Tras la condena a 15 años de cárcel a su tío Adolfo Donda por ser coautor de su apropiación, la ex titular del Inadi Victoria Donda reflexionó en sus redes sociales sobre la sentencia y aseguró que ahora “comienza a sanar” su herida y dijo que sus padres, María Hilda “Cori” Pérez y José Laureano Donda, secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura militar, ahora “descansan en paz”.
Este lunes, el Tribunal Oral Federal 6 de la ciudad de Buenos Aires consideró a Adolfo Donda partícipe necesario penalmente responsable del delito de sustracción de una menor en concurso ideal con su retención y ocultamiento. Las pruebas determinaron que cuando “Cori” Pérez y José Donda fueron secuestrados la mujer estaba embarazada y que fue madre de Victoria en el centro de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). El tribunal consideró que Adolfo Donda, hermano de José, “fue coautor de la posterior apropiación de la niña por parte del prefecto Juan Antonio Azic, que también fue condenado por delitos de lesa humanidad y cumple con arresto domiciliario”. Los fundamentos del fallo, no obstante, se conocerán el próximo 6 de mayo.
Hoy condenaron a 15 años de prisión a mi tío, Adolfo Donda, por mi apropiación y ocultamiento de identidad. Aunque sigo sin saber dónde están mis padres, sé que desde hoy descansan en paz.
— 💚 Victoria Donda Perez (@vikidonda) March 4, 2024
“Hoy condenaron a 15 años de prisión a mi tío, Adolfo Donda, por mi apropiación y ocultamiento de identidad. Aunque sigo sin saber dónde están mis padres, sé que desde hoy descansan en paz”, postes la exfuncionaria en su cuenta de la red social X, y añadió que este tipo de juicios son “fundamentales para cicatrizar las heridas” que dejó la última dictadura militar en la Argentina, y agregó: “Hoy la mía comienza a sanarse”.
La ex funcionaria sostuvo también que“Esa dictadura, a la que quienes ahora están en el poder revindican cobardemente, ha dejado pruebas inapelables sobre las atrocidades que cometieron, que el Poder Judicial sabe valorar, a pesar de los certificados médicos que presentan haciéndose los pobrecitos para no ir presos”.
Sobre esto último, la dirigente que recuperó su identidad en 2004 aseguró que los militares que tuvieron responsabilidades en ese momento “no son pobres abuelitos” y, siempre bajo esa postura, indicó: “Son represores que se apropiaron bebés y que secuestraron, mataron y desaparecieron a 30 mil personas con un plan sistemático de terror y tortura para instaurar un modelo económico desigual y entreguista. Lo que quieren volver a hacer hoy”.
En el último tramo, la exfuncionaria y también exdiputada dijo que sus padres estuvieron dentro de ese grupo de 30 mil personas víctimas de la dictadura. “Me encantaría poder llevarles una flor a su tumba, pero no sé dónde están”, se lamentó, ya que ambos siguen desaparecidos.
Y para concluir, marcó: “Hoy cierra este proceso para mí y seguiré luchando hasta que sepamos dónde están, y que haya Memoria, Verdad y Justicia”.
Una condena a la altura de la historia. El represor Adolfo Donda Pérez recibió la pena de 15 años de prisión por su papel en la apropiación de su sobrina Victoria Donda Pérez, nacida en agosto de 1977 en la ESMA. #Abuelas #LesaHumanidad #Justicia
— Abuelas de Plaza de Mayo (@abuelasdifusion) March 4, 2024
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El condenado recibió la noticia de la resolución judicial en la cárcel de Ezeiza, en el oeste de Buenos Aires, donde pasa sus días cumpliendo la pena de prisión perpetua también por crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA.
Por su parte, la abogada querellante, Carolina Villella, señaló que la pena que le otorgaron al acusado es la máxima para este tipo de delitos y consideró que el fallo “es motivo de celebración”.
“La sentencia es de suma importancia por el lamentable momento que estamos viviendo donde existen negacionistas de los hechos que ocurrieron en la última dictadura cívico militar en la Argentina”, sostuvo Villella, quien destacó que “da cuenta de que efectivamente son tan contundentes las pruebas que existen que no hay retroceso posible en esta materia”.
Victoria Donda recuperó su identidad en 2004, fue diputada nacional entre 2007 y 2019 y, entre 2019 y 2022, fue titular del Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo (Inadi), cerrado a fines de febrero por el gobierno de Javier Milei.
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