El Banco Mundial ha ajustado al alza sus perspectivas para la economía argentina, elevando la proyección de crecimiento para el presente año al 2,7%. Este optimismo se atribuye a la recuperación tras la histórica sequía del año anterior, que afectó las exportaciones de productos básicos como maíz y soja. Sin embargo, el informe del Banco Mundial advierte sobre desafíos significativos, señalando que el país enfrenta una "importante incertidumbre" y que persisten las preocupaciones en torno a la inflación.
Según el informe "Perspectivas Económicas Globales", la recuperación económica refleja específicamente la mejora en la producción agrícola tras la sequía de 2023. A pesar de este crecimiento, se destacan preocupaciones relacionadas con la alta inflación, la pronunciada depreciación de la moneda y la falta de confianza del consumidor. El informe señala que la inflación anual ha superado el 150%, y no hay indicios de alivio inmediato. Además, se destaca la limitada capacidad para que el gasto fiscal respalde la actividad económica, dado el enfoque del gobierno en abordar problemas de sostenibilidad fiscal.
En cuanto a la política fiscal argentina, el Banco Mundial critica que ha sido "altamente procíclica", con gastos creciendo en línea con los precios de exportación de materias primas durante el ciclo de precios de la década de 2000. La falta de instituciones y reglas fiscales sólidas ha contribuido a desafíos fiscales persistentes en la última década.
En el ámbito regional, el informe anticipa una recuperación gradual para América Latina y el Caribe, proyectando un crecimiento del 2,3% en 2024 y del 2,5% en 2025. Se espera que la región continúe sintiendo los efectos de las medidas para controlar la inflación, pero se prevé una disminución gradual de estos impactos.
A nivel global, el Banco Mundial espera una desaceleración del crecimiento mundial a un 2,4% en 2024, marcando el tercer año consecutivo de desaceleración. Esto se atribuye a políticas monetarias más estrictas, condiciones crediticias restrictivas y un comercio e inversión globales "anémicos". El informe destaca que el periodo 2020-2024 será la década más débil en términos de crecimiento en los últimos 30 años. La inflación mundial ha disminuido debido a varios factores, incluyendo la moderación de los precios de la energía y alimentos, la desaceleración de la demanda y la recuperación de las cadenas de suministro globales. Se espera que las tasas de interés reales oficiales se mantengan elevadas en un contexto de debilitamiento de la inflación y una flexibilización gradual de las tasas oficiales nominales. Esto ocurre después del rápido aumento de las tasas reales en Estados Unidos desde principios de los años 80, según destaca el informe.
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