Lula da Silva redobló sus críticas a la conducción bolsonarista del Banco Central de Brasil

"Brasil no necesita tener una meta de inflación tan rígida, como quieren hacer ahora, sin lograr alcanzarla. Necesitamos una meta que podamos alcanzar. La política monetaria tiene que ser móvil, no tiene que ser fija y eterna y tener en cuenta la sensibilidad de la realidad económica y las aspiraciones de la sociedad", aseguró Lula.

El nuevo reclamo del mandatario y líder del Partido de los Trabajadores (PT) se concretó poco después de que Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles del país, anunciara la suspensión temporaria de su producción en sus tres plantas debido a la falta de demanda, pese a los subsidios estatales para reducir los precios de automóviles.

Lula da Silva fustigó a Campos Neto, designado por Bolsonaro, aprobado por el Senado y con mandato hasta 2024 por la Ley de Banco Central independiente. "Tenemos a un ciudadano que me parece que no entiende absolutamente nada sobre el país, no entiende nada sobre la gente, no siente nada por el sufrimiento de la gente y mantiene una tasa de interés para servir a los intereses de quién, ¿a qué intereses sirve en este momento?", cuestionó el mandatario.

El Consejo Monetario Nacional, integrado con representantes del Banco Central, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Planificación, es el que estudia las metas de inflación que fija la autoridad monetaria. Actualmente, la meta de inflación fijada el año pasado por la autoridad montería es de 3,25% anual para 2023, con un techo de 4,75%, en momentos en los analistas esperan una dinámica deflacionaria para junio y julio.

"El dinero tiene que circular, hay que acelerar el crédito, no se puede hacer capitalismo sin capital para toda las personas", subrayó el líder del PT en declaraciones a Radio Gaúcha de Porto Alegre, ocasión en la que cuestionó la tasa de interés del 13,75% anual cuando la inflación acumulada en 12 meses hasta mayo fue de 3,94%, lo que convierte la tasa de interés de referencia más cara del mundo.

El presidente aseguró que el nivel de la tasa de interés es "absurdo" y advirtió que si el Banco Central sigue elevándola "habrá muchas empresas en quiebra porque nadie puede captar dinero para invertir”. Lula da Silva agregó que "la tasa es incompatible con la inflación, no hay un sector de la economía, salvo el financiero, que esté a favor de esta tasa” y apuntó al Senado al señalar que “tiene responsabilidad porque aceptó la designación del expresidente".

Campos Neto fue convocado al Senado para dar explicaciones sobre la política monetaria en virtud que por la Ley de Independencia del Banco Central el organismo está obligado a ocuparse de la inflación, pero también del crecimiento de actividad económica y del empleo. Debate que se da en momentos en que el Fondo Monetario Internacional pronosticó un crecimiento del 0,8% en 2023 para Brasil, muy lejos de la meta de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) del 2% que se fijó el gobierno de Lula da Silva.

La preocupación del gobierno por el nivel de la tasa de interés se refleja en los últimos datos del mercado laboral. En mayo registró un saldo positivo de 155.270 empleos formales, resultado que se explica por el efecto combinado de poco más de  2.000.000 de incorporaciones y 1.844.932 despidos, según el Registro General de Ocupados y Desocupados del Ministerio de Trabajo y Empleo.

En los primeros cinco meses del año, se crearon 865 mil puestos de trabajo, por un total de más de 43 millones de empleos formales. Una dinámica que, pese a los números positivos, el ministro de Trabajo y Empleo, Luiz Marinho, dijo estuvo muy por debajo de las expectativas del gobierno “debido a la política de altas tasas de interés practicada por el Banco Central”.

"Aunque 155.270 es un saldo positivo nada despreciable para el mes de mayo, las previsiones eran de cifras aún más elevadas, como mínimo de unos 180.000 empleos. Está muy claro que lo que conduce a este proceso es precisamente la falta de crédito, y la falta de crédito está directamente relacionada con los tipos de interés", agregó Marinho.

En este contexto, el gobierno lanzó el Plan Cosecha de Agricultura Familiar 2023/2024, con R$ 71,6 mil millones destinados al crédito rural, unos US$ 15.000 millones, cifra que representa un aumento del 34% en comparación con la cosecha anterior y que alcanza un total de R$ 77,7 mil millones al sumarse a otras medidas, como compras públicas, asistencia técnica y el programa de Garantía de Precios Mínimos para los Productos de la Sociobiodiversidad.

Tasas de interés más bajas para los proveedores del mercado doméstico y de las cadenas de la bioeconomía sustentable, incentivos para la compra de maquinaria agrícola, la expansión del microcrédito productivo para agricultores familiares del Norte y Nordeste del país, la inclusión productiva de indígenas, además de más crédito para mujeres rurales y acceso a la tierra, son algunas de las medidas anunciadas durante los últimos días por Lula da Silva.

"Lo que estamos haciendo es tratar de reducir la gran desigualdad que aún existe entre los pequeños productores y los grandes, entre los que trabajan y los propietarios de las empresas que generan trabajo. Hay una diferencia que no puede seguir existiendo, de lo contrario el mundo no vale la pena", dijo el mandatario, quien también destacó que el gobierno retomará la política de precios mínimos para la producción de alimentos y la compra de excedentes en caso de cosechas récord.

"Ustedes van a sembrar y nosotros vamos a garantizar precios mínimos para que nadie tenga pérdidas en su cosecha", planteó Lula da Silva, al tiempo que destacó la importancia de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) en el mantenimiento de las reservas estratégicas para evitar "escasez de alimentos en el país y un aumento desmedido de los precios".

En lo inmediato, según las actas del Comité de Política Monetaria del Banco Central, la "visión predominante" durante la última reunión fue de una mayor confianza para una rebaja de los tipos de interés a partir de agosto, que se ha mantenido en el 13,75% anual desde agosto de 2022, el más alto desde enero de 2017, para la primera economía sudamericana.

(Con informa de agencias)