La oposición
argentina cuestionó los resultados provisionales de los comicios para gobernador de la provincia de Tucumán. A nivel oficial se apunta un triunfo al candidato oficialista Juan Manzur, pero los disidentes reclamaron la apertura de urnas.
La prensa local dio cuenta de incidentes poco comunes: quemaron 42 urnas en una aparente pelea entre grupos políticos, descubrieron una de estas cajas con votos supuestamente emitidos antes de que comenzara la elección, detectaron que entregaron comida a cambio de votos y acusaron que algunos candidatos pagaron para desplazar ciudadanos hasta los centros receptores de papeletas.
El gobierno argentino dio por sentada la victoria de Manzur sin esperar a la confirmación oficial de los resultados, que lo encumbrarían con 54,2 %, con poco más del 80 % de las mesas escrutadas. Pero el principal opositor, José Cano, denunció irregularidades. Lo mismo hicieron los candidatos presidenciales opositores Mauricio Macri, de la Propuesta Republicana (Pro), y Sergio Massa, peronista disidente de Unidos por una Nueva Alternativa.
Massa criticó la lentitud del recuento, que pasada la medianoche apenas había arrojado resultados, e insinuó que se produjo porque el oficialismo "tapaba" algo, según dijo a Radio La Red.
Unos 300 telegramas enviados por particulares pidieron detener el conteo, que se suspendió de modo temporal.
Pero el gobierno aseveró que seguirá adelante con la designación de Manzur. Tanto el jefe de gabinete Aníbal Fernández como el precandidato presidencial
Daniel Scioli denostaron las denuncias y prometieron continuidad.