A principios de 2017 Mónica Rivero, la ex jefa de finanzas de la empresa Julio César Lestido, llegó a la conclusión de que había ido demasiado lejos. La maniobra que durante más de 10 años le había permitido apropiarse de unos US$ 7 millones, estaba a punto de ser descubierta.
Según dijeron fuentes de la investigación a El Observador, un cambio en la forma en la que se auditaban esos estados contables alarmó a Rivero, por lo que decidió idear un plan de escape. El 13 de febrero, luego de que su marido la dejara a pocos metros de una peluquería ubicada en la esquina de Luis Alberto de Herrera y Ramón Anador, Rivero desapareció sin dejar rastro.
A partir de la denuncia de su marido, el caso comenzó a ser investigado por la división de Personas Ausentes, pero la investigación rápidamente tomó otro rumbo cuando la firma Julio César Lestido denunció el faltante de US$ 200.000.
Más tarde, se supo que Rivero y su marido eran jugadores VIP del casino del Hotel Enjoy de Punta del Este, llegando a apostar cifras millonarias. Además, la auditoría realizada por la empresa finalmente reveló que Rivero había adulterado estados contables desde 2006, causando un perjuicio para la empresa de US$ 7 millones.
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de la policía, el paradero de Rivero continuó siendo un misterio hasta días atrás, cuando la Jefatura de Policía de Rocha recibió un sobre cerrado y sin remitente, que en su interior contenía una carta en la que se revelaba la dirección exacta de la casa donde vivía la mujer.
Fue así que la policía montó un operativo silencioso para intentar confirmar el dato. Tras lograr verificarlo, este miércoles, efectivos de Crimen Organizado detuvieron a Rivero en una vivienda de la Barra del Chuy.
La mujer se negó a declarar ante la Justicia, que este jueves la procesó con prisión por reiterados delitos de estafa en concurrencia con un delito de falsificación de documento privado. Sin embargo, ante la policía Rivero dijo que durante estos dos años estuvo viviendo primero en el Chuí (Brasil), luego en La Paloma y más tarde en la Barra del Chuy, donde finalmente fue detenida.
La abogada de Rivero, Fabiana González Raggio, dijo que la mujer nunca mantuvo contacto con sus familiares mientras permaneció desaparecida y aseguró que se sorprendieron al enterarse de que en estos dos años nunca salió del país.
Además del procesamiento por estafa y falsificación de documento privado, Rivero podría ser imputada por un delito de lavado de activos. La investigación por este ilícito está a cargo del juzgado de Crimen Organizado.
Ese juzgado había decretado el embargo genérico y específico de los bienes que Rivero adquirió en los últimos 10 años. Además, ordenó el bloqueo de cuentas bancarias y cofres fort de la exjefa de finanzas, su esposo y sus hermanos.
En la vivienda de Barra del Chuy donde fue detenida la policía incautó US$ 10 mil. Los investigadores creen que el resto del dinero lo perdió en el casino.
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