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Pese a riesgos, gobierno defiende estar en el Consejo de Seguridad
El embajador Elbio Rosselli pidió la venia y explicó los planes para la ONU
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04 de noviembre de 2015 a las 05:00
Entrar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) –por segunda vez en la historia del país– fue buscado por el gobierno del Frente Amplio, decisión que ahora defiende ante algunas críticas que alertan de los riesgos de estar en esa posición.
Luego que el canciller Rodolfo Nin Novoa señalara desde Francia la disposición del país a acompañar una alianza contra los terroristas del Estado Islámico, hubo voces críticas por entender que Uruguay quedará expuesto.
El embajador Elbio Rosselli, que representará a Uruguay en el Consejo de la ONU, presentó ayer su informe a la comisión de Asuntos Internacionales del Senado.
Rosselli, al que se le votará la venia, está convencido que es "una distinción" para el país estar en ese cargo. En señal de respaldo político lo acompañó al Parlamento el subsecretario José Luis Cancela quien por estas horas ocupa el cargo de ministro interino.
El canciller Nin Novoa está en la gira por Francia y Japón con el presidente Tabaré Vázquez.
En la conferencia de prensa con el mandatario francés, Francois Hollande, Vázquez anunció que Uruguay "no defraudará" a los 185 países que lo votaron de un total de 193 miembros de la ONU para acceder a ese lugar.
En la cancillería y en el Frente Amplio, afirman que estar en el Consejo de Seguridad le dará visibilidad al país; que tratará de incidir en temas importantes; toma posición sobre conflictos; y llevar los principios del derecho que tradicionalmente defendieron los distintos gobiernos.
También están quienes advierten que no todo será color de rosa, que el cargo implicará alinearse políticamente y quedar expuestos a represalias.
Esa posición, por ejemplo, la sostiene el exembajador en EEUU durante el gobierno de Julio María Sanguinetti, Alvaro Diez de Medina.
El lunes, Diez de Medina escribió una columna de opinión en El Observador donde dio a conocer que en 1997 el Departamento de Estado de EEUU sondeó a la embajada uruguaya en Washington la posibilidad de proponer la candidatura del país a integrar el Consejo de Seguridad.
"No le tomó al presidente Julio María Sanguinetti sino minutos el rechazar la oferta: el precio de presentar ante la opinión pública uruguaya un supuesto logro internacional de su administración sería el de someter al país a incesantes presiones, inquinas, trapisondas y, sobre todo, incursiones en imprevisibles conflictos siempre ajenos al interés nacional, y no estaba dispuesto a pagarlo".
La senadora socialista Mónica Xavier, quien preside la comisión de Asuntos Internacionales, respondió que es "una ingenuidad la actitud política de quienes argumentan que es mejor no meternos para estar a salvo".
"Toda actividad implica riesgos. Estamos en un mundo donde nadie puede estar salvaguardado de los riesgos globales", opinó.
Por su parte, Rosselli dijo a El Observador que estar en organismos y tomar posición implica "riesgos" pero no ve "consecuencias adicionales" (ver entrevista).
La negociación que comandó la cancillería para llegar al Consejo de Seguridad se inició en el año 2008 con Tabaré Vázquez en su primera administración; continúo durante el gobierno de José Mujica; y se cerró con Vázquez nuevamente en la Presidencia.
El cargo se asumirá el 1º de enero y será por dos años. Uruguay empezará asumiendo la presidencia del Consejo de Seguridad.
La primera vez fue en 1985 cuando Uruguay recuperó la democracia. Varias naciones hicieron saber a Sanguinetti el interés de votar para que Uruguay entre en el Consejo de Seguridad.
La administración colorada descartó la invitación, dijeron a El Observador allegados al mandatario.
La segunda invitación fue en 1997, también bajo la presidencia, la segunda, de Sanguinetti.
Nuevamente el mandatario entendió que estar en ese órgano sería algo nominal y seguirían mandando los cinco países con poder de veto (EEUU, Rusia, China, Francia e Inglaterra). Además, dijeron las fuentes, aceptar el cargo implicaría quedar enredado en situaciones que el país no podía resolver.
En esos años (1988), la diplomacia logró, a pesar de la fuerte oposición de EEUU según supo El Observador, presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El cargo lo ocupó Enrique Iglesias.
La única vez que el país estuvo en el Consejo de Seguridad de la ONU fue en 1965 representado por el embajador Carlos María Velásquez.
Desde el Consejo de Seguridad, Uruguay se opuso a la invasión de EEUU a República Dominicana cuando el presidente Lyndon Jhonson ordenó el ataque temiendo el avance del régimen comunista que apadrinaba la Unión Soviética.
Toda exposición en los organismos internacionales conlleva "riesgos". Toda vez que hay que opinar puede haber un riesgo pero no veo los peligros cuando se compara ante la realidad que Uruguay es un actor importante en las Naciones Unidas. No en vano hemos sido uno de los principales contribuidores de personal a las misiones de paz, tenemos un lugar claramente identificado y obtuvimos 185 votos a favor. Hay un reconocimiento al país por las acciones que Uruguay ha hecho.
Uruguay pudo haberse negado si consideraba que no era conveniente ocupar ese lugar.
Con no presentarse alcanza. Uruguay también ha sido miembro del Consejo de Derechos Humanos durante seis años, donde también existen presiones. No comparto la opinión de que nos exponemos a demasiadas presiones. Las presiones que se reciben hay que saberlas manejar.
El canciller Nin Novoa habló del Estado Islámico. ¿Nos pone eso en un radar de los terroristas en el que hasta hoy no estábamos?.
Uruguay siempre ha estado en contra del terrorismo y ha sido claro en sus pronunciamientos. No veo ninguna consecuencia adicional.
Luego que el canciller Rodolfo Nin Novoa señalara desde Francia la disposición del país a acompañar una alianza contra los terroristas del Estado Islámico, hubo voces críticas por entender que Uruguay quedará expuesto.
El embajador Elbio Rosselli, que representará a Uruguay en el Consejo de la ONU, presentó ayer su informe a la comisión de Asuntos Internacionales del Senado.
Rosselli, al que se le votará la venia, está convencido que es "una distinción" para el país estar en ese cargo. En señal de respaldo político lo acompañó al Parlamento el subsecretario José Luis Cancela quien por estas horas ocupa el cargo de ministro interino.
El canciller Nin Novoa está en la gira por Francia y Japón con el presidente Tabaré Vázquez.
En la conferencia de prensa con el mandatario francés, Francois Hollande, Vázquez anunció que Uruguay "no defraudará" a los 185 países que lo votaron de un total de 193 miembros de la ONU para acceder a ese lugar.
En la cancillería y en el Frente Amplio, afirman que estar en el Consejo de Seguridad le dará visibilidad al país; que tratará de incidir en temas importantes; toma posición sobre conflictos; y llevar los principios del derecho que tradicionalmente defendieron los distintos gobiernos.
También están quienes advierten que no todo será color de rosa, que el cargo implicará alinearse políticamente y quedar expuestos a represalias.
Esa posición, por ejemplo, la sostiene el exembajador en EEUU durante el gobierno de Julio María Sanguinetti, Alvaro Diez de Medina.
El lunes, Diez de Medina escribió una columna de opinión en El Observador donde dio a conocer que en 1997 el Departamento de Estado de EEUU sondeó a la embajada uruguaya en Washington la posibilidad de proponer la candidatura del país a integrar el Consejo de Seguridad.
"No le tomó al presidente Julio María Sanguinetti sino minutos el rechazar la oferta: el precio de presentar ante la opinión pública uruguaya un supuesto logro internacional de su administración sería el de someter al país a incesantes presiones, inquinas, trapisondas y, sobre todo, incursiones en imprevisibles conflictos siempre ajenos al interés nacional, y no estaba dispuesto a pagarlo".
La senadora socialista Mónica Xavier, quien preside la comisión de Asuntos Internacionales, respondió que es "una ingenuidad la actitud política de quienes argumentan que es mejor no meternos para estar a salvo".
"Toda actividad implica riesgos. Estamos en un mundo donde nadie puede estar salvaguardado de los riesgos globales", opinó.
Por su parte, Rosselli dijo a El Observador que estar en organismos y tomar posición implica "riesgos" pero no ve "consecuencias adicionales" (ver entrevista).
La negociación que comandó la cancillería para llegar al Consejo de Seguridad se inició en el año 2008 con Tabaré Vázquez en su primera administración; continúo durante el gobierno de José Mujica; y se cerró con Vázquez nuevamente en la Presidencia.
El cargo se asumirá el 1º de enero y será por dos años. Uruguay empezará asumiendo la presidencia del Consejo de Seguridad.
Sanguinetti lo rechazó
No siempre Uruguay quiso estar en esa vidriera de las Naciones Unidas. Durante los dos gobiernos del expresidente Julio María Sanguinetti, se recibió el ofrecimiento para ocupar un sillón en el Consejo de Seguridad y el Poder Ejecutivo lo rechazó.La primera vez fue en 1985 cuando Uruguay recuperó la democracia. Varias naciones hicieron saber a Sanguinetti el interés de votar para que Uruguay entre en el Consejo de Seguridad.
La administración colorada descartó la invitación, dijeron a El Observador allegados al mandatario.
La segunda invitación fue en 1997, también bajo la presidencia, la segunda, de Sanguinetti.
Nuevamente el mandatario entendió que estar en ese órgano sería algo nominal y seguirían mandando los cinco países con poder de veto (EEUU, Rusia, China, Francia e Inglaterra). Además, dijeron las fuentes, aceptar el cargo implicaría quedar enredado en situaciones que el país no podía resolver.
En esos años (1988), la diplomacia logró, a pesar de la fuerte oposición de EEUU según supo El Observador, presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El cargo lo ocupó Enrique Iglesias.
La única vez que el país estuvo en el Consejo de Seguridad de la ONU fue en 1965 representado por el embajador Carlos María Velásquez.
Desde el Consejo de Seguridad, Uruguay se opuso a la invasión de EEUU a República Dominicana cuando el presidente Lyndon Jhonson ordenó el ataque temiendo el avance del régimen comunista que apadrinaba la Unión Soviética.
Las presiones hay que manejarlas
¿Nos expone a riesgos estar en el Consejo de Seguridad?Toda exposición en los organismos internacionales conlleva "riesgos". Toda vez que hay que opinar puede haber un riesgo pero no veo los peligros cuando se compara ante la realidad que Uruguay es un actor importante en las Naciones Unidas. No en vano hemos sido uno de los principales contribuidores de personal a las misiones de paz, tenemos un lugar claramente identificado y obtuvimos 185 votos a favor. Hay un reconocimiento al país por las acciones que Uruguay ha hecho.
Uruguay pudo haberse negado si consideraba que no era conveniente ocupar ese lugar.
Con no presentarse alcanza. Uruguay también ha sido miembro del Consejo de Derechos Humanos durante seis años, donde también existen presiones. No comparto la opinión de que nos exponemos a demasiadas presiones. Las presiones que se reciben hay que saberlas manejar.
El canciller Nin Novoa habló del Estado Islámico. ¿Nos pone eso en un radar de los terroristas en el que hasta hoy no estábamos?.
Uruguay siempre ha estado en contra del terrorismo y ha sido claro en sus pronunciamientos. No veo ninguna consecuencia adicional.
