Si bien el aforo no está regulado, la mayoría de los vuelos viajan con asientos vacíos

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Viajar en pandemia: qué cambió, qué sigue igual y a qué hay que atenerse

Esta es la primera de una serie de notas que publicaremos esta semana para contar en primera persona la estadía de una periodista en Playa del Carmen; episodio uno: cómo son los vuelos y los aeropuertos
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30 de noviembre de 2020 a las 15:25

No. No es imposible ni está prohibido viajar en pandemia. Desde que se conocieron los primeros casos de coronavirus muchos nos preguntamos cuándo será posible pisar tierra extranjera de nuevo con cierta normalidad.

Es difícil responder a esa pregunta, porque muchas cosas cambiaron desde hace unos meses, pero otras cosas también llegaron para quedarse.

Cuesta creer que el tapabocas dejará de ser parte de nuestras vidas, que dejaremos el alcohol en gel en casa o que no nos pedirán distancia en cada lugar cerrado al que vayamos.

¿La vacuna será la solución? Tampoco se sabe, pero mientras tanto, viajar se puede y con cierta normalidad.

Sí, hay cosas que cambiaron. Y a continuación te voy a contar cuáles y cómo se siente viajar y volar en pandemia. Pero salvo las medidas sanitarias y algunos otros coletazos económicos de esta nueva realidad, todo sigue siendo bastante normal.

Aeropuerto

Previo al embarque y antes de cada contacto: alcohol en gel

El Aeropuerto Internacional de Carrasco está preparado desde hace ya varios meses para la nueva normalidad.

Esto incluye, como en la mayoría de los lugares, el uso obligatorio del tapabocas en todo momento –salvo para comer y sacarse la foto en migración–, así como el control de la temperatura al ingreso y el pasaje por un dispensador de alcohol en gel. Pero todo eso ya se volvió costumbre.

Quizás lo más impactante sea llegar al aeropuerto y ver toda un ala del edificio a oscuras. Y las oficinas, locales de comida y otras tiendas cerradas, a excepción de algunos pocos que abren durante las horas previas a que salga un vuelo y después vuelven a bajar las cortinas.

Es que como en el resto del sector turístico, los operadores de la terminal de Carrasco también sintieron los coletazos económicos de la pandemia y redujeron personal.

En el aeropuerto hay menos vuelos que de costumbre y muchos menos pasajeros

Las pantallas que detallan los vuelos, por ejemplo, dan la pauta del momento que vive el mundo. Es un domingo de madrugada y hay solo cuatro vuelos en pantalla: de Copa Airlines, de Amaszonas, de Latam y de Air Europa.

Por fuera de eso, el resto de las cosas que hay que hacer antes de volar son totalmente normales y la ansiedad es la propia de los trámites que hay que completar: check in, control de equipaje, migraciones y embarque.

Pese a que hay varios comercios cerrados, el free shop y los locales que están después de migraciones están abiertos. En el Duty Free de la terminal también se tomaron precauciones sanitarias y es normal ver a los funcionarios haciendo rondas para desinfectar las góndolas y sus productos con amonio cuaternario.

Vuelo

En el Aeropuerto Internacional de Carrasco una cámara especial toma la temperatura de los pasajeros

Una pregunta que me hacía es qué se siente volar con tapabocas. Para el momento del embarque ya habrán pasado un par de horas con el barbijo puesto y quedarán otras más por delante. Pero llega un punto que ese accesorio se vuelve parte del cuerpo y no me percato que lo llevo puesto.

Y pese a que puede sonar traumatizante, la experiencia de estar todo un vuelo con el barbijo no lo es.

Eso sí, después de seis horas de viaje las orejas empiezan a sentir la tirantez de los elásticos, por lo que es recomendable usar tapabocas que se atan detrás de la cabeza.

Aunque hay aerolíneas que exigen quirúrgicos o N95 no es el caso de Copa Airlines, por lo que el pasajero queda libre de elegir algo más cómodo. No están permitidas las mascarillas y en caso de usarlas siempre tienen que ir acompañadas del barbijo.

Las medidas sanitarias incluyen control de temperatura, alcohol en gel y tapabocas obligatorio en todo momento

Los aforos de las aerolíneas no están regulados internacionalmente, por lo que la ocupación de los vuelos suele estar definida por la demanda y, llegado el caso, por las precauciones que la propia empresa quiera tomar.

También es impactante levantarse en medio del vuelo y ver que hay filas y filas vacías. Esto –que puede sonar raro– es una buena noticia para aquellos que buscan viajar cómodos y sufren por las dimensiones del avión.

Y a no olvidarse: ya no hay más servicio abordo de comidas. Adiós a los carritos de café, té, jugo y refrescos. Para disminuir el contacto ahora todo es envasado e individual. Por eso, al subir al avión el pasajero recibirá una botella de agua y, a los pocos minutos de despegar, una caja con la inscripción “snack box”.

Adentro encontrará todo lo necesario para sobrevivir un par de horas: yogur, jugo, refuerzo y una barra de cereal. Así que la recomendación es no embarcar con el estómago vacío.

*Esta nota forma parte de un viaje de reconocimiento organizado por 5M, el holding integrado por varias agencias de viaje de Uruguay –como Jetmar, Tienda Viajes, Buemes e Hiperviajes–, con apoyo de Copa Airlines y Grand Palladium.

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