Mas de 330 rabinos norteamericanos rechazan a miembros de extrema derecha del nuevo gobierno israelí

En una carta abierta, los rabinos expresaron que no invitarían a miembros de la extrema derecha a hablar en sus congregaciones y organizaciones y alentarían a todas las congregaciones de la comunidad a unirse a la protesta como “demostración de nuestro compromiso con nuestros valores judíos y democráticos”.

Los ministros del gobierno israelí a veces hablan en las sinagogas estadounidenses para obtener apoyo para sus iniciativas e ideas. No está claro si las figuras que critican duramente a los judíos no ortodoxos, como lo han hecho los legisladores de extrema derecha, aceptarían invitaciones de sus sinagogas incluso si se las ofrecieran.

Sin embargo, señala The Times of Israel, el tono intransigente de la carta y la amplitud de los firmantes es una señal de una creciente crisis en las relaciones entre Israel y la comunidad judía norteamericana provocada por el ascenso de los partidos de extrema derecha.

La carta está dirigida al sionismo religioso, que ganó 14 escaños en las elecciones del 1 de noviembre en una lista conjunta con Otzma Yehudit y Noam. Las tres facciones se separaron nuevamente después de las elecciones y ahora están celebrando negociaciones de coalición por separado. La carta de los rabinos parecía estar destinada a los tres sectores.

Los firmantes de la carta provienen de los movimientos Reformista, Conservador y Reconstruccionista, miembros actuales y anteriores de las juntas de rabinos de Chicago y Los Ángeles; rabinos que dirigen las congregaciones conservadoras y reformistas más grandes del área de Washington DC, ex líderes de los principales cuerpos de los movimientos reformistas y conservadores, el actual líder del movimiento Reconstruccionista, y el rector de la Universidad Judía Estadounidense con sede en Los Ángeles.

La organización para la redacción de la carta fue responsabilidad de David Teutsch, un destacado rabino reconstruccionista de Filadelfia, y John Rosove, el rabino emérito del Templo de Israel en Los Ángeles.

La carta cita cinco propuestas del sionismo religioso que, afirman, “causarán un daño irreparable a la relación entre Israel y la diáspora judía”, a saber, limitar la Ley del Retorno, erosionar los derechos LGBTQ, permitir que la Knesset (el Parlamento) anule los fallos de la Corte Suprema, anexar partes de Cisjordania y expulsar a los ciudadanos árabes “desleales”.

Las propuestas del sector de la derecha religiosa han sido encabezadas por el líder del sionismo religioso Bezalel Smotrich, por Itamar Ben Gvir de Otzma Yehudit y por Avi Maoz de Noam, junto con los aliados ultraortodoxos de Netanyahu en los partidos Shas y United Torah Judaism y el Likud del primer ministro entrante. Los cinco partidos conforman el bloque mayoritario de 64 escaños de Netanyahu en la Knesset de 120 escaños.

Netanyahu ha dicho que confía en que podrá limitar algunas de las figuras que planea nombrar para dirigir ministerios, por lo que hay dudas sobre cuánto de las propuestas de los sectores más extremistas de la coalición se podrán llevar a cabo.

Varios grupos judíos estadounidenses Incluidos la Liga antidifamación (ADL), los principales movimientos no ortodoxos y los grupos políticos liberales judíos del Medio oriente Socios por un Israel progresista, J Street y Americanos por la Paz, se pronunciaron en contra de incluir a la facción de extrema derecha en el gobierno mientras Netanyahu negociaba con las facciones, y han acentuado sus críticas a partir del anuncio que se había formado gobierno este miércoles.  

Abe Foxman, ex director de la ADL y un referente desde hace mucho tiempo del apoyo judío a Israel dijo a principios de este mes que tenía la esperanza de que Netanyahu pueda contener a la extrema derecha, pero que “si Israel deja de ser una democracia abierta, no seré capaz de soportarlo”.

Algunas organizaciones que se pronunciaron en 2019 cuando Netanyahu consideró una coalición con extremistas guardaron silencio incluso cuando otras dieron la voz de alarma desde las elecciones, incluido el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-israelí (AIPAC) y la Conferencia de presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses.

Una declaración de AIPAC después del anuncio de Netanyahu esta miércoles afirmó que “una vez más, el estado judío ha demostrado que es una democracia sólida con las libertades que los estadounidenses también aprecian”. La Conferencia de presidentes no se ha pronunciado.

La mayoría de los grupos ortodoxos tampoco se han pronunciado sobre el nuevo gobierno. La Organización Sionista de América, que respalda la construcción de asentamientos, ha indicado que apoyará al nuevo gobierno.

El Comité Judío Estadounidense cambió ligeramente su tono antes de las elecciones, negándose a hacer declaraciones, pero en una declaración posterior al anuncio de Netanyahu, expresó una postura similar a la de Foxman, diciendo que trabajaría con Netanyahu “para ayudar a garantizar que la retórica incendiaria que han empleado algunos miembros de la coalición gobernante, retórica que no representa los valores democráticos de Israel, su papel como patria para todos los judíos, y su inquebrantable búsqueda de la paz, no definirá las políticas internas y externas del nuevo gobierno”.