenzaba con una voz en off que decía que cuando las mujeres encaran, los hombres achican, en la que se veía a una mujer piropeando a los hombres, quienes reaccionaban derritiéndose, achicándose, convirtiéndose en gigantografía de cartón. Probablemente no se haya preguntado por qué la publicidad terminaba con un hombre tomando -con cierta fuerza- el brazo de la mujer, y preguntándole si le daba la receta para conquistarlo. Se mantuvo bastante tiempo en la tanda uruguaya y generaba simpatía.
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