Los influencers

Los influencers representan algo parecido a lo que llamamos fama, belleza, una vida llena de lujos y exceso furioso, de photoshop.

¿De dónde saldrá esta gente tan linda? Su origen son las redes sociales, principalmente Instagram y Tik Tok. Si sos muy joven puede que creas que no hay otra cosa mas allá de esto o aquello. 

Influencer es alguien que tiene miles de seguidores en redes, que promociona ropa, accesorios, juegos de video, productos, mopas y afines.Y aunque no lo creas siendo hijos de internet, no siempre estuvieron en la red.

Ya en el paleolítico, cuando la gente tenia que usar su dedo para discar y hacer una llamada telefónica, había influencers.

En el pasado cualquier persona que tuviera credibilidad sobre un tema y a la que una multitud estuviera dispuesta a escuchar podría considerarse un influencer.

Eso sí: ninguno publicaba fotos poniendo boca de pava silbadora para vender maquillajes o jugosos acuerdos para promocionar sus productos. Así que, para nuestros influencers  favoritos, ustedes tampoco inventaron el marketing. A fines del siglo XIX los productos empezaron a utilizar personas como imagen de un  producto.

A partir de ahí fue cuando se comenzaron a buscar figuras del mundo del espectáculo para promocionar sus productos en radio, televisión y gráfica. Todos medios arcaicos de los que ya nadie se acuerda (bueno, algunos sí…)

Volviendo a la realidad y a la actualidad, el marketing de influencers ha crecido exponencialmente, y tenemos influencias de moda, deporte, belleza, tecnología, gastronomía, vida saludable y cualquier nicho de mercado que se nos pueda ocurrir.

Y que fue lo que disparó el fenómeno influencer. La gente venía confiando cada vez menos en las marcas, y las grandes corporaciones pusieron manos a la obra y se sumaron al tiro de las R.R.S.S (redes sociales) donde gente famosa, no sabemos exactamente por qué, como las Kardashians y algunos más, podían promocionar productos de una forma más natural que el típico anuncio de televisión. Donde todo está supercalculado y acaba viéndose falso. (si hay algo que las Kardashian carecen, es de naturalidad).

Aparecieron nuevos “actores”, gente hasta ahora desconocida que tenia una importante audiencia que escuchaban sus mensajes, sobre algún tema especifico. Influyentes que de repente se encontraron con una audiencia. Influyentes que en los medios tradicionales jamás hubieran existido.

Gente que sigue como un rebaño a sus pastores. Pero también a estas audiencias les fascina seguir en micro capítulos la vida de las Kardashians cuyas historias se desarrollan encapsuladas en lujosas burbujas, ajenas a como es la vida de la persona promedio. 

Según los analistas y sus encuestas la gente confía mas, en lo que los influencers dicen sobre una marca que lo que la marca dice sobre sí misma. Aunque sea L Gante el que lo dice.

Si la gente no confía en las marcas probablemente confiaría en alguien que si confiaba en ellos. 

Compras un móvil marca “aguachumeris” porque el influencer dice que es genial o lo compras porque una persona que consideras que tiene autoridad en temas tecnológicos dice que te va a ser útil. 

La gente se harto de los anuncios. Y desde que se inventaron las herramientas para bloquearlos, el modelo de negocio clásico caduco. (C’est fini, kaput, finiquito).

Por lo tanto las marcas pensaron: ¿nos querés bloquear? Le pago a tu influencer favorito para que hable de mí y sea él quien te convenza de darnos tu dinero. Y así es como comienza a circular. Y como nos cantó Liza Minelli en Cabaret: la plata hace girar al mundo.

En publicidad siempre se maneja una cantidad importante de plata, las ganancias de los influencers dependerá si son micro o macro, y cuánta gente los sigue. En marketing hay también interés por la gente con pocos seguidores porque va dirigido a un nicho de mercado especifico. 

Si alguno tiene un pasatiempo por el cual te miran de reojo, capaz sea tu oportunidad. El top tres de los influencers mejores pagos del mundo son Kylie Jenner, Selena Gomez y Kim Kardashian. La marca que los contrate, obviamente no está esperando que alguno de ellos haga un descubrimiento para la humanidad, obtendrán un retorno de inversión teniendo en cuenta el cachet del talento (con mucha generosidad TA-LENTO) y la cantidad de seguidores. 

En 2022 se movió la friolera suma de 15.000 millones de dólares en todo el mundo en este tipo de acción.

La contradicción de la influencia es que las marcas los buscan porque la gente confía en ellos, porque los siente auténticos y cercanos, aun así se crea un modelo aspiracional.

Una vez que son contratados deberán hacer esfuerzos draconianos para mantener feliz a la audiencia y por supuesto a las marcas que ponen la tarasca (fue con rima y todo).

A la vez que la arcaica televisión, las redes sociales también manejan el concepto de verosímil. No tiene que ser verdad, pero sí creíble. Es fácil engañar en redes sociales.

Lo importante no es ser o hacer sino parecer.

La gente quiere honestidad y autenticidad pero sigue a gente q no es como ellos, sino como lo que quieren.

Resumiendo el influencer tiene que tener una vida de cuento de hadas porque de lo contrario quien le haría caso.

ACLARACIÓN: ser o seguir un influencer no es ni malo ni bueno, el problema es cuando se hace mal uso del poder que sus seguidores le confieren y el alcance que poseen. 

La búsqueda de fotos perfectas para IG se volvió una locura. Gente posando con cara de circunstancia hasta con paisajes fuera de contexto, incluyendo situaciones de riesgo. Lo importante no es seguir un modelo de comportamiento en el cual se puede poner en riesgo, incitar o imitar algo que pueda hacer daño, esto esta lejos de lo que un influencer debe hacer.

Tu vida y la de los influencers no son una sucesión de fotos perfectas y para ir cerrando como dijo Roosevelt: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Nos vemos