Los números del balance del ejercicio 2020 que trató el consejo directivo de Peñarol este jueves en su sesión ordinaria y que el presidente Ignacio Ruglio había indicado que serían publicados en la jornada del viernes, finalmente deberán esperar una semana más.
El titular carbonero tenía la intención de hacerlos públicos teniendo en cuenta que no solo ya había sido aprobado el pasado 25 de marzo por sus propios compañeros de directiva, sino también, ya se encuentra auditado.
Esto se logró, entre otras cosas, debido al trabajo en conjunto de varios actores entre los que sobresalieron Álvaro Queijo, Eduardo Zaidensztat y el gerente financiero Pablo Lemas.
Sin embargo, hubo una petición de algunos dirigentes para que las cifras del balance no se dieran a conocer hasta la semana que viene debido a que querían revisarlas con mayor profundidad.
Esto derivó en que Ruglio le pidiera a una comisión formada por cuatro integrantes (uno por cada una de las listas representadas en el consejo) para que revieran los números y si hay alguna diferencia, que se expongan en el consejo de la semana que viene que seguramente será el jueves debido a que Peñarol se juega ante Cerro Largo el pasaje a la fase de grupos de la Copa Sudamericana este martes que viene.
Según pudo saber Referí, las cifras que se darán a conocer serán los números macro.
Es decir, se informarán entre otras cosas, las deudas contraídas con el plantel de futbolistas o con los cuerpos técnicos, también con los contratistas, así como las entradas que hubo por venta de jugadores, por derechos de televisión o por concepto de recaudación de cuotas sociales, solo por citar algunos rubros.
No obstante, no se informará en detalle cuánto se le debe a cada uno de los protagonistas que son acreedores del club, así como tampoco cuánto entró por determinado futbolista.
Cabe señalar dos ítems: la primera, que este balance es de 2020, por lo que tiene que ver con el último año de la presidencia de Jorge Barrera.
El segundo, es que normalmente en Peñarol los balances demoraban cerca de un año y a veces más, pero que en esta ocasión, se realizó en solo tres meses.
El proceso posterior es darlo a conocer a la Asamblea Representativa del club para que lo apruebe definitivamente.
El mismo fue auditado por el mismo estudio que lo viene haciendo en los últimos años, es decir, Gubba y Asociados.
A su vez, tanto el auditor como la comisión fiscal lo aprobaron “sin salvedades, por primera vez en mucho tiempo”, indicó una fuente del club a Referí.
Cabe recordar que el 5 de setiembre del año pasado, la citada asamblea pidió que el balance fuera auditado y no lo votó cuando se reunió en el Palacio Cr. Gastón Guelfi, pese a que el mismo había sido votado por unanimidad de los 11 consejeros de la institución carbonera.
El balance de la temporada 2020 tuvo una “ayuda” importante y fue que, como indicó la misma fuente, “se vendieron las joyas de la corona” que dieron una buena mano en lo económico.
Obviamente, la venta al exterior de Facundo Pellistri en US$ 9.600.000 y un porcentaje importante que se percibió por lo que aún quedaba de la transferencia de Darwin Núñez, dieron un aire diferente a los números.
El balance arroja un superávit cercano a los US$ 4 millones por el ejercicio 2020, según pudo saber Referí.
Asimismo, si se recurre a los dos balances anteriores, el pasivo total de Peñarol estaba en $ 825.670.334 (US$ 25.706.444) al 31 de octubre de 2018 y pasó a ser de US$ 23.316.375 al 30 de noviembre de 2019 según las cifras oficiales del club que ya en el último balance mostró las mismas en dólares y no en pesos uruguayos.
Con este balance auditado, el pasivo total se reduce considerablemente, con una reducción de deuda de unos US$ 6.316.000, ya que dicho pasivo quedó en US$ 17.000.000, según agregaron las fuentes consultadas por Referí.
Otro de los temas a tener en cuenta es que desde que existe el Estadio Campeón del Siglo, Peñarol realiza un balance aparte al del club, ya que el mismo se hizo con aporte de asociados quienes compraron butacas y palcos, y también existe una deuda con la empresa constructora Saceem y con el Banco República que además, genera intereses.
La intención del presidente Ruglio y de sus compañeros es que estos balances que van por caminos diferentes, de ahora en adelante se puedan juntar en lo que se llama consolidación de balances.
El último año de Barrera al frente de Peñarol fue negativo en lo deportivo, aunque no así en lo económico.
En los últimos dos años, el pasivo gigantesco del club logró bajarse en US$ 8.700.000 con una pandemia de por medio, aunque también se transfirieron futbolistas al exterior por cifras nunca antes vistas.
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