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Tras 48 horas de furia, en el Frente buscan un poco de paz
El MPP y los socialistas coinciden en aflojar con las críticas por la elección de la nueva presidencia de la coalición
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12 de agosto de 2015 a las 05:00
Después de 48 horas de furia durante las cuales se dijeron de todo, los dirigentes frenteamplistas, o al menos la mayoría de ellos, coincidieron en que es necesario parar la mano antes de que las cosas se desbarranquen.
"Bajar revoluciones", "aflojar un poco", "bajar la pelota al piso", fueron algunas de las fórmulas utilizadas en reuniones formales, y de las otras, para llegar a la conclusión de que las críticas que se cruzaron en la pugna por la presidencia del Frente Amplio pasaron el límite de lo que está bien.
Es así que en la noche del lunes 10 el Comité Ejecutivo Central del Partido Socialista abordó "el caso Xavier" y hubo acuerdo en la necesidad de que "de ambos lados" se baje el tono de la discusión pública. Esos ambos lados los representan el Movimiento de Participación Popular (MPP), la lista 711 y el Partido Comunista en una de las bandas, y en la otra el PS, el Frente Líber Seregni y otros sectores menores del Frente Amplio.
En las últimas horas también hubo contactos entre dirigentes del MPP en los que se habló de intentar no responder críticas ni abonar el terreno para que la discusión a través de los medios de comunicación suba de tono. Los dos bloques frenteamplistas quedaron enfrentados luego de que el PS y el FLS insistieran en la permanencia de Xavier en la presidencia de la coalición hasta que se realicen nuevas elecciones internas a mediados de 2016.
El MPP y sus aliado se opusieron con el argumento de que el plazo establecido por el reglamento interno del FA para que Xavier ejerciera el cargo ya caducó. Además, sostienen, esa tarea es incompatible con la labor legislativa. En medio de esas disputas, la senadora socialista renunció a su puesto durante el Plenario del FA del sábado 8.
Para suplir a Xavier, el MPP propone instalar un colegiado y el astorismo quiere adelantar las elecciones para noviembre próximo. Ninguna de las dos propuestas tiene los votos necesarios para prosperar y, por tanto, lo más probable es que el Secretariado Ejecutivo del FA asuma provisoriamente las tareas de la presidencia.
Las críticas cruzadas que llevaron a la dirigencia frenteamplista a coincidir en la necesidad de "parar la mano" se concentraron mayormente en las últimas 48 horas y tuvieron varios ingredientes. El secretario general del PS, Yerú Pardiñas, declaró que a Xavier "le cobraron la factura por ser mujer" y el operador del FLS Esteban Valenti dijo que la renuncia de la dirigente socialistas es "un golpe de Estado". "El poder sin ideología y sin principios es la peor droga, corrompe el alma", agregó.
El senador Rafael Michelini (FLS) dijo en El Observador TV que la actitud del MPP y sus aliados representa un "capricho casi adolescente" que metió a la coalición "en una crisis, en un agujero negro del que no se sabe cómo salir".
En tanto, el diputado del MPP Daniel Caggiani consideró que algunos de sus compañeros "hacen una tormenta en un vaso de agua o se ahogan en una piscina inflable",
"¡Ay qué horrible, qué espantoso, estamos divididos!", ironizó por su parte el senador José Mujica. Ayer, la senadora Xavier difundió una carta en la que se refirió a este estado de cosas. "No siempre hemos sido todo lo fraternos que tuvimos que ser. Esto es lo que no nos podemos permitir. Allí es cuando perdemos rumbo y memoria, sin lo que no se puede avanzar, a riesgo de quedar atascados en luchas fratricidas", sostuvo.
El próximo sábado el Plenario del FA resolverá cómo funcionará la presidencia de la coalición. Pero la fórmula que se aplique parece menos importante que el estado de ánimo con la que la asuman los frenteamplistas.
"Bajar revoluciones", "aflojar un poco", "bajar la pelota al piso", fueron algunas de las fórmulas utilizadas en reuniones formales, y de las otras, para llegar a la conclusión de que las críticas que se cruzaron en la pugna por la presidencia del Frente Amplio pasaron el límite de lo que está bien.
Es así que en la noche del lunes 10 el Comité Ejecutivo Central del Partido Socialista abordó "el caso Xavier" y hubo acuerdo en la necesidad de que "de ambos lados" se baje el tono de la discusión pública. Esos ambos lados los representan el Movimiento de Participación Popular (MPP), la lista 711 y el Partido Comunista en una de las bandas, y en la otra el PS, el Frente Líber Seregni y otros sectores menores del Frente Amplio.
En las últimas horas también hubo contactos entre dirigentes del MPP en los que se habló de intentar no responder críticas ni abonar el terreno para que la discusión a través de los medios de comunicación suba de tono. Los dos bloques frenteamplistas quedaron enfrentados luego de que el PS y el FLS insistieran en la permanencia de Xavier en la presidencia de la coalición hasta que se realicen nuevas elecciones internas a mediados de 2016.
El MPP y sus aliado se opusieron con el argumento de que el plazo establecido por el reglamento interno del FA para que Xavier ejerciera el cargo ya caducó. Además, sostienen, esa tarea es incompatible con la labor legislativa. En medio de esas disputas, la senadora socialista renunció a su puesto durante el Plenario del FA del sábado 8.
Para suplir a Xavier, el MPP propone instalar un colegiado y el astorismo quiere adelantar las elecciones para noviembre próximo. Ninguna de las dos propuestas tiene los votos necesarios para prosperar y, por tanto, lo más probable es que el Secretariado Ejecutivo del FA asuma provisoriamente las tareas de la presidencia.
Las críticas cruzadas que llevaron a la dirigencia frenteamplista a coincidir en la necesidad de "parar la mano" se concentraron mayormente en las últimas 48 horas y tuvieron varios ingredientes. El secretario general del PS, Yerú Pardiñas, declaró que a Xavier "le cobraron la factura por ser mujer" y el operador del FLS Esteban Valenti dijo que la renuncia de la dirigente socialistas es "un golpe de Estado". "El poder sin ideología y sin principios es la peor droga, corrompe el alma", agregó.
El senador Rafael Michelini (FLS) dijo en El Observador TV que la actitud del MPP y sus aliados representa un "capricho casi adolescente" que metió a la coalición "en una crisis, en un agujero negro del que no se sabe cómo salir".
En tanto, el diputado del MPP Daniel Caggiani consideró que algunos de sus compañeros "hacen una tormenta en un vaso de agua o se ahogan en una piscina inflable",
"¡Ay qué horrible, qué espantoso, estamos divididos!", ironizó por su parte el senador José Mujica. Ayer, la senadora Xavier difundió una carta en la que se refirió a este estado de cosas. "No siempre hemos sido todo lo fraternos que tuvimos que ser. Esto es lo que no nos podemos permitir. Allí es cuando perdemos rumbo y memoria, sin lo que no se puede avanzar, a riesgo de quedar atascados en luchas fratricidas", sostuvo.
El próximo sábado el Plenario del FA resolverá cómo funcionará la presidencia de la coalición. Pero la fórmula que se aplique parece menos importante que el estado de ánimo con la que la asuman los frenteamplistas.
