Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > PERFIL

Pitufo Lombardo: el niño del redoblante

La vida de una de las figuras más populares de la música uruguaya, sinónimo de victoria cuando dirige murga en el concurso de carnaval
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26 de agosto de 2017 a las 05:00

En el invierno de 1983 Falta y Resto se quedó sin platillero y Walter Venencio fue quien vinculó a Eduardo Lombardo para ejercer esa responsabilidad. "Venía de la murga de botijas El Firulete, que luego se transformó en Contrafarsa (ganadora de cuatro primeros premios en el concurso carnavalero), tenía 15 años y hubo que sacarle permiso de menor para que salga en la murga", recordó Raúl Castro, director de una de las murgas más emblemáticas.

Una noche de carnaval a comienzos de la década de 1970, Los Patos Cabreros se subieron al escenario del tablado El Payaso, en la esquina de La Paz y Justicia, en el barrio montevideano La Comercial. Entre el público había un niño que hasta ese momento nunca había visto una murga. Le llamaron la atención las medias a rayas de colores de los componentes.

A los 9 años, con un grupo que apenas sumaba cuatro integrantes, tuvo su primera experiencia en el género. No fue su profesión hasta ocho años después, pero ahí ya se dio cuenta de que quería dedicarse al carnaval. A ese juego lo siguió El Firulete, una murga que nació como una actividad de la cooperativa Mesa 3 (su residencia en Sayago) por el Día del Niño, y en la que tocaba el redoblante.

Esta pasión tenía una competencia: el fútbol. Jugó en Bella Vista, Racing y Liverpool, y en el equipo papal fue dirigido por Óscar Tabárez. Pero la música era dominante.

Cuando tenía 11 años, un tema del disco Magic Time de Opa sonaba en la radio. Se llamaba Montevideo, y comenzó a definir su gusto musical, además de convertirse en una de las influencias sonoras de la ciudad que se traslucieron luego en sus canciones. Después se fueron sumando otras influencias, como las llamadas, los tablados de la infancia, los canillitas, las vivencias en La Comercial y Sayago, y la vida montevideana de antes y de ahora, por más que hoy vive en El Pinar.

En esa casa de ladrillos, una entre un conjunto de edificaciones idénticas en una calle corta y silenciosa, es donde Eduardo "Pitufo" Lombardo compone la mayoría de sus canciones. Algunas en un cuarto de techo bajísimo donde guarda sus instrumentos y una computadora destinada a esa tarea. Otras en la entrada de la casa, frente a la estufa a leña, bajo la mirada de cuatro de sus ídolos: Lennon, McCartney, Starr y Harrison, que allí están retratados en un cuadro. Son los autores de las canciones que escucha con más frecuencia, y de los que señaló a Revolver como su disco favorito.

"Me gusta estar tranquilo para componer, el silencio. Las mañanas son una buena hora, o de noche, tarde", explicó. De todas formas, los largos viajes en ómnibus entre Montevideo y El Pinar también son momentos que usa para anotar ideas o conceptos en algunas de las libretas,que siempre lo acompañan en esos trayectos.

Lombardo es un caso llamativo dentro de la música, porque su primera composición la hizo con 29 años, en 1995, y su primer disco como solista apareció en 2007. Hasta entonces su aproximación a las canciones venían como acompañante, principalmente como percusionista.

El primer instrumento que tocó fue de percusión. Era el capó de un viejo Ford,que pertenecía a los abuelos de un amigo del barrio. "Me subía y lo golpeaba porque me gustaba el ruido que hacía. Le había pegado una vez con la mano y me parecía interesante, entonces trataba de replicar la trama del candombe", rememoró Lombardo.

Al Ford lo siguió un redoblante, para el que hizo una bordona casera con virutas de metal que consiguió en una fundición. Después vinieron los instrumentos "de verdad" y los estudios de percusión y guitarra, su otro aliado.

La presencia y la importancia de la guitarra rítmica en su música es una señal clara de esa cuestión, que aprendió observando con atención a Jorge Galemire, a Fernando Cabrera, y yendo de joven a recitales de Jaime Roos, en los que se "colgaba mucho" con la mano derecha del artista, la que lleva el ritmo.

Otro artista uruguayo clave para él en esa forma de interpretar la música era Eduardo Mateo, al que escuchó por primera vez con 17 años. "Lo conocí por un casete que tenía de un lado el disco Mateo solo bien se lame y del otro el Musicación 4 1/2". Se lo había copiado Raúl Castro, el director de la murga Falta y Resto, con la que debutó en el carnaval profesional en 1983.

En Falta y Resto comenzó tocando los platillos, y en 1988 se puso de espaldas para dirigir al conjunto."Nunca pensé que iba a ser director de murga o arreglador. Mi sueño era tocar el redoblante", contó.

"La propuesta me la hizo Castro porque se había ido el director, Julio Julián", dijo Pitufo sobre ese cambio de rol. "Ya tenía mucho tiempo de escucha de murgas, ya tocaba la guitarra, tenía alguna idea de voces y armonías, y recibí el respeto y el apoyo de mis compañeros", continuó. La cantidad de murgas vistas a lo largo de su vida le había dado una mayor experiencia al momento de analizar las voces, algo que siente hasta hoy. "Por deformación profesional se me va la cabeza para otro lado, cada vez que veo una murga la disfruto, pero no dejo de analizarla".

De espaldas

Su primer tablado como director con Falta y Resto fue el club Goes, una de las ocasiones en las que más nervioso estuvo sobre un escenario. Pero fue el arranque de una de sus facetas más célebres y premiadas.

Contrafarsa (donde generó espectáculos memorables como El tren de los sueños), La gran muñeca, Asaltantes con patente, Diablos Verdes, La matineé, La mojigata y Don Timoteo fueron los grupos en los que ejerció esa tarea. Con ellos ganó nueve primeros premios en el concurso oficial de las 16 veces que se presentó como director.

Pitufo no le encuentra más explicación a ese historial que tomarselo en serio, conectar con el gusto popular y a armar buenos equipos.

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"La columna vertebral son las canciones, pero el resto del funcionamiento es la gente, aceptarla como es, y porque también hay cosas que los compañeros dominan más que uno", afirmó. Es por ello que tiene en cuenta lo que le transmiten los demás encargados del espectáculo, desde los chistes que quieren hacer los cupleteros hasta el vestuario que se utilizará.

Pitufo reconoce que el carnaval es cansador y que cada tanto siente la necesidad de frenar, porque un buen espectáculo se arma desde junio del año anterior a la presentación. Y después de shows como el de Don Timoteo de este año, es difícil continuar.

De frente

Otra de las razones por las que en 2018 no saldrá en carnaval (además de la decisión de Don Timoteo de no volver a competir) es la intención de dedicarse a su carrera solista, en la que ya lleva tres discos y que tuvo como uno de sus impulsos clave el espectáculo teatral Murga Madre en 2002.

"En mi primer show solista estaba mucho más nervioso que la primera vez que dirigí a la Falta, porque ahí estaba de frente a la gente, y tenía que llevar el timing del espectáculo", confesó.

En esa carrera solista la murga está presente, pero no recurre demasiado al género, sino que prefiere sugerirla. Por un lado para no correr el riesgo de caer en los lugares comunes temáticos, y por otro porque su interés también pasa por probarse en otros estilos.


Sean del género que sean, las canciones surgen trabajando "con el lápiz y la goma, aunque más la goma que el lápiz". Pueden nacer de un riff de guitarra o de historias reales.

A Pitufo Lombardo le interesa profundizar su trabajo como docente, algo que desarrolla ocasionalmente en talleres de murga. "Poder trabajar con niños o gente que no tiene recursos es algo que me fascina", dijo. Pero no quiere que eso lo aleje de los escenarios. "Ojalá pueda tocar hasta el día de mi ida".

Currículum

Eduardo Pedro Lombardo

Apodo
Edú, Pitufo

Profesión
Músico

Nacionalidad
Uruguayo

Nacimiento
13 de marzo de 1966

Edad
51

Estado civil
Casado

Hijos
Joaquín (21), Paula (9)

Pitufo Lombardo como solista

Desde su inicio como artista fuera del carnaval lanzó tres discos y la banda sonora de la obra Murga Madre

2002

Murga Madre

Se trata de las canciones compuestas junto a Pablo "Pinocho" Routin para el espectáculo homónimo, un show que Pitufo Lombardo considera como "súper sagrado a nivel de música". El próximo 14 de noviembre festejará sus 15 años en el Teatro Solís.


2007

Rocanrol

Su debut como músico solista incluye Rocanrol, Bien de al lado, la canción Joaquín L dedicada a su hijo y Alquimia. En este disco explora el rock, el tango, la milonga y la música instrumental, con toques murgueros.

2011

Ilustrados y valientes

Incluye canciones creadas junto a Marcel Keoroglian y Palbo "Pinocho" Routin, además de Descolgando el cielo, su tema para la selección uruguaya que "cayó en el momento justo" al coincidir con el triunfo celeste en la Copa América 2011.

Músicos ambulantes, su tercer disco

El próximo miércoles a las 21 horas, Pitufo Lombardo presentará su nuevo disco, Músicos ambulantes, en el Teatro Solís. Grabado en Uruguay y España, el disco incluye a invitados como Rubén Rada, Jorge Drexler, Fernando Cabrera y Emiliano Brancciari. El nombre del disco surgió de la presencia constante que detecta de músicos callejeros en todo el mundo; y por otro a la condición de ambulantes de los artistas que se sustentan con la música. "Vivimos así, corriendo la liebre, con varios kioscos", explicó sobre la cargada agenda de shows, grabaciones, ensayos, entrevistas y giras que enfrenta continuamente, a lo que además se suma el carnaval.

Este disco, el tercero de su carrera, llega luego de una pausa de cinco años (forzada por el proceso de grabación en dos países, por una grave lesión de rodilla jugando al fútbol que le demandó meses de recuperación, y al período habitual de composición, que inicia de cero con cada álbum. "Nunca me quedan canciones fuera del disco, porque por un lado me cuesta mucho componer, y por otro siento que el disco es una obra entera, y según su título y su textos hay elementos que tienen que ver entre todas sus cosas", reflexionó.

Se dice de mi...

Producción: Juan Samuelle

Raúl Castro / director de Falta y Resto

"De entrada se ganó nuestro corazón, se hizo querer y de entrada mostró su talento. Tanto que en 1998 cuando nuestro director Julio Julián no pudo salir con nosotros por otras actividades se hizo una reunión, en el Sindicato de los Postales, para tirar nombres para dirigir la murga y al cabo de un rato hablé y dije que el nuevo director ya estaba entre nosotros y lo miré a Pitufo. Los más veteranos, después, me preguntaron si estaba seguro y el tiempo me dio la razón. Era un chiquilin, se paró delante de la Falta y Resto y con su don de gente y capacidad se ganó enseguida el respeto de todo el mundo, algo que dura hasta el día de hoy", recordó.

Falta y Resto, una murga peso pesado, solo ganó dos veces el primer premio, en 1988 y en 1989 y en ambas instancias el director escénico fue Pitufo.

"¿Qué pienso de Pitufo? Lo mismo que cuando lo conocí: una gran persona, con un talento enorme que fue creciendo con el paso de estos años. Es un artista maravilloso, lo admiro y le estoy agradecido por lo que nos brinda".


José Cozzo/ presidente del jurado del Carnaval montevideano

José Cozzo, presidente del jurado en el Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval durante varios años, le tocó ejercer esa responsabilidad en distintas oportunidades en las que murgas dirigidas escénica y coralmente por Pitufo Lombardo ganaron el primer premio.

"Eduardo, además de ser un artista muy importante, tiene la capacidad de ser sumamente eficiente para comunicar lo que quiere, para obtener lo que necesita, seguramente eso le sucede con los coros que dirige, tiene una gran capacidad para hacerse entender sin irse a un lenguaje extremadamente técnico, sabe mucho y lo sabe comunicar y eso es buena parte del éxito que logra, que sin dudas es muchísimo".

"Lo conocí también dando talleres en el interior, en Salto concretamente, hace muchos años, y ya era un placer oírlo, siempre trasmitiendo sus conceptos en forma muy clara y muy sencilla", añadió.

También, enfatizó, "es una persona muy trabajadora".



Marcel Keoroglian / murguista

"Pitufo, además de ser un hermano que me ha dado la vida, un amigo de esos que se cuentan con los dedos de una mano, es mi principal referencia artística", comentó Marcel Keoroglian, uno de los cupleteros y letristas de carnaval que ha coincidido con Pitufo Lombardo en varias murgas que han ganado primeros premios.

"Ha sido mi mayor maestro desde que entré a este mundo del carnaval", añadió.

"Es un gran talentoso, un gran laburante, un gran metedor de cariño en las cosas que hace y, principalmente, un gran tipo", expresó.

Añadió que "no hay otra persona de la que se pueda aprender tanto, muchos le debemos mucha cosa, es muy disfrutable compartir cosas con él", reflexionó.


Marcelo Fernández / periodista

"Todo lo que ha tocado lo ha convertido en oro, incluso cuando no ganó", dijo Marcelo Fernández, periodista especializado en la cultura carnavalera, sobre Pitufo Lombardo, haciendo alusión a uno de los frutos del trabajo del músico: la murga La Matineé, en 2004, integrada por históricos carnavaleros. "No ganó, pero estableció un mojón importantísimo, quedó en la historia del carnaval con un trabajo súper digno y súper emotivo".

Tras recordar que "en 1988 lo pusieron al frente de Falta y Resto y la murga salió campeona", mencionó otro momento célebre, cuando Pitufo al frente de Contrafarsa logró varios primeros premios: "mucha gente decía que esa murga cantaba chiquito, pero en realidad cantaba en forma maravillosa y quienes lo cuestionaban terminaron teniéndolo como director y son parte de quienes dicen con razón que 'no hay con qué darle' o 'está despegado' por su capacidad".

Para Fernández, "los coros que Pitufo arman son excelentes, tienen un sello inconfundible, él ha sido parte fundamental en cada premio, estuvo sin salir 10 años y no puedo creer cómo nos perdimos de disfrutar tanto talento; no tengo ninguna duda, es el mejor arreglador coral que he visto en mi vida, su capacidad para hilvanar músicas es monumental, soy uno de sus fervientes admiradores".


La carta ganadora

Eduardo "Pitufo" Lombardo debutó en el concurso de carnaval en 1984, integrando la murga Falta y Resto, con la que ganó el primer premio en 1988 y en 1989. Antes del regreso triunfal con Don Timoteo en 2017, su última presencia concursando en el Teatro de Verano se había concretado en 2007, con Asaltantes con Patente, cuando también logró el primer premio. El logro máximo también lo alcanzó antes con la murga Contrafarsa.

"No hay secretos"

"No hay secretos para ganar, hay que trabajar pasándolo bien mientras le ponemos dedicación y amor", expresó Pitufo Lombardo a El Observador pocas horas después de ganar el primer premio en el concurso de murgas del último carnaval, con Don Timoteo. Enseguida añadió: "por eso, a la hora de armar el cuadro es fundamental el trato, el respeto, el vínculo, sin descuidar las condiciones de cada uno según su rol".


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