El consumo de agua de OSE para beber es menor que el de otros usos
María Eugenia Scognamiglio

María Eugenia Scognamiglio

Periodista de actualidad

Nacional > AGUAS GRISES

Reutilizar el agua de los hogares y que termine en el riego de la agricultura: la idea en la que avanza el gobierno

El subsecretario de Ambiente, Gerardo Amarilla, propuso utilizar las aguas grises de los hogares para tratarlas y enviarlas a un sistema de riego para la agricultura
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08 de julio de 2023 a las 05:02

Cada vez que alguien se baña gasta entre 80 y 120 litros de agua potable.

Y al lavar el auto se gastan 400 litros más.

Por la cisterna se van entre seis y 10 litros cada vez que se tira la cadena y al lavar los platos se van por las cañerías entre 15 y 30 litros de agua.

Cada persona usa entre 100 y 200 litros de agua cada día para satisfacer sus necesidades de consumo e higiene. 

La cantidad de agua potable que se pierde en las acciones cotidianas empiezan a pesar en un momento de emergencia, de sequía y de falta de agua dulce. El asunto sobre qué hacemos con el agua que usamos fue planteado días atrás en un coloquio de la Facultad de Ingeniería por la ingeniera civil Julieta López. "En Uruguay estamos acostumbrados a pensar que el agua potable es la que usamos para todo, a nivel doméstico (...) ¿es realmente necesario?", se preguntó.

Pero no solo la academia está pensando en alternativas para reutilizar el agua: en el gobierno ya han hecho propuestas concretas que apuntan a llevar el líquido para riego en los campos.

En casa

La propuesta es reutilizar las aguas grises. López explicó que en el hogar existen las aguas negras, que son las que salen del inodoro y del bidet y las aguas grises que son las que surgen de la ducha, el lavarropas, la cocina o la pileta del baño.

Sin embargo, reutilizar las aguas grises en viviendas que ya están construidas "es un problema", explicó la ingeniera porque "están todos los desagües yendo juntos, por la misma tubería y la misma cámara que se conecta al colector". Por lo tanto, habría que romper pisos y paredes si se quisiera hacer un doble saneamiento. Sin embargo, la oportunidad para dar el paso está en la construcción de viviendas nuevas.

Marcelo Rosas es bioconstructor, vive en Balneario Argentino, en Canelones. Construye viviendas a partir de la permacultura: un diseño de casa que es sostenible y que "esté en armonía" con el espacio que se va a habitar, explicó. Rosas construyó su casa de tierra y planificó cómo juntar agua de lluvia o canalizar el agua del lavarropas hacia un humedal. Como aún está en construcción, por el momento Rosas junta el agua de la ducha y la cocina en piletas, "pero la idea es hacer un circuito", contó.

A su vez, las aguas grises de su casa pasan por un tratamiento. "Van a una grasera convencional, como en cualquier casa, pero después pasa por un proceso de decantación de sólidos con tarrinas y desembocan en el humedal". Hacer algo así, dijo, lleva dos jornadas de trabajo. "Los caños son los mismos, se disponen y el agua de la grasera no va al pozo negro, sino a este lugar de decantación de los sólidos".

En Montevideo, la ingeniera López explicó que en el interior del país es común encontrar casas que separan las aguas y envían las grises por el terreno y las del inodoro al pozo negro. Sin embargo, en las zonas urbanas y para construcciones nuevas, es necesario un cambio de normativa que rige los permisos de construcción. "No te da la opción de separación de aguas y de reutilizar las aguas grises. Hay un hueco en la normativa que debería mirarse", expresó.

En los edificios construidos nuevos es posible explorar la opción de separar las aguas negras de las grises. "Hay que tener un segundo tanque superior desde donde se alimente la cisterna, el riego o el sistema de incendio", dijo aunque aclaró que las aguas grises también precisan tratamiento antes de ser reutilizadas.

Pero, también es posible aprovechar el agua de lluvia en las viviendas. Descargar la cisterna, apagar incendios o regar con agua de lluvia "es una línea que hay que explorar", propuso López.  Según explicó, en las viviendas que no son nuevas es posible: "En zonas de casas donde hay desagüe de techo se puede derivar y usar. Hay que hacer un tratamiento bastante mínimo (del agua) y se puede usar para el riego, lavar el auto, alimentar la cisterna o el lavarropas. El agua de lluvia es más fácil de aprovechar en una vivienda existente", explicó.

Gobierno quiere aprovechar las obras de saneamiento

El gobierno está desarrollando un plan para llevar saneamiento a 61 localidades del interior. En el Ministerio de Ambiente aprovecharon esas obras y pidieron que en los pliegos de las licitaciones se agregue la posibilidad de que las aguas sean reutilizadas para el riego en el ámbito agropecuario.

La propuesta es sumar a la cadena del tratamiento de las aguas residuales una última etapa para que se pueda bombear o trasladar en camiones cisterna. Hasta ahora, el proceso que realiza OSE para tratar esas aguas termina en un curso de agua –es decir, se devuelve a ríos o arroyos–. "La tecnología (para hacerlo) existe", consideró la ingeniera López.

Etapas del tratamiento del agua residual que hace OSE

La idea la presentó el subsecretario de  Ambiente, Gerardo Amarilla, quien dijo a El Observador que OSE y la Corporación Nacional para el Desarrollo están trabajando en los pliegos para esas obras para incorporar ese último paso que puede llevar el agua ya usada al riego de los campos. "En Uruguay estamos acostumbrados a derrochar el agua porque teníamos mucha abundancia", dijo.

El jerarca explicó que el sistema es similar al que ya se usa en Tel Aviv, en Israel, donde tratan las aguas residuales y luego las bombean a un sistema de riego para la agricultura. "El agua que tiraban la vuelven a utilizar y la venden a un precio más bajo que el agua potable", dijo Amarilla. 

De esa forma, cuando se utiliza agua potable para la ducha, el baño o la cocina, el líquido vuelve a la red de saneamiento de OSE , de allí a la planta de tratamiento –que depende de la Intendencia de Montevideo (IM)– pero en lugar de terminar en un río, se llevará a un sistema de riego. López explicó que esas aguas tienen que tener un tratamiento que permita obtener agua de buena calidad, sobre todo, cuando se utiliza para riego de alimentos que se consumen crudos, como la lechuga.

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