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Tras denuncia de estafa en corredora de bolsa, seis formas simples de cuidar las inversiones

Aunque es imposible prever completamente una estafa de este tipo, sí hay varias cuestiones a las que los clientes pueden estar atentos para reducir las posibilidades
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06 de julio de 2022 a las 09:18

En seis meses, dos prestigiosas empresas de corredores de bolsa habrán sido sentadas en el banquillo de los acusados por presuntas estafas millonarias a sus clientes. El caudal de dinero que manejaban hace que los daños todavía no se hayan podido calcular, aunque en ambos casos se ubican en varios millones de dólares. Aun así, este tipo de empresas incrementan cada vez más su cartera de clientes gracias a personas que quieren sacar mayor rédito de sus ahorros, ya sean voluminosos o magros. 

Aunque es imposible prever completamente una estafa de este tipo, sí hay varias cuestiones a las que los clientes pueden estar atentos para reducir las posibilidades de ser embaucados. Varios corredores de bolsa y expertos en lavado de activos consultados por El Observador apuntaron los siguientes consejos para que cada cliente –tenga conocimientos en finanzas o no– tenga control sobre sus inversores. 

1. Antes de contratar a una empresa, debe asegurarse de que sea una entidad regulada por el Banco Central del Uruguay. Eso puede comprobarse fácilmente en la página web de la entidad. Además, debe estudiarse su trayectoria y perfil de la empresa y sus dueños, asegurarse de que sean respetados en el mercado. No es recomendable invertir en una corredora cuyos dueños no está claro quiénes son.

2. Una vez se vaya a firmar el contrato para comenzar el vínculo, deben revisarse con atención las condiciones. Jamás deberían firmar el contrato antes de que las condiciones estén explícitas. Entre ellas, y fundamentalmente, el perfil de riesgo del inversor. Eso variará según la cantidad de dinero que quiera invertir y qué concepto tenga de él. Si son los ahorros de toda su vida, preferirá una inversión menos riesgosa, pero si es un monto que le resulta insignificante, probablemente sea proclive a correr mayor riesgo.

3. Una vez que un cliente pide abrir una cuenta en un corredor de bolsa, deberá imponer en ese contrato inicial si la cuenta se manejará en forma discrecional o no. Es preferible en materia de prevención que el cliente deba autorizar una a una todas las operaciones que se hagan y no dejarle libertad total a la empresa. Si se la diera, la empresa debería operar de acuerdo al perfil de riesgo del inversor. Pero es preferible que el cliente dé su beneplácito expreso en todas las operaciones y pedir que le envíen copia del comprobante. "Firmar un contrato de manejo discrecional teniendo un perfil riesgoso es firmar un cheque en blanco", ejemplificó uno de los técnicos consultados.

4. Antes de definir las inversiones, pactar reuniones con uno de los operadores de la corredora –en el que se debe tener plena confianza y conocimiento– para analizar con detenimiento los riesgos.

5. Hay que tener especial cautela en las operaciones que prometen mucha rentabilidad en poco tiempo. Es poco probable que se presente una oportunidad de ese tipo. 

6. Tener acceso web a los estados de cuenta, lo que permite conocer el panorama actualizado de las finanzas y réditos. Además, es importante que la empresa contratada prepare documentación que refleje certeramente el valor de mercado de la posición (acción, bono o fondo), para poner la ganancia o pérdida en contexto. 

El caso CVM

Este martes, El Observador dio cuenta de que entre 300 y 400 clientes de la corredora Custodia de Valores Mobiliarios (CVM) vieron cómo se desplomaba su dinero con una pérdida del orden del 90%, aunque no entendían cómo había sucedido ni por qué. 

Hasta fines de mayo, ellos y una veintena de personas con las que se comunicó El Observador, ingresaban con su usuario a su cuenta en la página de CVM y veían su saldo tal como lo habían invertido. Algunos tenían vínculos de casi dos décadas con la familia Cukier, dueña de la corredora. Otros habían ingresado al negocio hacía menos de un año. Lo cierto es que todos los meses se les enviaba el estado de cuenta. Sin embargo, en los primeros días de junio la página “cayó” y quedaron a ciegas. Alguno pensó que podía ser un error normal de un servidor, o una actualización de la web. Pero en esa oscuridad sus cuentas se vinieron a pique. 

Dos semanas después creció el rumor de que algo sucedía con Sara Goldring de Cukier, quien ya no le atendía el teléfono a los clientes con quienes había mantenido un trato fluido, los había invitado a navegar en su barco en Punta del Este o les había ofrecido hospedaje en su apartamento de lujo en Miami.  El 17 de junio, Goldring elevó una nota al Banco Central del Uruguay advirtiendo un problema en su cartera de inversiones y pocos días después llegó el mail desolador en el que anticipaban las pérdidas a sus clientes.

En los días posteriores, la empresa les dijo a varios de sus clientes que estaban intervenidos por el BCU y también se lo hicieron saber funcionarios de CVM a abogados de los damnificados. Sin embargo, hasta este lunes la Superintendencia de Servicios Financieros (SSF) no había notificado una intervención. Este lunes El Observador consultó al BCU –específicamente– si había decretado una intervención y obtuvo la siguiente respuesta: “La SSF está dando seguimiento de lo comprometido por CVM según el hecho relevante publicado en el sitio web del Banco” y copiaron el link de la comunicación de la empresa que notifica el quebranto de la cartera. Pocas horas después lo intervinieron. 

El Observador accedió a dos grabaciones de esos encuentros en los que se escucha a Marcos Cukier decirles a distintos clientes que tenían un “perfil agresivo” porque así lo habían “firmado” en los “papeles”, que “lo que se hizo fue invertir en opciones” –en concreto, venta de puts–, que el dinero se “manejaba en una cuenta global”, que “la pérdida se generó en la ejecución de esas opciones” y que el “Banco Central estaba al tanto” de todo lo que estaba sucediendo. 

Si bien las “cuentas ómnibus” –que implican que una corredora abra una cuenta por ejemplo en la bolsa de Estados Unidos y realice allí las operaciones en nombre de sus clientes, a quienes luego les traslada los resultados en sus cuentas individuales– son una práctica extendida y legítima entre las corredores de bolsa, lo que no está permitido es que vuelquen las cuentas de sus clientes en una especie de “fondo común” y utilicen recursos de unos como garantía para solventar las pérdidas de otros.

Este martes la Fiscalía de Delitos Económicos recibió la primera denuncia penal por este asunto. El abogado Nicolás Ghizzo, que representa a dos damnificados por US$ 500 mil y US$ 300 mil, dijo a El Observador este lunes que iba a presentar una denuncia por apropiación indebida y estafa contra los accionistas de CVM. También haría un pedido de medidas cautelares. Además dijo que denunciará la situación a la Bolsa de Valores de Montevideo y el Banco Central. 

En tanto, el abogado Pablo Donangelo, que a través del Estudio Donnangelo, Durán y Sasson representa a más de 20 damnificados por varios millones de dólares, dijo a El Observador que esta semana presentará una denuncia penal por apropiación indebida y estafa contra los accionistas de CVM. Solicitará medidas cautelares. 

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