Espectáculos y Cultura > LA SERIE GANÓ MARTÍN FIERRO DE ORO

Nicolás Furtado, el gran estratega

Con solo 29 años, el actor uruguayo ya juega en las ligas más importantes de la televisión argentina; actuó en Educando a Nina y en El Marginal
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19 de febrero de 2017 a las 05:00

Este año volvemos wacho.. #elmarginal #elmarginal2 !! #segundatemporada @undertransmedia @netflixlat #diosito

Esta nota fue publicada el pasado 19 de febrero.

Cuando entró al café de Punta Carretas en donde estaba pautada la entrevista resultó difícil reconocerlo. No porque llevara puesta una gorra de visera ancha o lentes oscuros; tampoco porque mantuviera la cabeza gacha y los ojos clavados en un teléfono saturado con notificaciones, intentando pasar inadvertido. Era porque para quienes lo conocen por su trabajo en televisión, Nicolás Furtado es un nombre detrás de personajes que físicamente se parecen poco al actor.

Es extraño ver su rostro enmarcado en una maraña de cabello castaño –como tenía aquella tarde– y no en una de color fucsia intenso o rubio oxigenado. Verlo sonreír con una dentadura completa también llama la atención. Uno de sus últimos personajes, Diosito, un carcelario emocionalmente inestable, tenía los dientes corroídos por la falta de higiene y el consumo de drogas.

Detrás de esas caracterizaciones hay un uruguayo de 29 años que hace cinco vive en Argentina y ya juega en las grandes ligas de la televisión porteña. Luego de un tiempo en el que realizó intervenciones en ficciones diarias de Telefe con personajes menores, Furtado trabajó el año pasado en la telenovela Educando a Nina en el personaje de El Bicho, uno de los papeles protagónicos.
También en 2016 estrenó El marginal, una serie con características cinematográficas producida por Undeground (de Sebastián Ortega) que luego de su emisión por la Televisión Pública Argentina fue adquirida por Netflix; a mediados de este año empezará a grabar su segunda temporada con todo el apoyo de la multinacional del streaming.

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En pocas semanas comenzará a grabar Fanny la fan, una ficción diaria de Telefe, en la que tendrá el papel principal, junto a Agustina Cherri.

Desde La Teja

La vida de Nicolás Furtado es la historia de cómo un joven humilde del barrio La Teja eligió actuar gracias a su interés por conocer historias ajenas y un taller que hizo al terminar el liceo. Que se animó a dejar Montevideo y viajar a Buenos Aires confiando en las promesas de un productor, y que comenzó a trabajar en telenovelas –un formato de televisión que no le gustaba pero que creía imprescindible para triunfar en otros rubros, como el teatro o el cine, medios que le fascinan–. Es la historia de un joven que jugaba al básquetbol en el club Verdirrojo del Cerro y que este año la prensa argentina cree que podría ser nominado a Mejor actor en la próxima entrega de los premios Martín Fierro.

"Nacer en un barrio como La Teja fue lo mejor que me pudo pasar como actor y no lo cambio", Nicolás Furtado.

Es el que la noche antes de presentarse al casting para el papel en El marginal durmió en una plaza envuelto en cartones para llegar con "la energía del personaje" y luego audicionó fingiendo ser un exrecluso; y el que una vez que obtuvo el papel se metió en una de las villas más peligrosas de Argentina a comer un churro y dialogar con los vecinos, para conocer más de cerca una realidad que más tarde le tocaría interpretar. Es el que hizo de su carrera hasta ahora pura estrategia.

Las primeras changas

Cuando Furtado era un escolar, hace 20 años, los niños no usaban computadoras ni celulares. "Pasábamos todo el día en la calle jugando a la pelota, a las escondidas o haciendo guerras de agua", contó. El actor nació y creció en el barrio de La Teja, a nueve kilómetros del Centro de Montevideo, y estudió en el liceo no 61 del Cerro, en la calle Egipto entre China y Burdeos.

"Vivir ahí tenía sus cosas buenas y malas, pero no lo cambiaría por nada. Después entendí que nacer en un lugar así fue lo mejor que me pudo pasar como actor". Furtado intentaba mantenerse alejado de los conflictos y buscaba oxígeno de los problemas del barrio en otros lugares de la ciudad, practicando deportes en clubes y asistiendo a diversos talleres de arte. "Eso me llevó a relacionarme con otro tipo de gente, conocer otros lugares y contextos sociales", explicó.


A pesar de la preocupación de sus padres por mantenerlo lo más al margen posible de los dramas del barrio, Furtado se las rebuscó durante toda su adolescencia para derribar los prejuicios que, dice, sobrevuelan como nubes de tormenta –incluso hoy– La Teja. El joven encontró personajes, experiencias, psicologías, energías, miradas y densidades distintas en personas aparentemente sospechosas y que solo pueden encontrarse en la calle. "Me nutrí mucho de esas historias y me dieron cierto conocimiento para entender algunas realidades como las que después tuve que interpretar con mi personaje en El marginal".

Cuando terminó el liceo, Furtado ya sabía que quería ser actor. No importaba el precio. Ahí empezó un proceso de formación en escuelas como la de Ricardo Beiro, en teatro, y César Troncoso, en actuación frente a cámaras.

Los contactos que hizo durante su etapa formativa lo llevaron a audicionar y conseguir un papel menor en dos ficciones nacionales: en la primera temporada de Porque te quiero así (2011, Canal 10) y en Maltratadas (2011, Teledoce en coproducción con una compañía argentina).

Su mayor proyecto en Uruguay llegó en el 2013, cuando interpretó a Cooper en Relocos y repasados, una película de humor del director Manuel Facal. Fue después de Maltratadas cuando el sabor que le dejó la experiencia de formar parte del mundo audiovisual despertó en Furtado una necesidad urgente de probar suerte en otro lado.


"En Uruguay hay grandes actores, pero acá la única industria que funciona y en la que podía trabajar era la del teatro, más allá de alguna película o serie puntual con la que algún mango agarraba", explicó. Fue gracias a un productor argentino que conoció trabajando en Uruguay que el actor tuvo el impulso necesario para mudarse a Buenos Aires.

La selva de la televisión

El desembarco de Furtado en Argentina como profesional fue en un género televisivo que no es de sus favoritos: las telenovelas. "Tiene que ver con el tipo de historias que me gusta contar", aclaró el actor. También reconoció como una virtud inherente al trabajo en una ficción diaria como Dulce amor –la primera en la que participó con un papel menor– el hecho de que son rutinas intensas que generan "experiencia, entrenamiento y mucho oficio".

"La televisión es muy exigente porque corrés contra el tiempo. Muchas veces no hay margen para una segunda toma o para que te marquen un personaje. Nadie le da bola a un actor que recién entra y encima con un papel tan secundario. Caes ahí y es la selva".

La televisión argentina "es la selva".

Y así, sin recetas ni fórmulas mágicas, Furtado se hizo "fuerte" y logró prolongar la vida de su personaje hasta que la telenovela terminó. Según él, no fue casualidad sino estrategia.


"El actor tiene que tener técnica, inteligencia, sensibilidad y mucho criterio. Cuando entré a la ficción lo que hice fue mirar todo desde afuera y ver qué era lo que faltaba. Yo no iba a hacer de galancito joven o villano porque ya había uno. Tenía que lograr poner a mi personaje al servicio de la historia". Furtado definió su táctica como "un instinto de supervivencia".

Desde entonces no ha parado de trabajar en telenovelas de alto perfil mediático. Su objetivo es hacerse lo suficientemente conocido como para luego poder convocar a una buena cantidad de público en el teatro. De hecho, el uruguayo planea estrenar un unipersonal del dramaturgo César Brie en algún momento de este año entre las grabaciones de Fanny la fan, la nueva novela del primetime de Telefe, que protagonizará junto con Agustina Cherri y es la gran apuesta del canal para este año. "¡Es el desafío más grande en mi carrera hasta el momento!", exclamó el actor.

Entre Córdoba y Netflix

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El despegue en los medios le llegó a Furtado el año pasado, cuando coprotagonizó dos ficciones de peso en la televisión argentina: Educando a Nina y El marginal.

Tanto El Bicho como Diosito, sus respectivos personajes, impactaron con fuerza en los espectadores y fueron adquiriendo su propio peso en las historias de las que formaron parte. El Bicho, con su cabello fucsia y su humor desopilante, se convirtió en el cordobés que todos se alegraban al verlo; Diosito, con su complejidad psíquica y su apariencia desaliñada, eclipsó con su versatilidad al resto de los presos de la cárcel de San Onofre.

"El actor tiene que tener técnica, inteligencia, sensibilidad y criterio".

"Experimento bastantes cambios físicos con mis personajes. Me tienta mucho hacerlo pero no siempre puedo porque a veces la construcción es más interna y psicológica. Aunque me encanta jugar con las transformaciones", explicó Furtado, que con El marginal llevó esta idea al extremo. El uruguayo fue al casting luciendo igual que Diosito en la serie y sin decir que era actor. "Mi estrategia fue hacerme pasar por un excarcelario e impresionar a los productores. Iba a haber muchos actores y aposté a ser Diosito de verdad para diferenciarme. Me la rifé y funcionó".

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#diosito

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Luego de ser elegido, comenzó a trabajar en el personaje sin "juzgarlo ni catalogarlo". "Investigué en distintos lugares y recurrí a recuerdos míos del barrio hasta encontrarlo. Técnicamente es un personaje muy sutil porque siempre estoy al borde de la sobreactuación, hay una línea muy fina y yo trato de caminar sobre ella".

Por ahora, Furtado puede jactarse de ser un buen equilibrista.

Sus personaje más destacados

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Diosito
Serie: El marginal (TV Pública Argentina/Netflix). Año: 2016.
Un carcelario adicto a la cocaína con una psicología inestable y una identidad desdibujada. Regresará a la pantalla este año con una segunda temporada.

El Bicho
Telenovela: Educando a Nina (Telefe). Año: 2016.
Un cordobés cómico que lidera una banda de cuarteto y está enamorado del personaje interpretado por Griselda Siciliani.

Cooper
Película: Relocos y repasados. Año: 2013.
Un joven irresponsable, adinerado, bipolar y adicto a las drogas que no logra salir de un problema antes de meterse en otro.

Max
Telenovela: Somos familia (Telefe). Año: 2014.
Un joven que forma parte de un universo de ficción en el que cuatro hermanos huérfanos deben revivir un pasado doloroso para sanar sus almas.

Diego
Telenovela: Dulce amor (Telefe). Año: 2012.
Enamoradizo y un poco problemático, Diego encuentra el amor a lo largo de la historia y hace lo que sea para mantener a su enamorada feliz.




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