A sus 85 años falleció este lunes el Inglés Carlos Blixen, un emblema de Trouville y medallista olímpico en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956.
El basquetbolista jugó durante 17 temporadas, entre 1954 y 1970, en forma ininterrumpida en el primer equipo de los rojos de Pocitos. Debutó con 17 años en el plantel principal. Si su campaña se extiende desde que ingresó a los Cebollitas hasta su retiro, estuvo 20 temporadas, desde la cancha con piso de tosca, cuando se ingresaba por la sede de avenida Brasil.
Fue goleador, figura y un estratega dentro de la cancha.
Luego, cumplió el rol de maestro en formativas y en 1973 asumió como entrenador del primer equipo. Con los rojos fue vicecampeón en el histórico Torneo Federal de 1973, cuando con un equipo amateur le peleó el título a los profesionales Peñarol (campeón) y Hebraica Macabi y perdió la final con un doble fuera de hora del Bandido Bianchi, en el último partido ante los aurinegros.
La medalla de bronce en los Juegos Olímpicos en 1956 es el reconocimiento más importante de su exquisita y extensa trayectoria con la celeste (1955-1963). Estuvo en dos Juegos, los de 1956 y en Roma 1960, en el que Uruguay culminó octavo.
Jugó cinco Sudamericanos y fue campeón en Cúcuta 1955. También estuvo en Santiago de Chile 1958 (vicecampeón), Córdoba 1960 (cuarto), Río de Janeiro 1961 (vicecampeón), Lima 1963 (tercero),
Disputó dos Mundiales, el de Chile 1963 (noveno) y Brasil 1963 (décimo), y estuvo en el Panamericano de San Pablo 1963, en el que Uruguay fue cuarto.
Acumuló 70 partidos con la selección.
El debut del Inglés Blixen se produjo en la cancha de El Faro, en un partido que se jugó un domingo de mañana, contra Defensores de Maroñas por la primera fecha del Torneo Preparación de 1954 "Dr. Francisco Nicola Reyes". Ganó el rojo 40-34 y el Inglés marcó 14 puntos.
Ese año Trouville arrasó con todos los títulos: ganó el Preparación y el Federal de Segunda con su primer equipo, los dos torneos oficiales que se disputaron, y el de Tercera y Reservas. Los cuatro bajo la dirección técnica de Javier Rey.
Al año siguiente ganó el Preparación de Primera de 1956 y fue vicecampeón en el de 1961. Fue técnico del primer equipo durante una década, entre 1973 y 1980, incluido el vicecampeonato de 1973, los primeros pasos en el profesionalismo.
Por razones de trabajo, en 1981 se radicó en España.
En la Memoria del club, del Ejercicio de 1970/1971, así quedó patentado su alejamiento de las canchas: “Esta temporada de 1970 ha marcado el retiro de las canchas por parte del Inglés Blixen, jugador único con la camiseta de Trouville y con la celeste de nuestra Selección Nacional. Afirmamos esto porque si bien grandes jugadores no han escaseado, ni en nuestro medio ni en nuestro querido Club, es ciertamente muy difícil encontrar otro ejemplo de un auténtico crack que, al mismo tiempo, haya sido un invariable caballero, un deportista cabal respetuoso de sus adversarios y de la autoridad de jueces, técnicos y dirigentes; excelente compañero, dentro y fuera de la cancha y, por añadidura, cien por ciento amateur. Por todo ese cúmulo de virtudes es que el Inglés Blixen, depositario de una añeja y romántica tradición de honestidad y de pureza deportiva, que logró mantener en alto durante casi dos décadas, llegó a constituirse en imagen y símbolo de ese Trouville que tanto quiere y que tan bien defendió. De 1951 a 1970 –veinte temporadas consecutivas- marcó un récord de continuidad vistiendo su camiseta roja. Con el N° 3 primero, en la época en que Julio Folle lo bautizó como el ‘Niño de Trapo’, con el N° 13 más tarde y para siempre, cuando en su magistral madurez deportiva se había ganado el apodo de ‘Profesor’, supo mantenerse siempre igual a sí mismo, jugando invariablemente con ‘la cabeza fría y el corazón caliente’, valga la frase que él aplicó en reciente oportunidad a un novel compañero. Setenta veces internacional en competencias oficiales, fue el trouvillense que más veces vistió la camiseta celeste y el que más tantos marcó en su defensa. Paseó su calidad de Lima a Melbourne, de Córdoba a Roma y en todas partes dejó el selló de su señorío deportivo. Su trayectoria se cierra, pero su ejemplo perdurará por siempre. Y la gloria acumulada, sin alardes ni alharacas, por verdadero ‘derecho de conquista’, refleja honor sobre nuestro Trouville, que ha tenido el privilegio de ser defendido por este deportista sin par”.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá