Desde el martes pasado, John "Rotten" Lydon, más conocido entre los amantes del punk como Johnny Rotten, pasea por Uruguay. El motivo es lo que sucederá hoy: la figura más importante en la historia del movimiento punk de los años 1970 tocará en Montevideo, junto a su banda Public Image Limited.
El acrónimo PiL es bastante común en Uruguay, donde esta banda tiene una buena base de seguidores más allá de la influencia que Lydon ha ejercido sobre una innumerable cantidad de músicos uruguayos con los Sex Pistols, el proyecto con el que sacudió los cimientos de la pacatería inglesa y global. Con PiL, Lydon expandió su horizonte creativo: se dejó llevar por los sintetizadores, por otro tipo de estribillos y prescindió de los volúmenes no para resignar intensidad, sino para llevar su intensa proclama de rebeldía permanente hacia espacios que estuvieran menos atomizados que los del punk como género musical. En su
música pueden vivir el reggae y los ritmos africanos junto con el
pop de raíz bailable, algo a lo que el propio Lydon invitó al concederle una entrevista a El Observador semanas atrás y que este medio publicó el sábado pasado: "Tocamos tanto para la mente como para el cuerpo, así que espero que vengan a bailar", dijo el vocalista desde su casa en Los Angeles.
PiL, banda que funcionó entre 1978 y 1993 para luego volver a los escenarios en 2009, se compone de un experto sesionista (Scott Firth) y dos personajes que también tienen su historia dentro del mundo del punk o del post punk: Bruce Smith (quien tocó entre otros en The Slits) y Lu Edmonds, quien tocó en The Mekons y The Damned. Por las canciones de la banda, además, pasaron otras figuras clave dentro de la historia del
rock como el baterista Ginger Baker (integrante de Cream) y el guitarrista Steve Vai. El espectáculo no consiste de viejos hits solamente: en 2012 editaron el trabajo This is PiL y el año pasado salió What the world needs now, una actualización de las obsesiones de Lydon, entre ellas el manejo de las situaciones domésticas y la política internacional, siempre desde su tamiz irreverente y corrosivo. La versión más reciente de ese irrepetible experimento musical se presenta a las 21 en la sala de Fernández Crespo y Paysandú. Al cierre de esta edición aún quedaban algunas entradas (entre $ 2.691 y $ 2.070) en locales de la Red UTS