El actor recibió la estatuilla "Ícono indie" en Las Vegas.

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Un ícono entre los gangsters

El Festival de Cine de Las Vegas premió en su última edición a Michael Madsen, donde el actor de 53 años, tan rudo como sensible, conversó con El Observador
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22 de julio de 2011 a las 18:28

“Lo único que hace falta para una película es un arma y una chica”, suele decir el director francés Jean-Luc Godard. Si a la enumeración se le agrega un auto o una moto potente, se estaría describiendo casi la totalidad de las 173 producciones en las que Michael Madsen ha trabajado.

Por sus 1,90 metros de altura, su voz rasposa y dominio de las armas, este actor de 53 años nacido en Chicago suele interpretar a gangsters. El personaje del ladrón Mr. Blonde, de la ópera prima del director Quentin Tarantino Reservoir Dogs, es el más recordado por perverso y brillante.

“Me gustaría hacer más películas como Liberen a Willy, pero supongo que cuando sos habilidoso con un arma es difícil. Solo quieren que dispares y te fumes un cigarro”, dijo Madsen ante una audiencia de 200 personas en una sala del hotel Hilton durante el Festival de Cine de Las Vegas, el fin de semana pasado. Ese día estaba recibiendo la estatuilla “Ícono indie” del evento, honor que no ganó precisamente por haber ayudado a liberar a una orca.

De hecho, Madsen tiene mucho de los personajes que interpreta. “Cuando era chico mis padres se divorciaron y no podía hacer otra cosa más que meterme en problemas”, contó el actor. Ya en su juventud, pasó de trabajo en trabajo: fue mecánico de autos, jardinero y camillero en un hospital, entre otras tareas, antes de convertirse en actor como su hermana menor, Virgina Madsen.

“He tenido muchos momentos de soledad, muchos momentos en que he luchado por ser padre y, al mismo tiempo, al tener una carrera tan loca, que juega tanto con tu cabeza, no siempre podés ser la persona que te gustaría para la gente que está a tu alrededor y que amás. Eso ha sido algo muy duro para mí”, admitió Madsen.

Es que el hombre rudo que una vez dijo“Los niños son una gran excusa para dejar de actuar como uno”, es un incondicional padre con sus cinco varones de entre 5 y 21 años. Todos viajaron con él a Las Vegas para el fin de semana del festival de cine, aunque el más chico no fue a la ceremonia de homenaje.

Allí, para sorpresa del actor, sus varones fueron quienes le entregaron la estatuilla. Al verlos empezar a subir al escenario, Madsen se puso a caminar en círculos para disimular su emoción, la cual no pudo contener cuando los chiquilines lo abrazaron. Fueron unos 10 segundos de aplausos del público y susurros cariñosos entre ellos.

De todos modos, Madsen, quien divide sus películas entre aquellas (pocas) de las que está orgulloso y las que sirven para alimentar a sus hijos, es rudo incluso en su dulzura. Cuando El Observador le preguntó qué género no rodaría o con qué director no trabajaría ni siquiera para llevar el pan a sus varones, respondió: “Cariño, recibiría una bala por ellos”.

Poeta de la noche

“La sonrisa de Michael es como la de un luchador que fue derribado tres veces y todavía está pronto para pelear, pero lleva su tormento sin rencor”, escribió el actor David Carradine en el prólogo del libro de poesía 46 down: A book of dreams & other ramblings publicado por Madsen en 2004.

Carradine, quien actuó como hermano de Madsen en la saga de Tarantino Kill Bill y lo consideraba un hermano en la vida, también afirmó en el prólogo: “Michael es un tipo dulce, un cariñoso padre, un filósofo y un poeta... Y, sí, es muy rudo”.

Las palabras del eterno Kwai Chang Caine le hacen justicia a los versos de Madsen. “Empecé a escribir cuando estaba solo en la ruta o en la habitación de un hotel”, contó el actor. Debía sacar cierta “oscuridad” de adentro suyo, agregó, porque “interpretar a los villanos te llega a veces y es difícil no llevar esa mierda a casa”.

Madsen dice tantas malas palabras en su vida cotidiana como en sus poemas. Pero, así como adjetiva las nalgas de una mujer como una “gran manzana”, también escribe sobre la muerte del actor Robert Mitchum, sobre cómo marcó su carrera y de su rezo al enterarse del fallecimiento.

De hecho, la muerte de colegas es algo que lo quiebra al instante. La sola mención de Dennis Hopper y Carradine durante la ceremonia volvieron vidriosos sus inquietantes ojos verdes.

Rústica masculinidad

Sentado con las piernas abiertas, vistiendo pantalón negro y una camisa floreada de denotado mal gusto, Madsen habló en el festival sobre la feminización del hombre, citando palabras bastante más fuertes de su colega Clint Eastwood.

“Estoy siendo apartado, hay un ambiente en el cine donde la masculinidad está mal vista. Es triste”, dijo Madsen con su voz áspera.

Su preocupación por conseguir trabajo es algo que se trasluce en su discurso de forma constante, aunque al momento de la ceremonia solo llevaba desempleado dos semanas.

De todos modos, tras 29 años de carrera todavía encuentra momentos para filmar con directores jóvenes por el solo precio de llevar a su familia al rodaje. Por eso, según la web Internet Movie Data Base, el actor formará parte de 23 películas este año.

El peligro de esta apuesta a los jóvenes directores es que muchas veces “ponen una horrible foto tuya en la tapa del DVD”, cuando apenas actuás unos minutos, dijo. Es que el actor ve el resultado final recién cuando está en cartelera.

Cansado de verse con un arma y un cigarro en los pósteres de filmes malos, Madsen patentó su cara: “Recientemente gasté US$ 4.000 para ser dueño de mi maldita cara. Tengo un certificado del Congreso de los Estados Unidos diciendo que me pertenece, es absurdo”.

No obstante, así fue como formó parte de Reservoir dogs. Sin cobrar un dólar, el actor aceptó un papel que terminaría volviéndose icónico por la escena en que tortura a un policía cortándole la oreja. El director, por su parte, resultó ser uno de los mejores (sino el mejor) de la década de 1990.

“Lo más extraño es cuando los niños me reconocen por Liberen a Willy y sus padres me reconocen por Reservoir dogs. Los niños dicen: ‘¡Ahí está Glen!’, y los padres responden: ‘¡No te acerques a ese tipo!’”.

Entre los próximos proyectos de Madsen figura Refuge from the storm, donde por primera vez actúa con su hijo mayor, Christian. El Observador conversó sobre la película que se estrenará en noviembre en Estados Unidos con el joven, quien comparte el ácido sentido del humor de su padre.

–¿De qué trata la película?
–Es un drama religioso, donde mi padre hace de doctor.
¿En serio? ¿No actúa como gangster?
–En realidad, es doctor de orejas. No, mentira, ¡solo bromeaba!

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