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Riesgo en el sector lechero por cuello de botella financiero
La existencia de un cuello de botella financiero preocupa a los productores de leche, informó Justino Zavala, integrante de la Agremiación de Tamberos de Canelones (ATC).
En un editorial que publicó en la revista Todotambo señaló que coinciden en esta primavera, riesgosamente, una baja en el precio que el tambero recibe por la leche y la necesidad de cumplir con obligaciones de pagos contraídas con Conaprole.
En el trabajo, titulado “¿Y ahora?, admitió que cuando el 21 de agosto las autoridades de la cooperativa láctea confirmaron el porcentaje de la baja del precio de la leche al productor “no hubo demasiada sorpresa”, pero igualmente “la sensación generalizada de los productores fue de desazón y frustración, ya que veían cómo se les iba entre las manos la posibilidad de hacer la diferencia en una primavera normal, cosa que desde hace tres años no ocurre”.
Añadió que desde que se llevan registros en el Instituto Nacional de la Leche (Inale) nunca se dio una caída tan importante de un mes al otro (en el precio de la leche al tambero) y que lo peor es que tampoco se asegura que sea la única disminución del precio, dato que en setiembre podría haber una nueva baja de no surgir mejores noticias desde los mercados internacionales.
Zavala detalló que buena parte de las deudas generadas en la sequía se comienzan a pagar en estos meses.
Del monto global, unos US$ 20 millones son parte de las medidas de asistencia financiera que brindó Conaprole a los socios y que en buena medida permitieron el sostén de la producción de leche durante el año.
En su momento, dijo, el mensaje de Conaprole fue muy claro: “Hay apoyo para lo que se necesite para producir, con opciones de pago hasta el fin de año”. Así fue que se compraron fardos, silos y raciones y “fue como se dijo, nunca faltó el apoyo para comprar alimento para las vacas”.
Zavala entiende que eso “también tenía un mensaje implícito que era el de mantener las condiciones bajo las que se tomaba la asistencia financiera, nunca se le dijo a los productores ‘te presto este dinero pero cuando me lo vayas a pagar no sé cuánto menos va a valer tu leche’”.
Ahora, expresó, “tenemos un problema que abarca directamente al 50% de las matrículas y es probable que buena parte del otro 50% tenga que negociar en los bancos y/o con acreedores privados”.
Se estima que directamente hay unos 700 productores involucrados en la asistencia señalada, los US$ 20 millones, aunque en total unos 1.500 (al menos) de los 2.000 remitentes a Conaprole tienen deudas de diverso monto con distintos acreedores.
“Tenemos un año complicado por delante, nadie puede asegurar cómo estarán los mercados en las próximas semanas o meses, si China finalmente entrará al ruedo, si Brasil un vez pasada su zafra vuelve a comprar producto de un aumento del consumo, si otros mercados (…) aparecen con fuerza, pero vayamos un paso a la vez, primero resolvamos el cuello de botella financiero, segundo demos a los productores la confianza para poder capturar al máximo lo que promete ser una buena primavera, tercero ser conscientes todos los que ocupan lugares de decisión que no podemos mirar al costado y pensar que no tenemos responsabilidad en el problema”, dijo.
“Es en la tormenta que conocemos los capitanes”, señaló en el cierre del editorial.
