¿Por qué no se debe bañar a los niños todos los días?

Según Rob Dunn, un profesor de biología y autor del libro The Wild Life of our Bodies (“La vida salvaje de nuestros cuerpos”), la comunidad médica ha trabajado sin descansar para eliminar la mayor parte de los microbios de nuestros cuerpos, sin llegar al punto de tener que vivir en burbujas plásticas y el uso excesivo de antibióticos, antisépticos y pesticidas. El especialista explica que la vida demasiado limpia puede resultar dañina para el sistema inmune, que necesita ciertos microbios y bacterias para funcionar adecuadamente y para mantener a las personas saludables de las patologías más peligrosas.

Fobia a los microbios

La sociedad ha desarrollado una especie de fobia a los gérmenes por una razón. Desde el 1600 hasta el 1800, la enfermedad denominada puerperio se llevó las vidas de un gran número de mujeres que daban a luz en distintas instituciones, todas causadas por los doctores que realizaban el parto con las manos sin lavar. Con el desarrollo de prácticas de higiene durante cirugías y partos, la recurrencia de estas infecciones desapareció por completo, y los pocos casos que ocurrieron fueron erradicados con antibióticos.

Claramente se necesitaba de la limpieza para prevenir infecciones y muertes, especialmente en el delicado ambiente de los hospitales y centros quirúrgicos. Pero, ¿deberíamos aplicar las mismas reglas a los niños saludables y robustos de hoy en día? La respuesta es no, por supuesto.

La verdad hoy en día

Obviamente hay un salto entre el baño diario y el uso excesivo de antibióticos, pero todo esto está atado en una mentalidad social hacia la limpieza. El ser humano se ha acostumbrado a los geles y las toallitas antibacteriales; los padres llevan siempre consigo una botellita de desinfectantes de manos y se los alienta a utilizarlos en las manos de sus niños cada vez que salen.

Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que esas toallitas antibacteriales “saludables” contienen elementos que dan bastante miedo, como pesticidas que no solo son peligrosos para las bacterias, sino que también lo son para las personas, así como también un montón de químicos que son considerados como sustancias causantes del asma en personas saludables.

Otras preocupaciones incluyen el aumento de las alegias en los niños, ya que su sistema inmune se aleja de la lucha contra las infecciones externas para enfocarse en esos elementos dañinos.

A eso se le agrega un reciente hallazgo que demostró que los productos antibacteriales no son más efectivos que la combinación jabón-agua. Aún así, hay una industria bastante lucrativa que promueve la importancia de matar a todos los gérmenes.

La frecuencia de los baños

La Academia norteamericana de dermatología recomienda que los niños que tienen de 6 a 11 años se bañen al menos una o dos veces por semana, o cuando hay signos visibles de la mugre o un fuerte olor corporal. En cuanto a los recién nacidos, la historia es diferente. Si bien estos tienen un protector natural de su piel, muchos doctores realizan su primer baño horas después de su nacimiento. Esperar unos días puede ser más saludable.

La respuesta es clara: bañarlos cuando estén sucios y lavar las manos regularmente con el tradicional agua y jabón.