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Ortografía “for dummies”

Aunque más breve, manejable y sencilla, la nueva edición de "Ortografía básica de la lengua española" de la Real Academia Española incluye las mismas normas de la edición anterior, aun aquellas polémicas
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16 de marzo de 2012 a las 19:23

La “y griega” seguirá llamándose “ye” y la “ch” y “ll” continuarán sin existir como letras. El 20 de marzo, la Real Academia Española (RAE) lanzará la Ortografía básica de la lengua española, más breve y manejable que la versión mayor y con una redacción más sencilla, pero con las mismas normas, incluso las más polémicas.

“La Ortografía básica va muy al grano, es fácil de consultar y de transportar”, afirma el académico Salvador Gutiérrez, coordinador de la versión amplia que se publicó en diciembre de 2010, y de la nueva que aparece ahora, llamada a ser “la ortografía de todo el mundo que habla y escribe español”.

El contenido normativo “es el mismo” que en la amplia, una obra panhispánica fruto de la colaboración entre las 22 Academias de la Lengua Española.

Publicada por Espasa, que en los próximos meses la distribuirá en los países hispanoamericanos, la Ortografía básica cuesta US$ 18,15 y tiene 228 páginas, frente a las 745 de su “hermana mayor”. Contiene varios apéndices y un índice de materias que no figuraba en la versión de 2010.

“Es un libro de bolsillo, muy fácil de manejar y muy fácil de leer porque se han eliminado los razonamientos teóricos y las explicaciones enciclopédicas”, dice Gutiérrez. Es una ortografía “muy cercana al usuario”, agrega el académico de la lengua española y experto en estas materias.

“Tocar la ortografía es como tocar el alma”, decía el anterior director de la RAE y actual director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, cuando se aprobó la versión ampliada y se produjo un revuelo enorme por algunos de los cambios que se proponían. Son los mismos que ahora se incluyen en la básica.

Discusiones idiomáticas
Una de las polémicas que causó –y sigue causando– aquella edición fue la recomendación de suprimir el tilde del adverbio “solo” y de los pronombres demostrativos, incluso en casos de posible ambigüedad como: “Voy solo al cine”.

Con la nueva Ortografía, es obligatorio no poner tilde en monosílabos con diptongo ortográfico del tipo de guion, truhan y Sion, aunque algunos hablantes pronuncien esas palabras con hiato.

Revuelo inmenso produjo también la pretensión de las Academias de unificar las distintas denominaciones que reciben en cada país las letras del alfabeto.

Al final la sangre no llegó al río y se recomienda decir “be”, “uve”, “uve doble” y “ye”, pero se deja libertad para llamarlas, allí donde sea costumbre, “be larga” o “be grande”; “ve corta” o “ve baja”; “ve doble”, “doble ve” o “doble uve”, e “y griega”. A la “i” también es correcto llamarla “i latina”.

La “ch” y la “ll” dejan definitivamente de ser letras del alfabeto y se quedan en dígrafos, algo que no causó polémica porque en la edición de 2001 del Diccionario ya no figuraban como letras independientes.

El prefijo “ex” debe escribirse unido a la base léxica si afecta a una sola palabra: exmarido, exministro, expresidente, por ejemplo. Pero se dirá “ex capitán general”.

La Ortografía establece que la escritura con “q” de algunas palabras (Iraq, Qatar, quásar, quórum) representa “una incongruencia con las reglas”. Para evitarla ha decidido escribirlas con “c” o con “k”, según los casos: Irak, Catar, cuásar, cuórum.

Mayúsculas y minúsculas
Esta obra de referencia no se olvida de las nuevas tecnologías y se muestra consciente de que “la rapidez y la economía suelen ser factores determinantes” en los correos electrónicos, foros, chats y mensajes de celulares.

Por eso, se considera admisible que se prescinda de las mayúsculas en los mensajes de móvil y en los chats, pero no en las comunicaciones electrónicas, en las que se deben “aplicar con rigor las normas ortográficas”.

Los hispanohablantes se han tenido que olvidar también de escribir con mayúscula inicial los sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos (ya sean civiles, militares, religiosos, públicos o privados), y deberán poner “majestad”, “rey”, “reina” o el “papa”.

En cuanto a Dios, depende. Se escribirá con mayúscula cuando se aluda al ser supremo de una religión monoteísta (“Dios envió a su hijo para salvarnos”), pero con minúscula cuando se refiera al ser supremo de modo genérico o a divinidades de religiones politeístas (“Jehová es el nombre hebreo del dios de judíos y cristianos”). Y se escribe “Se cree Dios”, pero “se cree un dios”.

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