¿Cuánto estás dispuesto a cambiar y resignar por una copa de vino, una jarra de cerveza o un cóctel al atardecer? ¿Cuánto cambia tu vida si podés tomar hasta 0,3 g/l de alcohol y luego subirte a un auto y manejar? De esto quiero conversar hoy contigo y no solamente desde el punto de vista de la salud y de potenciales vidas salvadas, sino también desde el punto de vista de la cultura mental que –lenta pero sostenidamente– viene cambiando en los uruguayos.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá