Sobre las tres de la tarde del jueves 1° de agosto, los padres de Ignacio Repetto escucharon un tiro. Salieron de su casa –ubicada en un campo en Flores– y se encontraron con el peor panorama: el cordero de 13 días de una oveja que se preparaba para participar en Expo Prado estaba muerto.
“En la tarde mis padres largaron a la oveja y su cordero a comer en un campo ubicado contra la ruta. A las tres de la tarde sintieron un tiro y se levantaron. Se ve que pasó alguien y le pegó un tiro al cordero que estaba echado con la madre”, narró a El Observador Repetto, el productor afectado.
La familia vive a 800 metros de la ciudad de Trinidad. Explotan un predio chico de producción ovejera. Los productores invierten año a año en genética para sacarle más rédito a la producción ovina.
“Cuando me llamó mi madre para contarme yo estaba trabajando en Paysandú. Me agarré tremenda calentura, pero cuando me fui a acostar me puse a pensar que esto está pasando en todos lados, porque están tirando tiros por todos lados. A mí me llamaron porque me mataron un cordero y nos cortó la ilusión. Pero está todo podrido”, reflexionó.
Según el ovejero, el tiro fue adrede, porque el campo se ubica frente a una peatonal en la que pasa gente caminando todo el tiempo.
“Fue alguno que pasó jugando tiro al blanco o cualquier cosa. La verdad que nos deja impactados, porque la gente normal pasa caminando y dice: ‘¡qué lindo el corderito!’, pero no pasa y le pega un tiro”, explicó.
El productor insistió en que el animal tenía 13 días de nacido, por lo que no pudieron matarlo para robarlo y comerlo, sino que fue solamente “para hacer daño”.
Y no se trató de cualquier cordero: era hijo de la Reservada Gran Campeona de Expo Durazno de 2019 y del Gran Campeón de 2017. Lamentablemente, la madre no podrá participar de la próxima Expo Prado, porque fue inscripta en la categoría oveja preñada o parida. Además, a la oveja –al no tener a su cordero que mame la leche– se le formó una mastitis muy grande. El animal ha extrañado mucho a su hijo y eso también se hace sentir, por lo que el productor decidió no llevarla a la rural a pesar de que, según Repetto, con la denuncia “se puede llegar a acceder al Prado”.
Más allá de la pérdida económica –que se estima es de US$ 1.000 por el potencial genético que tenía el animal– la noticia afectó a la familia. “Es algo que te entrega. Cuidas a la oveja día tras día. Estas a un mes de ir al Prado, con la preinscripción hecha y quedar afuera por un boludo que tiró un tiro; te desgarra totalmente”, se lamentó.
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