Lula da Silva evaluó que en las próximas semanas la UE tendrá la contrapropuesta del Mercosur

"La respuesta está siendo discutida entre los cuatro países”, dijo el mandatario en referencia a la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro socios plenos del Mercosur, ocasión en la que agregó que “en dos semanas, o en tres semanas” habrá una propuesta definitiva.

"Estoy optimista de que podremos concluir este acuerdo aún este año. Fíjense que digo aún este año, porque sería bueno que tengamos un acuerdo con España en la presidencia de la UE y mi presidencia protémpore al frente del Mercosur", acotó el mandatario durante una conferencia de prensa que brindó en Bruselas, tras el cierre de la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur se viene negociando desde hace más de dos décadas, y registra pocos avances desde 2019, cuando ambos bloques concluyeron las negociaciones para la firma de un Acuerdo de Asociación Estratégica, texto que, además, deberá conseguir la aprobación legislativa por parte de todos los países involucrados.

Desde el inicio, el proyecto chocó contra numerosas dificultades, desde cuestiones de protección comercial hasta ambientales, con fuertes entredichos entre Brasil y Francia por la conservación de la Amazonía, además de las diferencias que se registran hacia el interior del Mercosur por la velocidad y la profundidad de la apertura comercial.

La Asociación Estratégica entre Mercosur y la UE implicaría la integración de un mercado de 800 millones de habitantes, casi una cuarta parte del PBI mundial y con más de US$ 100.000 millones de comercio bilateral de bienes y servicios.

Según los impulsores, su puesta en marcha abriría oportunidades para los países del Mercosur de exportar a un mercado con más de 500 millones de habitantes con un PBI per cápita promedio de US$ 34.000, además de acceder a una oferta más diversa y de mayor calidad de productos a precios más competitivos.

AFP

Las dificultades para cerrar el acuerdo se acrecentaron en marzo pasado, cuando la UE presentó a los países del Mercosur una minuta con su visión de lo que debería incluir el capítulo ambiental, adicional al negociado al acuerdo comercial, carta que Brasil rechazó enérgicamente. "Europa había hecho una carta agresiva para el Mercosur, que amenazaba con sanciones si no cumplíamos con determinados requisitos ambientales", expresó Lula da Silva.

“Socios estratégicos no discuten con amenazas” había señalado el mandatario brasileño en junio pasado, cuando la titular de la Comisión Europea (CE), el brazo ejecutivo de la UE, Ursula von der Leyen, visitó Brasilia en el marco de una gira por América Latina.

"No aceptamos la carta adicional de la UE. Es imposible imaginar que entre asociados históricos como nosotros alguien haga una carta con amenazas. Preparamos nuestra respuesta, y creemos que la UE estará de acuerdo con ella", dijo ahora en Bruselas.

Lula da Silva también se refirió a la declaración final de la cumbre entre la UE y la CELAC que tuvo que zanjar discrepancias sobre la guerra entre Ucrania y Rusia, texto de 10 páginas que apenas hace mención al conflicto y se abstiene de cualquier referencia a Rusia, documento que calificó como “muy razonable” en la medida en que responde “al interés de todos”.

A pesar de las presiones de los países europeos, los presidentes y jefe de Estado de la CELAC se empeñaron en impedir que la primera cumbre entre los dos bloques en ocho años se centrase casi exclusivamente en la situación en Ucrania.

"Expresamos nuestra profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está agravando debilidades ya existentes en la economía mundial", expresa el documento en su en español. La declaración indica asimismo que "refrendaron la presente declaración todos los países, con una única excepción por estar en desacuerdo con uno de los apartados".

"Todos los miembros de la CELAC están alineados, salvo Nicaragua", declaró ante del cierre del encuentro el presidente francés, Emmanuel Macron, con relación a la guerra entre Moscú y Kiev. Lula da Silva, por su parte, relativizó los desacuerdos al señalar que durante la cumbre estaba en discusión "la visión de 60 países” y que se “debe asumir que no todos estarán de acuerdo”.

El mandatario brasileño insistió en la necesidad de impulsar un cese de hostilidades entre rusos y ucranianos, y consideró imperioso crear un grupo de países capaces de dialogar tanto con Ucrania como con Rusia. Ante una consulta sobre si consideraba prioritario que Moscú retirase sus tropas del territorio ucraniano, Lula da Silva evaluó que lo más importante es el inmediato cese de las hostilidades.

"La retirada es parte de los acuerdos de paz. Pero es preciso sentarse a la mesa de negociaciones. Lo que nosotros queremos es que pare la guerra, esa es la condición sine qua non para discutir la paz. Mientras haya disparos, no hay diálogo posible", agregó el mandatario brasileño.

(Con información de la agencia de noticias AFP)