Se volvió orfebre siendo adolescente y en 2022 ganó un premio nacional por sus diseños

"No la planifiqué", dijo la emprendedora haciendo referencia a su marca.

Arigón empezó a vender sus primeras piezas mientras estudiaba, y nunca paró. Según contó en entrevista con Café & Negocios, mientras estudiaba joyería trabajaba en otros rubros con el objetivo de hacerse de dinero para armar su propio taller. "Me obsesioné con la joyería; trabajaba, y gastaba lo que ganaba en las herramientas para el taller", sostuvo la emprendedora.

Entonces, Arigón estaba en una especie de circulo virtuoso: trabajar, estudiar y hacer joyas.

Comenzó con un taller básico ubicado en el living de la casa de sus padres. A medida que pasó el tiempo —y además de su trabajo en los distintos rubros, logró tener una masa más grande de clientas—, fue mejorándolo e incluso logró alquilar un lugar especializado para desarrollar su arte. 

"Tuve mucha suerte", afirmó Arigón, y luego explicó que consiguió vender en ciertos lugares que la posicionaron como orfebre en Uruguay. A modo de ejemplo contó que su hermano trabajaba en la embajada de Venezuela, y ella llevaba piezas que compraban algunas diplomáticas.

Tal como este hubo otros casos que impulsaron el desarrollo de Iocus, y también su presencia en el mercado de los artesanos y la feria anual Ideas +. El crecimiento fue tal que desde hace un par de años la fundadora de la marca logró dar un nuevo paso, y comenzó a dedicarse full time a la joyería.

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El diseño

Según la emprendedora, Iocus es un emprendimiento "muy personal" porque además de diseñar cada una de las piezas que comercializa, ella es quien se encarga de realizarlas.

Consultada por la línea geométrica que caracteriza a la mayoría de sus piezas, Arigón dijo que el círculo le parece una forma perfecta: "Me gusta a esa forma buscarle distintas vueltas, generarle volumen, movimiento, etc.", señaló. De todas formas, destacó que hace algunos meses decidió salir de su zona de confort para comenzar a desarrollar una línea de joyas irregulares a la que le ha ido "súper bien" entre las clientas.

 

 

 

 

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Para la fundadora de este emprendimiento lo más complejo de tener una marca propia es generar una clientela fiel, aunque cree que ella en cierta forma lo logró: "Un objetivo para mi era crear una identidad para que las personas que buscaran un tipo de joya, quisieran la mía", explicó. "En un nivel lo he logrado, porque tengo clientas que siempre me tienen en cuenta", añadió.

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El premio

Arigón se presentó en el Premio Nacional de Artesanía 2022 organizado por el Ministerio de Educación y Cultura y Ministerio de Industria, Energía y Minería, y ganó el primer premio a nivel nacional.

"Presentarme fue un desafío", afirmó en referencia a este concurso. A propósito, dijo que desde hace años tenía la idea de formar parte de los concursantes, y que en reiteradas ocasiones comenzó a crear algún producto para presentar pero que —hasta esta última oportunidad—, siempre quedaba a mitad de camino.

Haciendo frente a las frustraciones que vivó cada vez que quiso participar del Premio Nacional de Artesanía, el año pasado decidió dar un paso de riesgo —porque implicó no trabajar para sus clientes por 10 días—, y dedicarle el tiempo suficiente a sus piezas para el concurso.

Arigón tenía una idea de lo que quería hacer: "Algo tanto para ser visto como para ser usado", explicó la emprendedora que desarrolló una escultura que al mismo tiempo es un collar, y un anillo.

Iocus Joyería

 

Iocus Joyería

Iocus Joyería

Según dijo, esta pieza tuvo varios desafíos en el proceso de desarrollo porque hasta el último momento no quedaba cono quería pero esta año logró sobreponerse a lo que describió como "auto-boicot" y se presentó al concurso, que luego ganó.

"El reconocimiento es un tremendo mimo a mi trabajo y a la artesanía en general", concluyó.