Sebastián Mariani
Montevideo a la Carta
Restaurant Opíparus Parque, grata sorpresa
[ESTE RESTAURANT CERRÓ]
Abrir un restaurant no es fácil. Y menos lograr que tenga personalidad.
Opíparus Parque está subido a ese reto, y en los primeros pasos que ha dado, parece encaminarse hacia algo bueno.
Nos encontramos con un local remodelado a nuevo: moderno, elegante, próximo, pero por sobre todas las cosas, confortable.
Nos sentimos a gusto desde el primer momento.
Reservamos mesa en el salón principal.
El local se divide en dicho salón (a nivel de calle) y otro que bien puede ser utilizado para un evento privado, en la primera planta.
Exhibe paredes blancas inmaculadas, con leves rastros en su textura de los ladrillos que esconden. Parecen pintadas a la cal, al mejor estilo de los pueblitos andaluces del mediterráneo.
Grandes cuadros adornan el ambiente; una escalera central de madera conduce al salón superior.
Sobre un costado, la barra, hermosa, presagio de alquimia coctelera.
A LA CARTA
Antes de adentrarnos en la carta de comidas, optamos por pedir un cóctel para compartir, como aperitivo.
No dudo un segundo, al afirmar que la caipiroska de maracujá que bebimos, es la mejor que haya probado en mi vida. Cinco estrellas, así de sencillo.
Mientras tanto, la moza nos acercaba un queso ricotta saborizado para untar en los panes caseros del cubierto.
Decidimos compartir una porción de montaditos de salmón ahumado como entrada, que llegó enseguida.
Muy ricos y abundantes, acabaron maridando bien con lo poco que nos iba quedando de la mencionada caipiroska.
Como principal, ordenamos un roll de pollo en masa philo, con palta, cilantro y papas a la española; y un rack de cordero con chips de boniato y puerro -sugerencia de la casa, fuera de carta-.
Para acompañar los principales, descorchamos un tinto Cabernet Sauvignon-Syrah de Oveja Negra (Valle del Maule, Chile), de excelente calidad-precio, como suele suceder con los vinos trasandinos.
El roll de pollo estaba exquisito y abundante; el rack de cordero rico también, bañado en untuosa salsa, pero la guarnición de chips de boniato (crujientes y secos, hechos a la perfección) son un excelente aperitivo para comer con la mano, pero algo incómodos para comer con cuchillo y tenedor.
Como postre, compartimos una torreja de pan de cacao con helado, que resulto tan solo correcta, y demasiado abundante. Tanto, que al final aburre.
SOBREMESA
Opíparus Parque nos regaló un grato descubrimiento que recomendar.
Ofrece una barra de cócteles para descubrir, elaborados por un barman profesional.
Además, cuenta con una carta interesante, con opciones tradicionales con ribetes gourmet (por ejemplo: chivitos en pan de pita, con cebollas caramelizadas y soufflé de huevo), platos más modernos, y sugerencias diarias.
La carta de postres encontramos que no está al nivel del resto de la oferta gastronómica, con opciones que se repiten en otros restaurantes, donde la única sorpresa que encontramos no nos terminó de contentar.
El servicio a mesa fue cordial y simpático, y las entregas de la cocina rápidas.
Para aprovechar: 15% de descuento todos los días, abonando al contado con este cupón.
MOZO, LA CUENTA
Caipiroska de Maracujá: $ 150; Montadito de Salmón $ 320; Agua sin gas: $ 55; Vino Oveja Negra Cabernet Sauvignon-Syrah: $ 350; Roll de Pollo: $ 300; Rack de Cordero: $ 420; Cubierto (x2): $ 50; Café Expresso: $ 45; Torreja de cacao: $ 150.
Total de la cuenta para dos: $ 1890, con el 15% de descuento: $ 1606.
Precio por comensal $ 803.
Opíparus está ubicado en Maldonado 2297 y Cassinoni.
Atiende de Martes a Sábado entre las 12 y las 16 horas, y luego entre las 20 y las 00 horas.
Los Domingos sólo abre al mediodía.
Teléfono para reservas: 2 400 83 37.
Para ver la carta de Opíparus, o disfrutar de una completa galería de fotos del local, se puede visitar este enlace.
