Economía y negocios > Baja
Se registró una disminución del 2,4% en el consumo después de la devaluación
El consumo experimentó una disminución del 2,4% en diciembre, y se proyecta que este desempeño, en un contexto recesivo, influirá en la dinámica del año 2024. Aunque los sindicatos ya buscan equiparar el poder adquisitivo al ritmo de la inflación a partir de febrero. Hasta la fecha, la devaluación y su impacto en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) implicó una contracción del salario real, estimada por algunos analistas en más del 10% en diciembre y en el 15% para el salario mínimo. La caída en el consumo y la actividad, combinada con medidas de ajuste fiscal y la contracción salarial, constituyen la razón principal por la cual las consultoras anticipan un superávit de divisas a lo largo del año. No obstante, el impacto social de la recesión impone límites al proceso de ordenamiento de las cuentas oficiales.
El Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) registró una contracción del 2,4% en diciembre con respecto a noviembre, ajustado por factores de estacionalidad. El informe destaca que este fenómeno se produce en un contexto económico donde la inflación volvió a acelerarse, alcanzando una variación mensual del 25,5% en diciembre, con una tasa interanual acumulada del 211,4%.
En este escenario, Hernán Herrera, investigador de Fundus, subrayó que la caída del poder adquisitivo del salario mínimo vital y móvil (SMVM) fue del 14,9% en diciembre, una contracción excepcional para un solo mes. Esto se atribuye al aumento nominal del SMVM de apenas un 6,9%, frente a una inflación del 25,5%, resultando en una significativa disminución en términos reales. Actualmente, el SMVM se sitúa en $156.000 y sirve como referencia para diversos programas sociales.
Desde Ecolatina señalaron que, debido a la inflación proyectada, los salarios deberán ajustarse para evitar una erosión del poder adquisitivo en los próximos meses. Aunque las paritarias desempeñarán su papel, amortiguando el deterioro, alcanzar un equilibrio parece difícil, especialmente considerando las pérdidas estimadas del 10% en términos reales derivadas del salto inflacionario en diciembre.
La contracción salarial generada por la inflación de diciembre ya ha impulsado un ritmo acelerado de paritarias, con porcentajes mensuales que oscilan entre el 20% y el 40%, y revisiones mensuales frecuentes. Este panorama dinámico se refleja en diversos sectores, como la construcción, el calzado, la carga y descarga, las fábricas de pinturas, los aceiteros, los metalúrgicos, los mecánicos, los bancarios, los petroleros y el sector público bonaerense, que cerraron acuerdos en la última semana para ajustarse al IPC desde enero y febrero.
En el análisis general, existe un consenso entre analistas sobre los desafíos planteados por las metas fiscales y cambiarias, no solo por su ambición con un superávit primario del 2% del PBI y una acumulación de USD 10.000 millones, sino también por el alto nivel de recesión que implican. Tanto los recortes de gastos como la acumulación de divisas se ven afectados por la caída de las importaciones, la disminución de la demanda derivada del ajuste y el menor gasto de los hogares.
