En 1938, Tailandia no tenía una identidad propia. El país, entonces llamado Siam, se encontraba flanqueado por colonias británicas y francesas, y era el resultado de una mezcla étnica con identidades regionales muy marcadas.
Cuando el exmariscal de campo Plaek Pibulsonggram, "Phibun" asumió el poder, el objetivo fue cambiar el panorama y hacer de Siam un país fuerte, nacionalista y moderno. Para lograrlo, 12 mandatos culturales motivaban al pueblo siamés a ser productivo y a enorgullecerse de su lugar de procedencia, que de ahí en adelante se llamaría Tailandia.
Como señala la web Priceonomics, mientras que algunas de las determinaciones luego fueron erradicadas, una disposición gastronómica de Phibun logró tanto superar el paso del tiempo como trascender las fronteras de Tailandia, convirtiéndose en uno de los símbolos más importantes de la nación.
Para la construcción de una identidad colectiva, Phibun consideró imperativo que existiera un nuevo plato nacional, ya que hasta el momento la comida predilecta de los tailandeses era arroz con pasta de chile, hojas y sal, que comercializaban vendedores chinos.
Según algunas fuentes, Phibun anunció una competencia para crear un nuevo plato nacional, aunque el hijo mismo del exprimer ministro comentó que la famosa receta, conocida como Pad Thai, era un plato que se cocinaba regularmente en su hogar.
Sea el que fuere el desencadenante del plato, sus raíces -paradójicamente- son chinas. Con fideos de arroz, huevos, pimiento rojo y salsa de pescado salteado en wok como sus ingredientes principales, el plato heredó dos elementos claves de la gastronomía china: los fideos y la técnica del sofrito. Fueron los sabores accesorios, a tamarindo y chile, los que dieron al plato el toque tailandés, y los que le permitieron popularizarse en otros países.
Phibun consideraba que el Pad Thai podía mejorar la dieta de los tailandeses, acostumbrados al arroz, y que cocinarlo en sartenes limpios optimizaría la higiene. Pero, más que nada, su objetivo era unir al país sin importar sus raíces chinas. Ahora, los puestos que venden Pad Thai llenan las calles de Tailandia y las cocinas de todo el mundo intentan replicar un sabor impuesto, pero aceptado.
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