Un sello de música y de moda. Eso es lo que se propusieron en 2002 Gildas Loaëc, Masaya Kuroki y la compañía inglesa Åbäke. El resultado es una tienda de ropa muy (muy) cara y una serie de compilados y artistas que se ha convertido en detectora de tendencia en todo el mundo de la música pop. Las pruebas están a la vista: debe de ser el único compilado de una tienda de moda que la prensa especializada reseña.
¿Cómo lo logró esta empresa cuyo nombre quiere decir "zorro" en japonés? Quizá un buen arranque haya sido estar cerca del famoso "french touch" (dominado entre otros por Laurent Garnier y Air) que en los años noventa hizo bailar a toda Francia hasta catapultarse a los mercados anglosajones, en una reconquista potente como no la había quizá desde los tiempos de Serge Gainsbourg. Por ejemplo Thomas Bangalter, uno de los dos componentes del fundamental dúo de robots humanos Daft Punk, estuvo vinculado al génesis del sello.
A partir de ahí, Kitsuné comenzó a editar artistas bajo la premisa de que el arte que seleccionaban valía. Como todo en Francia, el status de importado de tierras galas se cobra a unos precios altísimos y Kitsune lo hace valer tanto en la ropa como en el negocio discográfico: hay pocos regalos y los compilados cuestan como un disco. No son promocionales, sino que para Kitsuné la curaduría y el toque del sello es un producto en sí mismo.
Lo cierto es que son buenos eligiendo, tanto en electrónica como en rock. Unos 92 artistas han pasado por el sello, que hasta se ha animado a dar oportunidades a bandas que luego pasaron al frente (y que vale la pena conocer), el caso de Hot Chip, Digitalism o Crystal Fighters.
Sin embargo, este post no tiene más motivación que dar a conocer a un sólido proyecto que no parece tomarse ni la moda ni la curaduría musical con pretensión y frivolidad y aún así, ser modernos, y actuales. Y aún así, marcar tendencia de verdad. Hay compilados de bandas como Phoenix o los propios Daft Punk (en particular uno en el que muestran todas las canciones de las que sacaron sonidos para sus temas) que funcionan para entender mejor las influencias en su música.
Tiene sentido también, al vuelo, conseguirse el nuevo compilado Kitsuné America, el primero que hacen tras un rastreo de bandas emergentes en Estados Unidos. Sucede que el compilado está lleno de pop electrónico, y en horas en las que recordamos a la gran Donna Summer, fallecida hace un rato, no está mal pensar en dónde está el pop electrónico hoy con referencia a aquellos primeros síntomas de nuevo pop computarizado. Por el lado de Kitsuné bien puede aparecer lo que se viene.
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