Luego de que la instalación de cámaras de videovigilancia en Ciudad Vieja y otros barrios de Montevideo resultara beneficiosa en diferentes planos, ahora el uso de esta tecnología se presenta como una de las principales armas que el Ministerio del Interior piensa impulsar en este período.
Además de reducir las rapiñas en 67% en un año en Ciudad Vieja, permitieron identificar lugares puntuales de acciones delictivas que pudieron desarticularse en poco tiempo, lo cual le permitió al Ministerio del Interior pasarle una reprimenda a algunos jueces, mostrando delitos filmados en alta definición que terminaron en decisiones polémicas. La situación llevó a la Suprema Corte de Justicia a pedirle a los jueces que presten atención a los videos cuando la Policía los lleva como prueba ante un juzgado (ver apunte).
Ahora el Ministerio del Interior le pidió a la Jefatura de Policía de Montevideo un estudio que determine los lugares donde se colocarían un grupo de cámaras con cometidos no necesariamente similares a los perseguidos en Ciudad Vieja, donde el objetivo es evitar rapiñas o apresar al rapiñero in fraganti. El documento será tenido en cuenta a la hora de realizar el reclamo de dinero, en momentos en que en el Ministerio de Economía se enfrenta la discusión de la ley de Presupuesto con actitud austera. En la Policía son escépticos en que se acepte todo el plan, aunque juega a su favor la promesa de Vázquez de bajar las rapiñas 30% durante su período. Así habrá que, entre otras cosas, seguir por el camino de la tecnología con los costos que implica, ya que no solo se necesitan cámaras sino funcionarios que puedan seguir en tiempo real todas las imágenes que se generan.
Un grupo de las nuevas cámaras –del total de 200 que se piensa instalar– se ubicarán en régimen de “saturación”, concentradas en un espacio determinado, en el entorno de centros comerciales y educativos.
Hace unas semanas, en un acto de Lucía Topolansky, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que se crearán “corredores seguros con videovigilancia y puso un ejemplo: vecinos del Centro denunciaron que en la calle Río Branco, desde 18 de Julio al control de ómnibus en la calle Galicia, había grupos de asaltantes. El ministerio le pidió a la intendencia que aumentara la iluminación y la Policía colocó cámaras. “Y dio resultado”, resumió Bonomi.
Se instalará otro corredor seguro, denominado de las artes, que iría desde la Sala Verdi, en Soriano y Ferreira Aldunate, hasta el Teatro Solís. También se apuntará a la interconexión de las cámaras de videovigilancia con otras que atenderán el tránsito, “que provoca más muertes que las rapiñas”, señaló el ministro.
Las que se piensa instalar en Pocitos, según este plan, tendrían el mismo objetivo que las de Ciudad Vieja, ya que la geografía del lugar permite acciones relámpago una vez detectado el delito. También está en los planes intalar cámaras en la avenida Arocena en Carrasco.
Las nuevas cámaras no tienen solo la finalidad de prevenir que las de Ciudad Vieja; algunas que se instalarán en accesos y lugares de alto tránsito ayudarán a identificar autos en infracción o que estén siendo buscados, mientras que otras, como las ubicadas en ciertas zonas del Cerro, procurarán identificar a delincuentes que eligen determinados sitios para refugiarse.
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