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Un retorno no tan imposible
Ahora centrado en filmes de acción, Tom Cruise parece reflotar su perfil bajo de antaño al alejar la atención de su vida personal y escándalos religiosos
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08 de agosto de 2015 a las 05:00
Tom Cruise ya era pasado pisado. Al menos, en la vertiginosa espiral mediática de los últimos años, en la que parecía que sus mejores interpretaciones y películas más taquilleras quedarían enmarcadas en las décadas de 1980 y 1990, con un poco de dotes actorales filtrándose con buenos resultados a inicios de los 2000.
Después del relativo fracaso de Jack Reacher (2012) y Oblivion (2013), el carismático actor de la amplia y blanquísima sonrisa logró recuperarse con Al filo del mañana (2014) y su premisa de ciencia ficción futurista.
Sin embargo, fue este último mes, con el estreno mundial de Misión Imposible: Nación secreta, que Cruise volvió a ocupar el lugar que le pertenecía en la industria. Tras un primer día de exhibición en Estados Unidos que batió los ingresos de las demás entregas de la saga, se confirmaba que el estadounidense aún tenía qué ofrecer, incluso si solo lo hacía ante un público ávido de peligrosas acrobacias e intrigas de espionaje.
El primer fin de semana de la película, en palabras del vicepresidente de Paramount, Rob Moore, demostró que "Cruise continúa siendo una estrella popular y que Misión Imposible sigue siendo una de las franquicias más populares en Estados Unidos".
Pero la omisión generalizada de la cienciología nada tuvo que ver con la ignorancia o el tacto periodísticos. El momento de máxima suspicacia se generó con el conductor Jon Stewart que, si bien es conocido por su humor incisivo, también obvió el tema. Entonces, un artículo del sitio The Wrap lo dejó claro: quienes quisieran entrevistar a Cruise tenían prohibido formular preguntas sobre la vida personal o su escandaloso credo.
Si bien la mayoría hoy recuerda a Cruise por su fanática promoción de la cienciología y su salto en el sillón de la presentadora Oprah, el actor solía cultivar una imagen pública tan calculada y resguardada como la que intenta imponer ahora.
En los inicios de su carrera, Cruise prefería mantenerse alejado de los escándalos protagonizados por sus colegas. Incluso tardó en revelar públicamente su primer matrimonio, con la actriz Mimi Rogers, en 1987. Asimismo, su casamiento con Nicole Kidman, en 1990, fue catalogado por la revista People como el "secreto mejor guardado de Hollywood", según recordó el periódico Los Angeles Weekly.
Con estas recientes prohibiciones, Cruise parece intentar recordar una época mejor, en la que la prensa se centraba en sus habilidades interpretativas y no en su cada vez más notoria excentricidad. En ese entonces, sin embargo, el actor tenía grandes planes: había rechazado Top Gun 2 para hacer El color del dinero (1986), de Martin Scorsese, y embarcarse en un camino que le daría sus mejores y más extravagantes interpretaciones dramáticas. Ahora, tras tres décadas de trayectoria, ese recorrido fue cambiado por las películas de acción, un género en el que también sabe lucirse.
Ahora, al éxito de taquilla de Misión Imposible y la promesa de una sexta entrega, Cruise sumará más acción con esa secuela de Top Gun que tanto había postergado. Ojalá esa ruta de ganancias aseguradas no prive al mundo del genio demente que había aflorado hace tantas décadas ya.
1. Negocios riesgosos (1983). Un joven Cruise se mete en problemas mientras sus padres no están.
2. Top Gun (1986). Jóvenes aviadores se enfrentan a la rivalidad y los riesgos de su profesión.
3. Rain man (1988). Cruise reclama parte de su herencia secuestrando a su hermano autista.
4. Entrevista con el vampiro (1994). Un periodista consigue que un vampiro le relate su añosa historia.
5. Magnolia (1999). Nueve relatos inconexos, entre los que brilla un Cruise misógino, guardan un extraño vínculo.
Después del relativo fracaso de Jack Reacher (2012) y Oblivion (2013), el carismático actor de la amplia y blanquísima sonrisa logró recuperarse con Al filo del mañana (2014) y su premisa de ciencia ficción futurista.
Sin embargo, fue este último mes, con el estreno mundial de Misión Imposible: Nación secreta, que Cruise volvió a ocupar el lugar que le pertenecía en la industria. Tras un primer día de exhibición en Estados Unidos que batió los ingresos de las demás entregas de la saga, se confirmaba que el estadounidense aún tenía qué ofrecer, incluso si solo lo hacía ante un público ávido de peligrosas acrobacias e intrigas de espionaje.
El primer fin de semana de la película, en palabras del vicepresidente de Paramount, Rob Moore, demostró que "Cruise continúa siendo una estrella popular y que Misión Imposible sigue siendo una de las franquicias más populares en Estados Unidos".
La ciencia tras la publicidad
Sin embargo, en cuanto Cruise se embarcó en una gira por varios países para promocionar el filme, se hizo evidente una gran omisión en todas sus entrevistas: la cienciología. Reavivada este año gracias a las revelaciones del documental Going Clear: Scientology and the Prison of Belief, la polémica religión inspiraba un sinfín de preguntas y constituía un tema seguro a abordar con el actor con la excusa inicial de hablar de la nueva Misión Imposible.Pero la omisión generalizada de la cienciología nada tuvo que ver con la ignorancia o el tacto periodísticos. El momento de máxima suspicacia se generó con el conductor Jon Stewart que, si bien es conocido por su humor incisivo, también obvió el tema. Entonces, un artículo del sitio The Wrap lo dejó claro: quienes quisieran entrevistar a Cruise tenían prohibido formular preguntas sobre la vida personal o su escandaloso credo.
Si bien la mayoría hoy recuerda a Cruise por su fanática promoción de la cienciología y su salto en el sillón de la presentadora Oprah, el actor solía cultivar una imagen pública tan calculada y resguardada como la que intenta imponer ahora.
En los inicios de su carrera, Cruise prefería mantenerse alejado de los escándalos protagonizados por sus colegas. Incluso tardó en revelar públicamente su primer matrimonio, con la actriz Mimi Rogers, en 1987. Asimismo, su casamiento con Nicole Kidman, en 1990, fue catalogado por la revista People como el "secreto mejor guardado de Hollywood", según recordó el periódico Los Angeles Weekly.
Con estas recientes prohibiciones, Cruise parece intentar recordar una época mejor, en la que la prensa se centraba en sus habilidades interpretativas y no en su cada vez más notoria excentricidad. En ese entonces, sin embargo, el actor tenía grandes planes: había rechazado Top Gun 2 para hacer El color del dinero (1986), de Martin Scorsese, y embarcarse en un camino que le daría sus mejores y más extravagantes interpretaciones dramáticas. Ahora, tras tres décadas de trayectoria, ese recorrido fue cambiado por las películas de acción, un género en el que también sabe lucirse.
Ahora, al éxito de taquilla de Misión Imposible y la promesa de una sexta entrega, Cruise sumará más acción con esa secuela de Top Gun que tanto había postergado. Ojalá esa ruta de ganancias aseguradas no prive al mundo del genio demente que había aflorado hace tantas décadas ya.
Top 5 de películas
1. Negocios riesgosos (1983). Un joven Cruise se mete en problemas mientras sus padres no están.
2. Top Gun (1986). Jóvenes aviadores se enfrentan a la rivalidad y los riesgos de su profesión.
3. Rain man (1988). Cruise reclama parte de su herencia secuestrando a su hermano autista.
4. Entrevista con el vampiro (1994). Un periodista consigue que un vampiro le relate su añosa historia.
5. Magnolia (1999). Nueve relatos inconexos, entre los que brilla un Cruise misógino, guardan un extraño vínculo.
