Mundo > Alemania
Ocho muertos en ataque a una iglesia de Testigos de Jehová de Hamburgo
Un saldo de ocho personas muertas dejó el tiroteo ocurrido en la noche del jueves en un centro de Testigos de Jehová situado en el barrio Gross Borstel del norte de Hamburgo, donde desde unas dos horas antes del ataque se habían congregado decenas de fieles para una reunión semanal consagrada al estudio de la Biblia. Entre los muertos, indicaron las fuerzas de seguridad, estaba el atacante que cometió la masacre y se suicidó.
La Policía fue alertada apenas pasadas las 9 de la noche en Alemania por los vecinos que sintieron detonaciones en el edificio de tres pisos donde se llevaba a cabo una actividad religiosa organizada por la comunidad.
Según señala el diario alemán Der Spiegel, un atacante había entrado por la fuerza en el edificio durante el acto, en el que estaban participando unas cincuenta personas y disparó sobre los concurrentes.
Cuando los agentes de Policía entraron en el edificio, encontraron muertos y heridos graves. Y, casi en el mismo instante, según relató un portavoz policial, escucharon un disparo procedente de la planta alta y, al subir, se encontraron con el cadáver de otra persona que, posiblemente, fuera el autor de la masacre. “Se había suicidado”, agregó el portavoz.
El atacante era un ex miembro de esta comunidad, con la que estaba en conflicto, indicó este viernes la Policía alemana.
"Philipp F. –como lo nombran en el comunicado oficial– era un exmiembro de los Testigos de Jehová que abandonó la comunidad hace unos 18 meses, aparentemente, no en buenos términos".
El diario Bild logró el testimonio de una de las vecinas de la iglesia de testigos de Jehová que llamó a la Policía: "Hubo unas cuatro rondas de disparos. En cada una de ellas escuchamos varios disparos, con un intervalo de entre 20 segundos y un minuto".
Temiendo un ataque masivo, en un primer momento, la Policía llamó a la comunidad a no salir a la calle y a buscar refugio en sótanos o lugares a resguardo, lo que, según señalaron los medios locales, creó una sensación de caos como hacía tiempo no se veía en la sociedad alemana.
La agencia de noticias AFP señaló que el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, calificó el hecho como "un acto de violencia brutal".
Si bien la Policía comunicó que “no hay información fiable sobre el motivo del crimen y que las investigaciones sobre el contexto continúan", Der Spiegel señaló que el autor del ataque es un antiguo miembro de los Testigos de Jehová, de entre 30 y 40 años, e iba armado de un revólver.
En otra clara advertencia, la Policía llamó a la sociedad a no especular sobre los motivos del ataque. Pero todos los medios señalan que las autoridades alemanas están alertas en los últimos años por la amenaza del yihadismo y de la extrema derecha.
Un atentado reivindicado por el grupo Estado Islámico causó 12 muertos en diciembre de 2016 en Berlín y se convirtió en el más sangriento cometido jamás en el país. Y la extrema derecha cometió ataques mortíferos contra centros comunitarios o religiosos en los últimos años. Más recientemente, en un atentado racista en Hanau, cerca de Fráncfort, un alemán implicado en movimientos conspiracionistas mató en febrero de 2020 a nueve jóvenes, todos ellos de origen extranjero.
